ARQUEOLOGÍA PENÍNSULA IBÉRICA: asentamientos fenicios característicos

En la entrada de hoy vamos a ver una serie de asentamientos fenicios que revisten gran importancia, con cronologías muy tempranas. Estos asentamientos son los siguientes: Cerro de Alcorrín, Cerro del Villar y La Rebanadilla, todos en la zona de Málaga.


1. Cerro de Alcorrín


Es un yacimiento muy temprano, ya que excavaciones recientes (del año 2013) llevadas a cabo por el Instituto Arqueológico Alemán, han venido a demostrarnos que nos encontramos ante un asentamiento que surge a finales del IX a.C., y que se abandona en las postrimerías, o inicios del siglo VIII a.C. Está situado en Manilva (Málaga). Este asentamiento se edificó a modo de protección sobre un cerro imponente y amesetado, lo cual daba el control a los fenicios de las vías terrestres y marítimas cercanas. 
Sus pobladores debían tener algún tipo de enfrentamiento (ya fuese con los visitantes foráneos o ya fuese con la población autóctona), ya que el yacimiento destaca por la gran muralla que delimita el recinto (que es de unas once hectáreas), muralla que está jalonada por torres y circundada por un profundo foso. Además en el interior del yacimiento había una especie de acrópolis con una muralla interior. Dentro de esta especie de acrópolis se han documentado arqueológicamente los edificios más representativos de Alcorrín, siendo el más famoso de estos edificios uno compuesto de tres naves precedido por un patio anterior, en cuyo fondo hay un pavimento de conchas. 

Respecto a la cerámica allí encontrada vemos como el 90% es cerámica a mano, tan solo un 10% es cerámica hecha en torno (fenicia). Debido a esto se ha visto que hay conexión y comercio de los fenicios con los enclaves indígenas cercanos, y es gracias a los fenicios cuando empiezan a florecer  esos asentamientos. 
En resumen, este asentamiento nos muestra como ya en el siglo IX a.C. había asentamientos estables de plantas cuadrangulares, con estructuras permanentes como murallas. El yacimiento rompe la antigua creencia de que los primeros en cumplir con estas características eran del siglo VIII a.C. Para ver una foto de las plantas de los edificios de Alcorrín haz clic AQUÍ.

A modo de curiosidad destacar que se encuentran pavimentos de conchas en dicho yacimiento, siendo este pavimento símbolo de estatus y poder económico, por lo que las habitaciones que constaban de dicho pavimento solían ser espacios privilegiados. Además, las conchas son la representación indirecta de Astarté (es el símbolo de la diosa). Para ella es influencia oriental (prehistoria era local, que veíamos en Acinipo, cabañas redondas).

El siglo IX a.C. fue el primer siglo en el que la presencia fenicia fue una constante, al menos en algunos enclaves de la costa.


2. Cerro del Villar


A) HISTORIA Y SITUACIÓN GENERAL
Es un yacimiento situado en la desembocadura del río Guadalhorce (en Málaga), con una cronología aproximada en torno a los años 750-580 a.C. Para ver un mapa de Cerro del Villar haz clic AQUÍ.

Ha sido declarado bien de interés cultural, además vallado y delimitado para impedir a las personas su acceso y destrozo del mismo. Tiene un foco de irradiación (es decir, de influencia cultural y económica), de hasta 10 hectáreas. 

En su origen tuvo carácter insular, ya que estaba situado en una isla de escasa elevación en la desembocadura del Guadalhorce, y que a su vez esta isla, estaba jalonada con otras islas menores con otras funciones. Sabemos que era insular gracias a los estudios paleogeográficos que nos muestran la evolución de la desembocadura del Guadalhorce. La investigadora María Eugenia Aubet dice que esta colonia fenicia se funda en el 750 a.C. 
En tierra firme se ha visto que este yacimiento tenía un cinturón industrial de pequeñas factorías en un área de influencia de unos 10 km, sobre todo en la zona septentrional. A unos 10 km del yacimiento todavía se encuentran vestigios de trabajo alfarero mayoritariamente.

