Esta va a ser la última entrada sobre Historia en la Edad Modernaen España. He querido dejar la cuestión de la Ilustración para lo último, y no mezclarlo mucho con los sucesos políticos y militares del siglo XVIII.
1. El concepto de ilustración
Hay muchas polémicas sobre su definición. La idea de libertad y autosuficiencia que presenta como lema aparece matizada por los límites sociales establecidos y por la referencia expresa a identificar Ilustración con el siglo de Federico II, subordinada al poder político. Tras la definición de Kant que hablaba de superación de la minoría de edad de la razón, las polémicas han seguido poniendo de manifiesto sus límites sociales y políticos.
Algunos filósofos ven en la Ilustración como un método de critica permanente, atemporal y sin marco geográfico. Otros, historiadores, la limitan en el tiempo, desde finales del siglo XVII a la Revolución Francesa, y en el espacio, Europa y el mundo occidental. La polémica se basará en sus orígenes, sus caracteres específicos y sus consecuencias pero sin tener en cuenta la “comunidad de ideas” europea.
Debemos distinguir los cuatro campos en los que se desarrolló el mundo moderno y dieron lugar a la Ilustración, creando sus bases ideológicas y culturales:
- La revolución científica de Galileo a Newton, basada en la experimentación física con la inducción en formulas matemáticas.
- La historia crítica con la exigencia de pruebas fehacientes y amplia base filológica.
- El cambio político con el origen de la sociedad en el contrato social.
- Crisis religiosas (deísmo y jansenismo)
¿Cuándo y cómo fueron recibidos estos cuatro aspectos básicos en España? Esto es lo que provoca una discusión sobre la Ilustración española, ya que se suele tachar de una “Ilustración insuficiente”, de “mentalidad y actitud ilustrada” que no se realiza plenamente. Existió una Ilustración ideal, la de los philosophes franceses la cual en España no se alcanzó. Podemos añadir (para consolarnos), que la división de poderes que requiere el contrato social no se llevó a cabo en ningún país europeo y que pensar que solamente deístas y ateos podían ser ilustrados, excluye a la mayoría de hombres de letras europeos del adjetivo de ilustrados.
![]() |
El filósofo prusiano Kant - Imagen de dominio público |
Hay otro criterio, de Kosáry: en los países con una burguesía fuerte y un gobierno permeable a sus ideas, la Ilustración se desarrolló con normalidad, progresivamente y sin estridencias, como el caso de Inglaterra u Holanda. En países con una burguesía fuerte y un gobierno impermeable, los cambios fueron bruscos y violentos como en Francia, donde todo se radicaliza luchando contra el Absolutismo. Sin embargo, en un país con una burguesía débil, solo en el monarca podían ver los ilustrados el apoyo necesario para enfrentarse a las fuerzas más conservadoras, lo que ocurrió en España, y también en Prusia, Austria o Rusia.
Ya que la Ilustración se dio en personas individualizadas, y no en grupos sociales, vamos a ver el carácter del ilustrado: rechazo del principio de autoridad, desprecio del método deductivo con la implantación del experimental, y preferencia por la libertad del hombre. Otros caracteres específicos serían la aplicación de la crítica en busca de la verdad histórica, la defensa de la persona humana y la oposición a todo género de tortura. Podríamos definir que la Ilustración construye el derecho de la persona a realizarse según sus propios criterios, o como dice Kant, “superar la minoría de edad”.
2. Los Novatores: el preludio de la Ilustración
Esta palabra se utilizó por primera vez, y con carácter de acusación de sospecha de ortodoxia, en el año de 1714, en las polémicas sobre la ciencia moderna y el atomismo. En la actualidad esa palabra se usa para señalar el cambio mental del grupo de hombres de letras del siglo XVII y XVIII que rechazaban la escolástica y aceptaban las novedosas corrientes europeas. Al principio los historiadores centraron su interés en la receptividad de la nueva ciencia, pero no solo se refiere a aspectos médicos o científicos, sino que es un cambio mental, que abarca también la concepción historiográfica, planteamientos filosóficos y formas de vida social.
Por su parte, el aislamiento cultural español del siglo XVII respecto de Europa, no fue tan radical como se suponía. Militares, diplomáticos y clérigos estuvieron constantemente en Europa, y el intercambio intelectual entre los miembros de órdenes religiosas benefició el conocimiento de las nuevas corrientes. Los jesuitas son el ejemplo más claro del contacto con Europa. Sobre 1680 esta apertura intelectual se generaliza, según apreciamos por las obras publicadas en estos años. Podemos decir que los novatores conocían el movimiento científico europeo, como Galileo, Kepler, Descartes o Harvey, pero desconocían a Newton, lo que les suponía un límite.
Respecto a la historia como disciplina, los novatores además conocieron los aportes realizados en la metodología histórica. Iniciaron una actividad de importante valor historiográfico, para poner las fuentes documentales al alcance de los estudiosos, y empiezan la metodología crítica histórica que acabarían perfeccionando los ilustrados. En este aspecto también tendrán sus límites, ya que a pesar de que utilizan el método crítico, no se atrevieron con las tradiciones eclesiásticas de profundo calado político-social, pero si se inició una campaña contra los falsos cronicones.
Los novatores vivieron un cambio dinástico: se sitúan en el poder los Borbones, y Felipe V, pero los planteamientos culturales fueron los mismos. Señalar en esta época como hecho importante es la creación de instituciones que afectaran positivamente a la evolución intelectual: la Real Biblioteca, creada por el monarca en 1712, primer centro renovador e inicio de la Ilustración, y la Real Academia de la Lengua, creada en 1726, la cual publica el primer volumen del Diccionario de la lengua castellana y logró imponer las normas ortográficas.
El espíritu de los novatores continuó en el campo de las ciencias físico-matemáticas e historiográficas. El ejército adquiere importancia, animado por los gobernantes, que los dotan de academias científicas, siendo decisivas las aportaciones de las escuelas marinas por sus adelantos científicos. La obra más importante fue “compendio matemático” de Tomas Vicente Tosca.
Hubo también críticas hacia estos novatores, como la del padre Palanco, con una obra de titulo muy expresivo, cuyo objetivo era poner a los partidarios de la ciencia moderna como enemigos de la fe y enfrentarlos con los eclesiásticos. Pero los novatores no tardaran en responder, como Zapata o Tosca.
Entre los historiadores que se centraron en analizar el hecho político-militar más importante del momento, es decir, la guerra de Sucesión, destacamos a J.M. Mañana y a Bacallar y Senna
3. La Primera Ilustración
Hay discrepancias para establecer el año en que finaliza el movimiento novator de recepción de ideas de Europa, y comienza la “primera Ilustración”. Se ha establecido una fecha, basándose en las obras médicas de Martín Martínez, la aparición del Teatro crítico de Feijoo, y los ensayos críticos de Mayans: 1725 y 1727.
A) La obra cultural de Feijoo
Antes de Feijoo tenemos unos precedentes, tres factores que son necesarios para entender su pensamiento y la amplia difusión de su obra: la influencia de los maurinos, la herencia de los novatores y la acogida por parte de políticos y burgueses que aceptaron su moderado reformismo.
Feijoo pertenecía al grupo de benedictinos de la Congregación de Valladolid, los cuales tenían muy buenas relaciones intelectuales con los maurinos de Saint Germain des Prés. Este contacto da lugar a una evolución intelectual desde la escolástica a los estudios de historia. Era una superación de la escolástica y la exigencia de abrir la orden a las exigencias culturales del momento.
Las circunstancias españolas y el cambio cultural de los novatores hay que verlas para comprender a Feijoo: Tosca establecía que “la autonomía de la física respecto a la metafísica, y en consecuencia, la relimitación del marco de la fe y de la ciencia, ruptura de la escolástica o libertad de pensar, actitud crítica”. Giovani Stiffoni añade que a pesar de que los escolásticos se opusieron a Tosca, se puede decir que se inspiraron en él casi todos los intelectuales del reinado de los dos primeros Borbones.
Éste es el marco de Feijoo para su renovación cultural. De este modo comprendemos su planteamiento inicial de separar en su teatro crítico el hemisferio de la naturaleza, basada en la razón, y el hemisferio de la gracia fundado en la revelación.
Éste es el marco de Feijoo para su renovación cultural. De este modo comprendemos su planteamiento inicial de separar en su teatro crítico el hemisferio de la naturaleza, basada en la razón, y el hemisferio de la gracia fundado en la revelación.
Su campaña es a favor de la ciencia moderna y está basada en la experimentación y en contra de las supersticiones, con argumentos de razón y ciencia. Según su criterio, los errores comunes se solucionaban con la duda metódica, criterio que aplicaba también a las supersticiones religiosas. Por eso intenta evitar ambos extremos: la credulidad y la incredulidad.
Este empirismo explica su gusto por Descartes y por Bacon.
Sabemos también que la teoría de Newton se difundió en el continente por las Cartas filosóficas de Voltaire en 1733. Ese mismo año Feijoo habla de la Óptica del británico, y también ese mismo año la Real Academia Médica de Sevilla celebra a Newton como una autoridad en materias físicas. Pero el momento en que España toma conciencia de la importancia de la obra de Newton es en 1735. Aunque no todos fueron como Feijoo, él tuvo la habilidad de plantear la reforma cultural en el ámbito y los limites deseados por las autoridades y los grupos dirigentes, por ello su trabajo será tan bien recogido por los grupos reformistas, que propiciaran su difusión, hasta llegar a la prohibición gubernamental de escribir contra el mismo Feijoo, autor del agrado del monarca Fernando VI (1750).