Este yacimiento cumple con la constante en el patrón habitual de asentamientos fenicios:
  • Se opta por una isla, o una península, en primera línea de costa.
  • Próximo a la desembocadura de un río navegable.
  • Esa isla o península debe tener una altura media.
¿Por qué elegían islas los fenicios para establecerse en un primer momento? Porque sus barcos eran grandes y necesitaban ser amarrados en playas bajas, fondeaderos arenosos, ya que en época fenicia no hay puertos, sino embarcaderos (en algunos lugares, solo como Toscanos, hay una intención de amoldar el perfil del río o la desembocadura como espacio portuario). Se buscaba una ensenada para estar protegidos de viento de levante y poniente, y de las mareas. Se asentaban en las desembocaduras de ríos para entrar a comerciar a zonas interiores a través del río, y para abastecerse de agua dulce. Los fenicios usaban pavimentos de pizarras y construían escalones, para facilitar así la zona de tránsito y transportar mercancías con facilidad. Las viviendas de estos asentamientos están construidas cerca de la línea fluvial.
Yacimiento arqueológico de Cerro del Villar. Como se puede apreciar en la foto el yacimiento que en origen estaba en el mar, está hoy en día a 500 metros del mar, debido al avance de la tierra debido a la sedimentación del río Guadalhorce
(Autor foto: Miwipedia Fuente: wikipedia)
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A mediados del VIII a.C., es cuando afloran los principales asentamientos fenicios, aunque por desgracia muchos yacimientos no han pervivido hasta nuestros días debido a la explotación urbanística y a la construcción de la carretera Nacional 340. En cambio en el caso del asentamiento fenicio de Cerro del Villar es excepción, es un superviviente a la urbanización del siglo XX, debido a que esas fincas se dedicaron a cultivos agrícolas y el yacimiento permaneció prácticamente intacto. Fue descubierto en 1965 por miembros de la OJE (Organización Juvenil Española), y en él se encontraron hasta materiales egiptizantes.
Será Arribas Palau quien asuma la dirección de los primeros trabajos arqueológicos en Cerro del Villar entre los años 1966 y 1967, publicándose los resultados años después. En estos primeros trabajos lo que se documenta es la existencia de un almacén y materiales de época fenicia. Los trabajos continúan hasta que en 1986 la dirección pasa a María Eugenia Aubet, quien usa prospección geomagnética en el yacimiento, con la cual se descubrió la característica insular en origen del yacimiento (iniciando excavaciones de manera ininterrumpida hasta el año 2003).
Hoy en día el yacimiento se encuentra a altura escasa, debido a la erosión del territorio con el paso de los siglos, a una distancia de cinco metros en la margen occidental del eje fluvial del Guadalhorce, y a unos 500 metros de la actual línea de costa.

María E. Aubet realizó sondeos que pudieron determinar base económica y niveles de hábitat, entre algunos datos importantes está el hallazgo en 1995 de un horno de doble pulmón (con las mismas características que los hornos fenicios del siglo VII a.C. del Líbano en las ciudades de Tiro y Sidón, de tradición oriental, llamados hornos de doble pulmón). También se encuentran ese año ánforas de saco, que se empiezan a producir en el VII a.C. Respecto a la cerámica encontrada tenemos tres tipos:
  1. Cerámica de engobe rojo (barniz acuoso, por eso es engobe, se puede perder, al estar mezclado con el agua es más delicado y de peor calidad).
  2. Cerámica polícroma: con decoración esquemática de bandas, en color negro o marrón oscuro, formando en ocasiones retículas.
  3. Cerámica Gris: es una cerámica de pasta gris, que es la cerámica de los últimos momentos del período fenicio, que derivará luego en la cerámica ibérica o turdetana. Son los tres tipos de cerámica fenicia.
En época púnica, el barniz de engobe se pierde, y decoración se pierde casi completo, quedando como decoración algunas bandas tan solo.

Hacia el año 550 a.C. se abandona el yacimiento, debido a muchos factores, como inundaciones (se ve en el yacimiento, dos inundaciones violentas durante el siglo VII a.C. debido a la tala a la que someten la zona), sumado a la caída de su metrópolis: la ciudad de Tiro. Todo esto provoca una migración de la población de Cerro del Villar hacia la ciudad de Malaka. Será gracias al dominio de la ciudad de Cartago, cuando Malaka se convierta en un verdadero núcleo urbano con puerto conectado con el norte de África. 

Aunque hablamos de que Cerro del Villar se abandonó, quedaron cabañas indígenas al norte del Cerro del Villar, son espacios residuales de explotación industrial controlado por indígenas, de ese cinturón industrial.