Sabemos también que la teoría de Newton se difundió en el continente por las Cartas filosóficas de Voltaire en 1733. Ese mismo año Feijoo habla de la Óptica del británico, y también ese mismo año la Real Academia Médica de Sevilla celebra a Newton como una autoridad en materias físicas. Pero el momento en que España toma conciencia de la importancia de la obra de Newton es en 1735. Aunque no todos fueron como Feijoo, él tuvo la habilidad de plantear la reforma cultural en el ámbito y los limites deseados por las autoridades y los grupos dirigentes, por ello su trabajo será tan bien recogido por los grupos reformistas, que propiciaran su difusión, hasta llegar a la prohibición gubernamental de escribir contra el mismo Feijoo, autor del agrado del monarca Fernando VI (1750).
B) Los problemas de la Historia crítica. Mayans y los proyectos reformistas
Vamos a hablar de la historia crítica, es decir, de escribir o analizar la historia, pero con rigor, basándose en fuentes, comprobando la veracidad de documentos, etc. Hasta estos momentos la historia se escribía sin unos mínimos controles de veracidad y comprobación documental y de veracidad y citas de las fuentes.
El ilustrado Mayans encontró obstáculos para introducirse en la ciencia moderna y en la historia crítica, pero los superó. El método establecido por Mabillon era muy comprometido, ya que muchas tradiciones no tenían documentos o fuentes históricas suficientes para mantener las exigencias del argumento negativo: no hay hecho histórico sin fundamento documental. Las exigencias metodológicas entrañaban serios compromisos intelectuales, ya que era necesario el conocimiento de las fuentes documentales y la edición de ellas.
El ilustrado Mayans encontró obstáculos para introducirse en la ciencia moderna y en la historia crítica, pero los superó. El método establecido por Mabillon era muy comprometido, ya que muchas tradiciones no tenían documentos o fuentes históricas suficientes para mantener las exigencias del argumento negativo: no hay hecho histórico sin fundamento documental. Las exigencias metodológicas entrañaban serios compromisos intelectuales, ya que era necesario el conocimiento de las fuentes documentales y la edición de ellas.
Esto requería el conocimiento de la paleografía, lenguas originales, rigor crítico, la necesidad de lectura e interpretación del lenguaje de los autores antiguos. Esto explica las apariciones de amplias colecciones de documentos antiguos en toda Europa. Algunos autores: Nicolás Antonio y Sáez de Aguirre, Ferreras y de Berganza, Cristóbal Rodríguez. Aquí se encuadran los proyectos renovadores de Mayans en el campo de la historiografía.
![]() |
Gregorio Mayans, principal representante de la Primera Ilustración española - Imagen de dominio público |
En 1734 Mayans publicó Cartas Morales, buscaba apoyo político, la concesión de la plaza de cronista de India, para emprender una reforma: estudio de las lenguas clásicas, estudio de jurisprudencia, de filosofía e historia. Esto exigía la publicación de fuentes documentales, estatales eclesiásticas, y la implicación del método crítico. El proyecto fue rechazado por el sistema más tradicional y antiguo: el silencio administrativo. La plaza le fue denegada y sus trabajos encontraron las críticas más duras sobre todo por sus antecedentes austracistas en la Guerra de Sucesión. Mayans fue acusado por el diario de los literatos de España de antiespañol, por publicar una reseña critica de autores consagrados (Feijoo) y de instituciones nacionales (Real Academia de la Lengua). Se acusaba a Mayans de desconocer las leyes de la historia y de dejarse llevar por la pasión. Las polémicas tuvieron consecuencias negativas en el campo de la historiografía crítica. Mayans abandonó la Real Biblioteca en 1739 y se retiró a su casa.
En 1742 fundó la academia valenciana para promover los estudios de crítica histórica. Los medios eran: edición de fuentes y de los autores críticos. Es cierto que por algunas críticas, Mayans acabó siendo más comedido, al menos exteriormente. De este modo entramos en una época apasionante en la que se dilucida la postura oficial de las autoridades políticas en el campo de la historia crítica.
Los proyectos de Mayans fueron conocidos por Burriel y Florez. Florez atacaba los falsos cronicones y acepta el valor del argumento negativo para rechazar la existencia de un hecho histórico. Cuando aborda las tradiciones eclesiásticas con profundas implicaciones sociales, cambia de método y exige la explicita negación de los hechos dudosos por la documentación de la época.
Florez se convirtió en el defensor más apasionado de las tradiciones eclesiásticas sobre el origen de la cristiandad española. Encontró el apoyo económico de los gobiernos, ya que veían argumentos más sólidos de unidad nacional. Mayans nunca se atrevió a hacer público su criterio, ya que no encontró el favor de las autoridades políticas o eclesiásticas.
Florez se convirtió en el defensor más apasionado de las tradiciones eclesiásticas sobre el origen de la cristiandad española. Encontró el apoyo económico de los gobiernos, ya que veían argumentos más sólidos de unidad nacional. Mayans nunca se atrevió a hacer público su criterio, ya que no encontró el favor de las autoridades políticas o eclesiásticas.
La actitud de Burriel fue distinta. En un momento gozó de todos los favores políticos y eclesiásticos para sus investigaciones en los archivos, supo presentar un programa ambicioso de búsqueda y edición de fuentes documentales. Sus investigaciones constituyen un ejemplo de investigación riguroso llena de sugerencias luminosas y que hubieran podido cambiar la faz de los estudios históricos. Los cambios políticos de 1754 frustraron los proyectos; Burriel reconocía los límites de Florez y confesaba que en 1750 no se podía decir la verdad histórica en España.
4. La cultura y la Iglesia. Regalismo. Los conflictos de la Corona con Roma
Antes de entrar de lleno en este apartado, vamos a aclarar una serie de conceptos:
- Regalismo: es la intromisión del poder político en asuntos eclesiásticos. El monarca no interviene en asuntos dogmáticos pero si en aspectos administrativos de la Iglesia, como la presentación de cargos eclesiásticos, asuntos económicos, privilegios estamentales, etc. Esta actitud tuvo su origen en una autoridad civil que pretendía controlar los aspectos eclesiásticos o defenderse del excesivo predominio del estamento clerical, el cual podría utilizar en provecho propio la potestad indirecta de la autoridad espiritual. Esto proviene de una corriente de amplia tradición hispana que fue adquiriendo mayor fuerza desde el fortalecimiento de la monarquía.
- Galicanismo: procede en sus planteamientos doctrinales del mismo clero. Es la actitud de la Iglesia francesa que solo reconocía validez a las decisiones de Roma cuando eran aceptadas por la base: sínodos, concilios nacionales u obispos. Este galicanismo episcopalista estaba basado en la autoridad de los obispos recibidos en la misma congregación, les permitía convocar concilios diocesales o nacionales sin necesidad de solicitar licencia de Roma. Luis XIV ejerció los planteamientos galicanos y practicó una política regalista muy agresiva. El caso extremo del galicanismo se dio cuando Richer puso a párrocos y a fieles como base de la iglesia francesa, así nació el Riquerismo (galicanismo extremo). Es importante saber esta diferencia ya que la corriente regalista, de arraigada tradición española, recibió durante el siglo XVIII una profunda influencia del galicanismo.
- Jansenismo: en un principio consistía en una teoría teológica, la forma de cohonestar la necesidad de la gracia de Dios y la exigencia de libertad humana. En 1653 la bula Cum occasione de Inocencio X, fue condenada por sus cinco proposiciones que constituían el jansenismo doctrinal. ¿Quién defendía estas cinco proposiciones condenadas? Se llamaron jansenistas a los que defendían un rigorismo moral: necesidad de la contrición para el perdón de los pecados y condena del probabilismo. El jansenismo evolucionó hacia una concepción eclesiológica con la defensa de los derechos episcopales frente a la reserva pontificia y recibió el apoyo de los monarcas absolutos. La influencia en España, ya que esta nunca tuvo un jansenismo doctrinal, vino del exterior en intima conexión con el galicanismo.
Vamos a señalar en primer lugar la conexión existente entre teoría y práctica del regalismo, porque se explican o justifican con los hechos concretos existentes.
Para empezar, la Guerra de Sucesión en la que triunfaron los Borbones en España, continuó con la consiguiente derrota en Europa. El papa Clemente X se vio obligado a reconocer al archiduque como rey de España en enero de 1709, lo que motivó que Felipe V reaccionara, y los estados de Francia y España quitaron sus embajadores de Roma en castigo al papa por haber reconocido al candidato austríaco como legítimo rey de España.
Hubo personas en España que se opusieron a esta breve ruptura con Roma, y esto lo vemos con El Memorial antirregalista de Luis Belluga. Este Luis era obispo de Murcia y fervoroso partidario de Felipe V, pero aunque en este memorial no niega los abusos de la Curia Romana, si se oponía al regalismo (es decir, a las injerencias del poder político en la Iglesia), pensaba que la reforma no podía proceder del poder político y condenaba las practicas regalistas que veía en la historia de España, estableciendo un paralelismo entre la obediencia a las directrices de Roma con la grandeza de la monarquía hispánica, y las diferencias con la iglesia que condujeron a la decadencia. Es decir, Luis Belluga afirmaba que obedecer al Papa ciegamente = triunfo de la monarquía y de España, desobedecer al Papa = decadencia política, militar y económica.