B) CULTURA MATERIAL Y ENTERRAMIENTOS
Otras cosas que aparecieron en el yacimiento fueron:
  • Un horno circular con el tronco de Palmela en el centro, con pasillo de combustión que da el acceso.
  • Ánforas de saco que se reutilizaron como urnas funerarias. Estas ánforas tenían tres piezas: el ánfora en sí, la tapadera cónica, y un carrete (elemento cerámico para que al ánfora repose verticalmente). Cuando no tenían carrete se llevaba a cabo un agujero en el suelo y se clavaba el ánfora, porque no hay carrete. En los primeros momentos se sigue el rito de la cremación.
  • Jarros, platos, escarabeos, anillos, amuletos… etc., cuantas más cosas de ajuar se encontraban más aristocrática era la tumba.
Respecto a los enterramientos podemos decir que las tumbas al principio son fosas simples, donde están colocadas las urnas cinerarias, sin ningún tipo de indicación al exterior. También hay cámaras principescas, como la del Aparcamiento de la Merced en Málaga, formando parte de un conjunto mayor. Estas cámaras tendrían un ajuar de gran valor (como máscara funerarias…etc.). Los primeros enterramientos aristocráticos se hacían en urnas de alabastro (más calidad que cerámica), teniendo muchos de ellos cartelas con jeroglíficos, urnas que tenían previamente vinos de calidad, pero que se reutilizan. Se pueden ver urnas de estas en el museo de la Cueva de los Siete Palacios (Almuñécar).

Cerro del Villar tenían una necrópolis, que estaba en la otra orilla del río, por lo que hay una separación (recuerda a Egipto, pero no necesariamente orientado este-oeste como Egipto). En época púnica los enterramientos no tendrán que estar separados de esa forma, sino que será suficiente que estén en una pendiente vaguada, declive…etc. No se ha excavado su necrópolis, ya que no se ha encontrado, pero existir existía. Hay varias posibles localizaciones de la necrópolis de Cerro del Villar:
  1. Siguiendo a Manuel Rodríguez de Berlanga, y los escritos de la época respecto a la necrópolis del Guadalhorce, él dice que la necrópolis se situó en una playa baja, arenosa, con forma de dunas (montículos artificiales) a 500 metros del Cerro del Villar, que él denomina como Necrópolis del Cortijo de Montañez, cerca del río, más al norte, frente al actual polígono de Villa Rosa, donde según el autor se había recuperado algunos de los cerámicos que vemos. Según él esos materiales se habían recuperado en la segunda mitad del XIX, pero no tenemos constatación arqueológica.
  2. También da otra referencia interesante, dice que cerca de Cerro del Villar la necrópolis se encontraba en la zona del Cortijo del Pato.
  3. Por último, una tercera opción, en el XVIII se habían producido hallazgos fortuitos, en el marco de unas actividades de acondicionamiento del jardín, en la Finca de El Retiro (Churriana), a 2,5 km al norte del Cerro del Villar. Hoy en día no queda nada de esto, desde el siglo XVIII hasta nuestros días se ha perdido todo. 


C) URBANISMO Y VIVIENDA
Se observa en el yacimiento una calle principal, y en torno a esa calle se abren las viviendas. Para Cerro del Villar encontramos en resumen un urbanismo regular. En el yacimiento encontramos una estructura porticada inédita, que se ha conocido como la calle del mercado. Esta calle de mercado es una calle principal en el centro del yacimiento y en su punto más elevado (una calle de hasta 5 metros de ancho), con tabiques distribuidos de modo regular a lo largo de la calle y perpendiculares a los muros de las casas. Los tabiques se distribuían en el tramo central, en el punto más destacado de la colonia, en el lugar más visible, y servían para contener una estructura porticada con materiales perecederos, que delimitaba pequeños espacios a modo de tiendas o incluso talleres artesanales. Es la calle de mercado.
Estas calles con espacios al comercio, aparecen en fuentes bíblicas y babilónicas, pero esto no estaban ni siquiera documentadas arqueológicamente en el Líbano. En esta calle es donde se encontraron más contenedores con restos de pescado, cereales, plata en bruto, vino, cebada... etc., en definitiva, lo que nos están hablando es de un intercambio comercial activo y regular. Es una calle construida ex proceso para el comercio. La plata en bruto, el trigo y la cebada aparecen en contenedores indígenas, por lo que indígenas acudirían a llevar estos productos a cambio de objetos de lujo o manufacturados. Las calles comerciales y mercados estaban asociados a sistemas de peso y medidas, y de hecho se recuperó un sistema de pesos de plomo en las excavaciones. ¿Estaba esta calle regida por un templo? Todavía no ha aparecido, ya que se ha excavado un 10%, pero podría estar perfectamente dirigida por un templo. La calle comercial fenicia es un único en la arqueología.