Pero si hablamos de regalismo no podemos olvidar hablar del proceso de Macanaz. Melchor Rafael de Macanaz fue un pensador y político español de finales del XVII y principios del XVIII. Él escribió una obra llamada El Pedimento, obra en la que censuraba y criticaba fuertemente la inmunidad eclesiástica personal y local, criticaba las exenciones clericales jurídicas y económicas, y con dureza la práctica de la Curia Romana. Este ataque a la Iglesia tan desmedido, constituyó para la época un motivo de escándalo. Este instrumento de trabajo fue delatado al Santo Oficio, por lo que un eclesiástico, Luis Curiel, lo estudió más detenidamente y fue enviado al inquisidor general.
Al conocerse la obra, los colegiales mayores desencadenaron una campaña contra Macanaz (ya que este también deseaba reformar planes de estudio universitarios y así como ejercer mayor control del monarca sobre el Santo Oficio). Mientras gobernó el equipo francés que rodeaba a Felipe V, Macanaz conservó el apoyo gubernamental, pero con el nuevo enlace matrimonial de Felipe V e Isabel de Farnesio, se ocasionaron cambios políticos y las circunstancias cambiaron: Macanaz fue abandonado a su suerte y su obra, el Pedimento, fue prohibida.
Todo este cambio de suerte de Macanaz ocurrió cuando todos los conflictos de la Guerra de Sucesión habían terminado, ya que Felipe V firmó con el papado un Concordato (el del año 1717), y en dicho Concordato se acordó la prohibición del Pedimento de Macanaz, con el apoyo de Isabel de Farnesio. Los 15 artículos de este Concordato están centrados en dos grandes temas: primero, la Santa Sede recuperaba la situación jurídica y económica anterior a la ruptura de 1709; segundo, el gobierno español recibiría un renta de la iglesia española, calculada en 150.000 ducados anuales durante cinco años para luchar contra los Turcos.
![]() |
Melchor Rafael de Macanaz - Imagen de dominio público |
Con Felipe V la pérdida de los territorios de la monarquía católica había sido consecuencia de la paz de Utrecht y por las pretensiones de Isabel de Farnesio. Los pactos de Sevilla entre Inglaterra, Francia y España y los derechos hereditarios de los Farnesio y la captación posterior del Imperio (a cambio del reconocimiento de la Pragmática Sanción), permitieron al infante Carlos de Borbón el acceso a los ducados de Parma y Plasencia. El papado protestó pero la toma de posesión tuvo lugar al margen de la investidura feudal pontificia, y el verdadero problema se desencadenó con motivo de la guerra de Sucesión de Polonia: Francia y España apoyaron la candidatura de Estanislao Lesczynski, y la guerra dio pie a la conquista de Nápoles y Sicilia por España para el infante don Carlos (Carlos III). Pero la resistencia pontificia al reconocer la soberanía de Carlos desencadenó una dura polémica regalista. El gobierno español rechazó el acceso del nuevo nuncio, nombró gobernador del Concejo de Castilla a Gaspar de Molina, exigió el nombramiento como arzobispo de Toledo y creó la Junta de Real Patronato. La finalidad última era conseguir el Real Patronato Universal. Nos encontramos con dualidad de frentes en el regalismo español: la política exterior y la actividad por controlar el sistema beneficial de la iglesia hispana.
La pugna fue dura: traductores de obras regalistas y galicanas, prohibición y condenas inquisitoriales, breves pontificios a la familia regia, al confesor del monarca y a los obispos, amenazas del Concejo de Castilla sobre los prelados, tratados regalistas encargados por el gobierno, ejercicio del exequátur regio, la presión militar del ejército español sobre los Estados Pontificios. La situación era insostenible y tenía que buscarse un intento de solución.
El Concordato de 1737 iba a ser una solución: tenía 23 artículos, y en algunos se abordaron temas relativos al control de la iglesia hispana por parte del gobierno. El derecho de asilo fue regulado y disminuido. Disminuía el control de Roma sobre los beneficios eclesiásticos, aunque quedó un tema pendiente (coadjutorías con derechos a sucesión), más adelante objeto de duras polémicas. El Gobierno logró gravar económicamente al clero, pero el Concordato no resolvió el problema de fondo: el control del sistema beneficial de la iglesia hispana se dejó para futuras discusiones, que conducirían al acuerdo definitivo sobre este tema.
El siguiente Concordato sería el de 1753. Las diferencias entre Roma y Madrid a mitad de siglo se manifestaban en una línea doble: polémica pública y diplomática, con ritmos distintos. Dada la importancia de este acuerdo en la evolución del regalismo español, conviene distinguir en discusiones, negociaciones, acuerdos y consecuencias. Discusiones: la iniciativa partió del cardenal Molina; retrasó la puesta en práctica del Concordato de 1737 y solicitó un documento pontificio en el que Roma confesase su error y reconociese el Patronato Universal de la Monarquía española. La negativa del nuncio propició, por Molina, la redacción de los trabajos jurídicos de Pedro de Hontalva y Gabriel de Olmeda.
Recibieron la respuesta fría y científica de Benedicto XIV, jurista, que desmontó los argumentos de los políticos españoles. Los intentos diplomáticos realizados por el cardenal Belluga en Roma fracasaron ante la intransigencia del gobierno español. Cuando murió Molina la línea negociadora fue dirigida por el confesor del monarca Jaime A. Févre. Cesadas las negociaciones diplomáticas comienzan las polémicas entre Jover-Mayans y el nuncio del Papa.
Las discusiones se centran entonces en la jurisdicción del Consejo de Castilla sobre los beneficios eclesiásticos, en los abusos de Roma en la dispensa de los decretos conciliares de reforma moral y en el alcance y sentido del Concordato de 1737. Todo esto fue expuesto por Mayans en el Examen del concordato de 1737. En él la argumentación cambia, ya que no se trata de gracias concebidas por bulas pontificias, sino de regalías de la corona. Los gobernantes facilitaron el conocimiento del pensamiento galicano entregando a Mayans la Defensa de los cuatro artículos galicanos.
Al morir Felipe V le sucede Fernando VI y junto a éste su equipo de gobierno, lo que cambiará las circunstancias. Se inició un proceso diplomático complejo y difícil, con dos tipos de negociaciones paralelas: una oficial con la Secretaría de Estado, y otra secreta por el jurista Figueroa que llegó a los acuerdos con el secretario de Estado del Vaticano y Benedicto XIV. Fue el camino adecuado para llegar al acuerdo entre Roma y Madrid.
Al morir Felipe V le sucede Fernando VI y junto a éste su equipo de gobierno, lo que cambiará las circunstancias. Se inició un proceso diplomático complejo y difícil, con dos tipos de negociaciones paralelas: una oficial con la Secretaría de Estado, y otra secreta por el jurista Figueroa que llegó a los acuerdos con el secretario de Estado del Vaticano y Benedicto XIV. Fue el camino adecuado para llegar al acuerdo entre Roma y Madrid.
Contenido y consecuencias: las ventajas conseguidas por el Gobierno español fueron grandes pero Roma dejó claro que era una gracia pontificia, no una regalía. Por ello el pontífice se reservó 52 beneficios eclesiásticos. España conseguía la abolición de las reservas pontificias sobre el sistema beneficial eclesiástico. Con el cambio radical en la financiación de la Curia Romana hubo que buscar una compensación económica. Era el final de una etapa del regalismo español y solucionaba los problemas regalistas de la primera mitad del siglo XVIII. Como la Monarquía española tenía mucho poder en la iglesia, el regalismo se convirtió en el eje de los movimientos doctrinales del siglo.
Con la muerte del secretario de Estado Carvajal en 1754 se produjeron cambios en la evolución política y cultural española, también se desencadenaron pugnas internas por el control del poder que consiguieron apartar a los jesuitas del control de la conciencia del rey. Este cambio en el equipo del Gobierno produjo modificaciones en los planteamientos ideológicos de la política regia, en el campo de la cultura y los eclesiásticos.
Los coetáneos establecieron una conexión entre los jesuitas y los Colegios Mayores creados a finales del siglo XV y siglo XVI, que aportaron los grupos dirigentes de la Monarquía hispánica. Los colegiales ocuparon los principales obispados y los altos cargos de la administración de justicia (Audiencias, Chancillerías, Consejos de la Monarquía). Los que no conseguían ingresar en un Colegio Mayor eran llamados manteístas y tenían muy restringido el acceso a las cátedras de Derecho en las universidades y casi imposible el logro de un alto cargo en la administración de justicia.
El nuevo equipo de gobierno buscó el apoyo de grupos de manteístas, con sus respectivas consecuencias en el campo cultural, pues se manifestaron de forma opuesta al predominio cultural de los jesuitas favorecidos por el gobierno anterior, como el ejemplo del padre Burriel. La entrada de este nuevo equipo se hizo notar pronto: Ricardo Wall exigió la entrega de documentos copiados con encargo regio por los miembros de la comisión y en especial de Burriel. Éstos veían la solución a la decadencia cultural en la caída de los jesuitas y los colegiales, responsables de ella por rechazar a los manteístas. En el reinado de Carlos III los jesuitas empezaron sus primeros trabajos, pero el rey se acabara declinando por los manteístas.
Pronto se notó la desaparición de los jesuitas del confesionario regio. Con Carlos III se dio el Catecismo de Mesenguy quien demostró que las circunstancias habían cambiado y que el regalismo había cambiado sus criterios doctrinales por el Concordato de 1753. Hubo una serie de prohibiciones de obras, hecho éste que creó un conflicto diplomático que se resolvió con el cese del padre Rávago.