En la sección excavada se reconoció una vivienda de planta rectangular, con 6 o más habitaciones, dispuestas en torno a un patio central, abarcando una superficie de unos 70 metros cuadrados, aunque lo normal para las viviendas fenicias son unos 30 metros cuadrados. El patio central aporta luz y ventilación, en torno a él se abren las dependencias, además de estas dependencias nos podemos encontrar pasillos estrechos, secundarios, y para aprovechar el perfil natural del terreno las viviendas en ciertas ocasiones se disponen de modo aterrazado, de modo que no es extraño que nos encontremos uno o dos escalones para conectar una habitación con otra en la misma casa. Algunas casas tenían su propio embarcadero. El tránsito de la calle a la casa, generalmente pavimentado, se hacía mediante un zaguán.

Dentro de la casa se observa un reparto de las funciones, o un uso de los espacios domésticos diferente:
  • En una de las habitaciones restos de enseres de pesca.
  • En otro lugar se observa como era el lugar donde se preparaba la tinta.
  • Otro lugar a la cocina (pequeños hornos semicirculares adosados a los muros de adobe).
  • Otro lugar como espacios de culto (huevo de avestruz).
  • Algunos espacios también de almacén doméstico. Seguro pasillos o habitaciones más oscuros como almacén.
Cubierta vegetal, de vigas de madera que soportarían una techumbre de ramas vegetales, impermeabilizada con revoques de arcillas. Fragmentos de estas cubiertas se recuperan en el registro arqueológico. Las puertas no están en el eje central, desplazada a un lado.

El material de construcción por excelencia es el adobe. El adobe en las casas más destacadas se alterna con tramos de muros de piedra, y también en ocasiones, pero excepcionalmente, las paredes de adobe se levantan sobre zócalos de piedra para aislar la vivienda de la humedad.

Es a partir del siglo VII a.C. cuando se acondicionan mejor las viviendas. Las paredes pueden tener un revoque de arcilla que los enluce al exterior y que protege de la humedad. En cuanto al suelo, lo que más se usa es la tierra aprisionada (batida), y menos frecuentemente, encontramos pavimentos de guijarro, o lajas de piedra, o los pavimentos de conchas (muy raros estos últimos).
Esos modelos urbanísticos se expanden a las casas indígenas, ya que los indígenas quedarían deleitados por estas formas y organización superiores. 

Por último decir que desconocemos donde está el santuario, aunque existió seguramente.


3. La Rebanadilla


Yacimiento fenicios en el Guadalhorce, del siglo IX a.C., fechado en las pastas cerámicas (con cierto margen de error). Es un yacimiento muy arrasado por las inundaciones del río. Era en origen un yacimiento en una isla, a unos cinco metros sobre el nivel del mar.
En él se observa luego un abandono voluntario, los fenicios recogen los enseres, menos los que pesan mucho o están estropeados. Desde el punto de vista arquitectónico, forma constructiva, patrón…etc., es un yacimiento fenicio oriental.
En La Rebanadilla vemos que las excavaciones celebradas en el área de ampliación del aeropuerto de Málaga entre los años 2008/9, pusieron de manifiesto la existencia de tres yacimientos:

1) Cortijo Zapata.
En Cortijo Zapata corresponde al período entre el Calcolítico y la edad del Bronce. En su mayoría son campos de hoyos, en los que se han encontrado ídolos placa.

2) La Rebanadilla
Correspondiente al período oriental o de ocupación fenicia, conocido como La Rebanadilla. Está localizado a escasos 2 km del Cerro del Villar, y a 3 km de la costa. En su momento de mayor desarrollo llegaría a alcanzar una extensión de algo más de 3 hectáreas, siendo un asentamiento pequeño pero también modélico. Las dos fases centrales (III y II) correspondientes a un poblamiento regular y organizado al modo fenicio oriental. Según los autores más importantes, este espacio fue ocupado en cuatro momentos, que vamos a verlo uno por uno. Un resumen de las cuatro fases es así:
  • La fase I es una ocupación del espacio con cabañas asociadas a hornos metalúrgicos, que se superponen a los estratos anteriores, alterando sus estructuras. Se encuentran plantas de cabaña de la comunidad indígena, al servicio de los fenicios, trabajando en talleres de producción metalúrgica.
  • La fase II responde a un período de remodelación del urbanismo anterior. Sobre los derribos anteriores se nivela y se lleva a cabo una nueva urbanización, con la cosa de que ahora todas las estructuras presentan zócalos de piedra, paredes de adobe. Antes solo en una vivienda, ahora en todas.
  • La fase III es el primer momento urbano fenicio se emparenta con los primeros momentos de ocupación fenicia. Es plenamente fenicio, con un uso y parcelación del espacio organizado, en el que se desarrolla una trama urbana con viviendas rectangulares construidas con adobe, recibiendo suelos y paredes en su mayoría un revoque arcillosa amarillenta (para impermeabilizar), habitaciones siguiendo el modelo oriental, en torno a un patio. Hasta siete edificios fueron documentados, pertenecientes a los últimos años del IX a.C. Como generalidad también destaca la presencia de bancos corridos de uso doméstico, o la aparición de exvotos. Cada uno de los edificios, además de estas características generales, tienen singularidades, que las que vamos a ver a continuación. Edificio I: es el de mayor proporción, unos 80 metros cuadrados, con cinco habitaciones y espacios/estancias menores (unas 3), que pudieran haber funcionado como almacenes. Edificio IV: estancia con pavimento de conchas y delante de este pavimento, según los autores, encontraron niveles de adobe que pudieran haber pertenecido a un altar. Edificio V: también pudo cubrir las necesidades religiosas, pero de tipo doméstico (ámbito familiar), ya que en una de las estancias se encuentra un pavimento más cuidado de guijarros, de nuevo centralizado, y próximo a este pavimento un betilo y un quemaperfumes de doble cazoleta, por lo que podría haber una actividad ritual de culto en ese espacio. Edificio VII: no se distingue si es un edificio o varios, debido a la erosión. Hay zócalos de piedra, necesidad de aislar esas viviendas de la humedad con estos zócalos. Esta fase se abandona ordenadamente. Se dejan objetos pesados o rotos.
  • Fase IV: que es la más antigua, corresponde a un nivel de desecho, de escoria de mineral, de escombrera…etc., alusivo al trabajo metalúrgico.
La Rebanadilla estaba rodeada por un muro perimetral, para proteger el espacio de hábitat o residencia. Respecto a la relación con Cerro del Villar, tenemos dudas de una cosa, no sabemos si La Rebanadilla está vinculada al Cerro del Villar (dependiente de Cerro del Villar), o es por el contrario la Rebanadilla es el espacio primigenio de hábitat de los fenicios y luego a mediados del siglo VIII a.C. la población se traslada a Cerro del Villar. Podría ser estas dos cosas, no se sabe la vinculación exacta a Cerro del Villar.

Hay cerámica indígena del bronce final, cerámica fenicia, cerámica ática, geométrica…etc., y entre toda la cerámica hay mucha cerámica de cocina de Cerdeña, lo cual les lleva a los autores a pensar que los primeros moradores de la Rebanadilla debieron ser sardos, ya que ¿por qué se iban a molestar en importarla y no hacerla aquí? Puesto que no es una cerámica de lujo, sino solo para comer.

3) San Isidro
La necrópolis corresponde con el yacimiento conocido como San Isidro (Churriana). Sería un promontorio, pequeña elevación, separada del yacimiento de La Rebanadilla por 400 metros, al suroeste del enclave. En una elevación, separada por un primigenio cauce de agua. Responde al tipo tradicional de agrupaciones de tumbas de pozo, oquedades en el terreno, circulares, donde se colocan las urnas incinerarías con los restos de la inhumación, urnas tipo “cruz del negro”, o bien simplemente la ceniza puede ir depositada en el suelo (estrato natural), o a lo mejor realmente no estaban depositadas en el suelo en un principio, sino que está en el suelo por que ha desaparecido alguna cesta de mimbre o algo orgánico que lo contenía. Marco cronológico: finales del siglo IX a.C., y primera mitad del VIII a.C. ¿Esta necrópolis fue de uso exclusivo de los habitantes de la Rebanadilla o los primeros de Cerro del Villar fueron también enterrados aquí?

En los primeros momentos no tenemos verdaderas necrópolis, sino agrupaciones familiares, según Aubet, porque estamos en las fases de contacto con los indígenas, y hay intención de respetar el sueño de los difuntos, por lo que se ocultan los enterramientos, y es cierto que están sin ningún tipo de indicación, monumentalidad… etc., y escondidos, para, según Aubet, que los indígenas no los expolien.

Aquí termina la presente entrada. En la próxima continuaremos con más asuntos sobre fenicios. ¡Feliz Navidad!

¡Feliz Domingo! - Hacer historia, aprehender la historia, aprendes la historia
24/Diciembre/2017

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