El ambiente estaba cambiando; el Gobierno quería controlar la Iglesia hispana y lo demostró con el proceso del obispo de Cuenca, que fue humillado por dos fiscales del Concejo de Castilla por escribir al Rey lamentándose de la legislación que él pensaba era perjudicial a la Iglesia. Pero el regalismo, que era la fuerza básica en el control de la Iglesia hispana, orientaba su poder en una línea antijesuítica y proclive a las tendencias episcopalistas y rigoristas.
El hecho más significativo del reinado de Carlos III es la expulsión de los jesuitas en 1767. El Motín de Esquilache dividió el reinado, pero si los promotores del motín querían paralizar las reformas carolinas, solo consiguieron acelerarlas. Desde el gobierno Roda y Campomanes promovieron el programa de la expulsión nombrando a los miembros más opuestos a los jesuitas para el Concejo Extraordinario y llamando a conocidos enemigos de la Compañía. Con el informe del fiscal y la pesquisa secreta prepararon el decreto de expulsión que se llevó a cabo gracias a la capacidad del conde de Aranda, presidente del Concejo de Castilla.
5. Consecuencias culturales de la expulsión de los jesuitas
Vamos a ver los efectos del decreto de la expulsión de los jesuitas en el ámbito de la cultura y la religiosidad.
A) Nuevos planes de estudio
La decisión del extrañamiento de los padres de la Compañía estaba tomada ya con anterioridad, y las autoridades fueron preparando las medidas necesarias y aprovecharon las expulsiones de los jesuitas de Portugal y Francia para crear el ambiente oportuno. En el campo cultural premiaron a Mayans con el titulo de alcalde de Casa y Corte con una pensión vitalicia. Roda le encargó la redacción de un plan de estudios que se pudiera aplicar a todas las universidades. Mayans escribió: Idea del nuevo método que se puede practicar en la enseñanza de las universidades de España. Hubo otros informes pedidos a Antonio Tavira y a Pablo Olavide.
La reforma universitaria carolina no alcanzó un desarrollo por igual en todas las universidades, ni tampoco los gobernantes pusieron el mismo interés en todos los campos de la enseñanza, ya que se preocuparon más en dos aspectos: dar una imagen de interés por la cultura que hiciese olvidar la enseñanza de las lenguas clásicas dominada por los jesuitas, y el control de la enseñanza del Derecho, especialmente, del Derecho canónico en una línea de exaltación del poder del rey.
En el estudio de las humanidades el interés se centró solo en la enseñanza de los hijos de Carlos III. El interés publicitario de esto quedo plasmado con la propaganda de los ejercicios públicos de los infantes y la difusión publicitaria de los Reales Estudios de San Isidro, que reunió a los mejores humanistas de España. No hubo mucho interés por implantar la enseñanza del griego. Lo que si se propicia es la imposición de textos regalistas y galicanos en los planes de estudio, en especial, en facultades de Derecho con autores que exaltaran la idea del poder del monarca.
Un texto modelo fue el Ius ecclesiasticum universum, de Van Espen, autor que con sus doctrinas sobre el episcopalismo y el poder del rey había producido la rebeldía de la Iglesia cismática de Utrecht. Este autor fue completado con la imposición de otros tratadistas de derecho canónico conocidos por su carácter favorable al poder del monarca, anticuriales y con ideas galicanas, con la frecuente lectura de autores como Febronio, radical, y Antonio Pereira, consejero del ministro Pombal.
Cuando fueron expulsados los padres de la Compañía, los textos de sus filósofos y sus teólogos fueron prohibidos en los planes de estudio universitarios. Se alegó la perversa doctrina y el probabilismo, que se identificaba con el laxismo. Los autores españoles desaparecieron prácticamente de los planes de estudios, siendo el único autor que se mantuvo en las universidades Melchor Cano. Con la desaparición de los jesuitas la escuela tomista se convirtió en el grupo intelectual dominante en el campo de la filosofía y la teología.
Los autores preferidos a partir de entonces eran franceses, llenos de ideas galicanas o jansenistas, y también los italianos, que mantenían ideas próximas a los jansenistas de Utrecht. Los jansenistas españoles recibieron el empuje de los extranjeros a través del viaje del canónigo francés Agustín Clément, quien aprovechando la expulsión de los jesuitas vino a España, siendo muy bien recibido por Campomanes y Roda; habló con el obispo de Barcelona y animó a los obispos a escribir al Papa a favor de la Iglesia de Utrecht. Roda y Carlos III, por intentar controlar la Curia Romana, también escribieron a favor de la Iglesia de Utrecht. Por este motivo hubo polémicas, ya que con motivo de las reformas introducidas en los ducados de Parma y Plascencia por el sobrino de Carlos III, el Papa condenó su práctica política con el Monitorio de Parma; los Borbones protestaron y Campomanes escribió la respuesta en el Juicio imparcial sobre el Monitorio de Parma.
B) Actividad cultural e Ilustración radical
Vamos a recordar la actividad cultural desarrollada por los jesuitas españoles exiliados en Italia, que en contacto con las ideas europeas, manifestaron una receptividad asombrosa. Un ejemplo es Juan Andrés, autor de Origen, progresos y estado actual de toda la literatura, que se convirtió en el texto de los Reales Estudios de San Isidro de Madrid. Era la aportación cultural más importante de los ilustrados españoles y su autor gozo de buena fama.
En lo demás, los jesuitas hispanos demostraron un espíritu combativo y publicaron unos libros que defendían la historia cultural hispana.
Sea como sea, durante el reinado de Carlos III hubo una actividad intelectual desconocida, ya que las instituciones mostraron una gran actividad. La Real Biblioteca acepto a unos miembros de gran preparación intelectual en lenguas clásicas y modernas y esto se notó. Además, la Real Academia de la Historia, bajo la dirección de Campomanes, desarrolló una gran actividad cultural. Con Carlos III el nivel de los estudios y trabajos filológicos, humanísticos y de erudición alcanzaron un nivel muy alto.
En lo demás, los jesuitas hispanos demostraron un espíritu combativo y publicaron unos libros que defendían la historia cultural hispana.
Sea como sea, durante el reinado de Carlos III hubo una actividad intelectual desconocida, ya que las instituciones mostraron una gran actividad. La Real Biblioteca acepto a unos miembros de gran preparación intelectual en lenguas clásicas y modernas y esto se notó. Además, la Real Academia de la Historia, bajo la dirección de Campomanes, desarrolló una gran actividad cultural. Con Carlos III el nivel de los estudios y trabajos filológicos, humanísticos y de erudición alcanzaron un nivel muy alto.
También hubo un gran progreso en el campo de las ciencias, Jorge Juan se hizo famoso por su obra Observaciones astronómicas en 1748, y prosiguió en colaboración con el Gobierno como espía político e industrial, sin abandonar sus estudios matemáticos y astronómicos. También hay estudios botánicos, y respecto a la química los esfuerzos de Gómez Ortega y Bowles se vieron recompensados con la creación de varios centros de estudios químicos. Hubo también en este siglo un interés por los estudios económicos, y todos insisten en el cambio de mentalidad de los tratadistas, uno de ellos fue Bernard Ward, que tras realizar unos viajes por Europa redactó su Proyecto económico.
En el campo de las reformas económicas es necesario recordar la creación de las Reales Sociedades de Amigos del País, nacida en el País Vasco y asumida por el gobierno, la cual se extendió por toda la nación, aunque no en todos los lugares fue igual. La penetración de las ideas Ilustradas fue muy intensa en el reinado de Carlos III, por la afloración de revistas de difusión cultural como El Pensador, El Censor… algunas duraron muy poco, pero dieron a conocer a los autores más importantes del movimiento ilustrado. Las revistas se fueron radicalizando a medida que se aproximaba la fecha de la Revolución Francesa.
6. La revolución francesa y su reflejo en la cultura
El inicio del reinado de Carlos IV coincidió con los primeros pasos de la Revolución Francesa y los vaivenes políticos interfirieron más en el proceso de la religiosidad y la cultura. La actitud del gobierno español ante la revolución fue llamada el “pánico de Floridablanca”, que prohibió todas las noticias sobre lo ocurrido en Francia y la apertura establecida por el Conde de Aranda tuvo que ser limitada. Solo con la llegada de Godoy se permitió la entrada de libros extranjeros, menos los que atacaban directamente a la Monarquía o la religión. Y así penetraron obras como las de Adam Smith, Condillac o Buffon. Llamamos a esta etapa de permisión “Godoy y el resurgimiento”.
En esta etapa, el campo de la historia los proyectos se fueron realizando con regularidad, como Flórez o Juan Bautista Muñoz, Jaime Villanueva… También continuaron los progresos en el ámbito de los estudios clásicos como los trabajos de Estala o Melón. Los humanistas tomaron más diversas opciones políticas ante la invasión napoleónica, ya que algunos colaboraron con José I en la redacción del Código de Bayona y otros se manifestaron muy activos en las Cortes de 1812. En el campo de las ciencias esta continuidad llegó hasta su máximo apogeo.
En el campo político las circunstancias son más complejas. La receptividad ante las críticas en contra del absolutismo era abundante en algunos artículos, como el de Jovellanos, quien ha recibido muchos elogios por su valentía al enfrentarse con la rémora económico-social que entrañaban los bienes de manos muertas. Un personaje menos conocido es León de Arroyal, que redactó las Cartas político-económicas al conde Lerena, en la que confiesa que en la razón es menester basar los derechos naturales.
Con esta entrada dando breves apuntes sobre la Ilustración en España terminamos la Edad Moderna en España.
¡Feliz Jueves! - Aprehender la historia, hacer historia, aprendes la historia
20/Octubre/2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario