ARQ. ROMANA: Introducción

Con esta entrada inauguramos la sección de Arqueología de Roma. Vamos a hacer una breve introducción con una serie de temas y aspectos a tratar. 


1. Abandono de Roma


El proceso de abandono de Roma se da en los últimos años de la Edad Antigua y comienzo de la Alta Edad Media. Roma pasa de superar más del millón y medio de habitantes a quedarse con muy pocos miles. Llegan a abandonarse espacios públicos como el foro, y sus edificios son destruidos, a excepción de algunos edificios que se van a mantener prácticamente intactos gracias a que se convirtieron en iglesias.
Ejemplo de estos edificios: el Panteón de Agripa, que desde el siglo VII es usado como iglesia. Eso es lo que permite evitar la destrucción. Otro edificio es la Curia (sede del Senado), porque se convierte en iglesia, aunque será desprovista de todos los mármoles. El resto de los edificios sufrirá abandono (acueductos, falta de agua en la ciudad, teatros...).Otro edifico que resiste el paso del tiempo es el teatro de Marcelo, pero en este caso porque es usado como fortaleza por las familias romanas aristocráticas. 

Frente a ese período oscuro de abandono, a lo largo de la Edad Media, vamos a conocer una fuente para conocer el abandono físico que se va produciendo (que conlleva el olvido del significado del mundo clásico también). Esas fuentes son los “Mirabilia Urbis Romae” (traducido sería algo así como las maravillas de la ciudad de Roma). 
Son una guía de viajes que surgen en la Edad Media para ilustrar a los peregrinos que van a visitar la tumba de san Pedro. A estos peregrinos, como si turistas se tratase, se les completa su peregrinación con una visita turística por los arcos, murallas, templos...etc.  Lo que vamos a ver en estos catálogos antiguos llamados mirabilia, son los monumentos arqueológicos, desde los más antiguos, a los más modernos. Lo curiosos de estos Mirabilia  es que se publicaron desde el siglo VIII en adelante, así que comparando uno del siglo VIII con otro del X o del XI, se puede ver como la gente de Roma va "olvidando" qué es lo que es cada monumento. 
Así pues, los mirabilia más antiguos (del siglo VIII), incluyen un repertorio epigráfico, que nos explica las inscripciones romanas que hay por la ciudad. Pero este repertorio epigráfico se pierde en los mirabilia del siglo IX y X, ya que esas mismas inscripciones ya no se saben leer. También en uno de los mirabilia, se habla de la estatua ecuestre de Marco Aurelio, se dice que estaba en el palacio lateranense, pero que no se sabe muy bien a quién representa, que seguramente será Constantino (el identificarlo con Constantino, la evitó de ser fundida, ya que fue el primer emperador en beneficiar al cristianismo). Sin embargo, el retrato del emperador es fácilmente reconocible si lo identificas con las monedas, pero esta capacidad se ha perdido en estos momentos. 


2. Redescubrimiento del mundo clásico


¿Cuándo aparece de nuevo entonces el interés por el mundo clásico? El interés por el período clásico, aparece más tarde, en el siglo XIV, con Cola di Rienzo. Va a ser el primero en usar un documento romano (epigráfico) para sus intereses políticos. Este personaje interesante intentó, aprovechando la ausencia de los papas en Roma (que estaban en Avignon), cambiar el sistema aristocrático, usando para ello un documento de época de Vespasiano, que encuentra fortuitamente formando parte de la decoración del altar de San Juan de Letrán. 
Era un fragmento de la Lex Imperii, ley que nos habla de una serie de instituciones como son el senado, el tribuno de la plebe...etc., y esos son conceptos que Cola de Rienzo va a usar para implantarlos de nuevo en el siglo XIV, para frenar el poder de estas familias aristocráticas, que rivalizan entre si y recurren a edificios para fortificarlos. 
El llamado Bronce de Vespasiano o la Lex Imperii, descubierto por Cola di Rienzo - Imagen de dominio público
Décadas después de Cola, tenemos a otra personalidad que se interesa por el mundo clásico de la arqueología, como es Ciriaco de Pizzicolli, que se considera padre de la arqueología. Su profesión de comerciante lo llevará a viajar por la ribera del mediterráneo, y nos va a transmitir en sus escritos lo que ve en Grecia, Egipto...etc., monumentos que ve y dibuja, aunque buena parte de sus escritos se perdieron en un incendio, y actualmente solo quedan cartas a sus amigos. 

A partir de aquí, el interés seguirá creciendo en el mundo clásico sin frenos. El inicio del período urbanístico por parte del papado para urbanizar la ciudad de Roma en la Baja Edad Media y en la Edad Moderna, va a proporcionar hallazgos arqueológicos en el suelo de dicha ciudad, y eso provocará que los artistas, escultores, pintores, y eruditos comiencen a estudiar esos descubrimientos. 
Alberti, arquitecto, se dedicará a estudiar edificios antiguos y su planta, y ese estudio lo aplicará a sus nuevos edificios y a su interés por el pasado romano. Él escribe una obra que es la descripción de la ciudad de Roma (con los restos visibles que se ven). También va a intentar rescatar unas naves que pertenecían al emperador Caracalla que estaban allí. 

Junto a este descubrimiento de los restos materiales de la propia Roma, hay otro fenómeno que complementa el conocimiento y recuperación del pasado clásico, que es el estudio de las fuentes clásicas (griegos y latinos). En ese sentido va a ser el papado el principal impulsor de la recuperación de estos manuscritos, a partir de la compra de los restos de la biblioteca de Constantinopla (después de ser la ciudad tomada por los turcos en 1453). Todos los manuscritos griegos se trasladan a la biblioteca del papado en Roma, y a partir de ahí se inicia una fuerte fiebre filológica por recuperar manuscritos y escritos clásicos. Se recuperan obras de autores como Ovidio, Plinio, Vitrubio... etc. 
En la arqueología clásica estas fuentes son importantísimas, ejemplo de ello es que si no hubiese sido por el estudio de esas fuentes, a Miguel Ángel le hubiese sido imposible reconocer que la estatua descubierta en las termas de Caracalla en el siglo XVI que representaba a Laoconte y sus hijos.


3. Del coleccionismo al estudio del Arte Romano en sí mismo


Junto al estudio de las fuentes materiales, y fuentes literarias, se da otro fenómeno que es el inicio del coleccionismo de antigüedades en la Baja Edad Media y Edad Moderna.
Los edificios antiguos interesaban a poquísima gente, solo a escasísimos estudiosos, por ello se destruyen para obtener material de construcción o cal. En cambio las esculturas si interesan más como símbolo de prestigio, es decir, poseer esculturas antiguas era símbolo de ser importante.

La importancia del coleccionismo, aunque no es arqueología, puede decirse que salvó muchas piezas de ser destruidas. Concerniente a esto, el papa Sixto V en el año 1527 va a donar una serie de esculturas (que se conservaban en el palacio de Letrán), al pueblo de Roma. Por tanto podemos hablar del primer museo (o más bien protomuseo) público de antigüedades. El lugar que se va a elegir para este protomuseo es la plaza del Capitolio, ya que en ese lugar existía el palacio senatorio (ayuntamiento), edificio que se levanta sobre el antiguo tabularium. A la plaza del Capitolio se van a trasladar, entre otras, las esculturas de Marco Aurelio (a caballo), y la loba Capitolina, aunque sin los gemelos, ya que son añadidos del siglo XVI. 
Nosotros sabemos por fuentes literarias (en especial por Cicerón), que había en Roma dos estatuas de lobas, una en el capitolio (dañada por un rayo) y otra en el palatino. Esas son las noticias de época clásica. En la Edad Media, gracias a los mirabilia, sabemos que la loba se encuentra en el palacio de Letrán, sobre una ménsula, y su función era presidir las ejecuciones (sigue siendo símbolo del poder). En el 2001 se hace un estudio metalográfico de la pieza, y se ve que la loba no era de época romana, sino una pieza medieval, por la técnica y fundición, por lo que la verdadera estatua se perdió. 
Loba Capitolina - Imagen de dominio público
Otro descubrimiento importantísimo al principio del siglo XVI, es la aparición de unas galerías subterráneas, en las que se descubren por primera vez la pintura original romana. Esas grutas se identificarán como la “Domus Aurea” de Nerón. Como a esos lugares en el siglo XVI se le llamaron grutas, la pintura decorativa romana que allí se hallaba se le llamó decoración “grutesca”, siendo el famoso pintor Rafael el primero en tratar este tema pictórico. 

Otras de las colecciones de antigüedades que existieron en esta época, es la del Papa Julio II (siglo XVI), y que también fue el germen de lo que sería la posterior gran colección vaticana de antigüedades. La colección de Julio II estaba en el jardín o Cortile del Belvedere. El Cortile (jardín) del Belvedere está anexo a la “signatura”, que es una estancia decorada en el techo con el dios griego Apolo y las musas. Desde una ventana de esa estancia se podía contemplar la estatua descubierta del dio Apolo, por lo cual se bautizó a esa estatua como Apolo del Belvedere. Solo sabemos que esta estatua era poseída por el papa Julio II en el palacio cardenalicio, y que se conocía desde muy antiguo. 
¿Qué interpretación le podemos dar a la presencia de lo pagano (estatuas de dioses griegos/romanos) en el Vaticano? Era una forma que tenían los papas de sentirse herederos directos del poder del emperador, y por lo tanto respetaban esa parte del mundo pagano. En esa política del papado como representante de los emperadores, en el siglo XVI y XVII se ponen en pie los obeliscos de época clásica que había en Roma (se colocarán en las principales plazas de Roma).
Para el resto de las grandes familias, que generaban y acumulaban colecciones, este tipo de coleccionismo tenía un valor de prestigio social-económico. Ejemplo de coleccionismo de estas familias: la colección Farnese/Farnesio, que tiene su origen con la explotación de las termas de Caracalla. Ellos usan las termas, como cantera, pero con motivo de la extracción de esos materiales, aparecen esculturas que pasan al palacio Farnese, como el famoso Hércules Farnese (hoy día sede de las principales bibliotecas), y la otra escultura que también aparece es el Toro Farnese, entre otras cosas. 

Junto a este coleccionismo, hay otro diferente, que se da en España. Es el gusto por coleccionar piezas de epigrafía y numismática (monedas) para estudiarlas. Esto surgirá en España a partir de un obispo de Tarragona, llamado Nicolás Antonio, el cual pasa parte de su formación en Roma. Va a defender que las fuentes arqueológicas son más importantes que las fuentes literarias para reconstruir la historia, alegando que la arqueológica es inmanipulable, mientras que las fuentes literarias han podido ser reescritas o falseadas (en realidad las fuentes arqueológicas también son manipulables). Nicolás Antonio, es considerado el padre de la numismática

Dejando atrás el siglo XVI, llegamos al siglo XVII, siglo en quede verdad se verá la gran importancia que tiene la consulta de fuentes (tanto arqueológicas como escritas), para separar la verdad de la invención, ya que en esos años circulaban muchísimos falsos cronicones, textos que creaban ex novo para justificar un pasado mitológico, por ejemplo, los antepasados de un rey, o cosas así. El auge de la crítica literaria y arqueológica se verá como el remedio para limpiar la historia de esas falsedades. Esta crítica llegará gracias a corrientes francesas y alemanas. 
Por ese afán de buscar la verdad, cobrarán interés las fuentes arqueológicas, porque se creían hasta ese momento que eran infalsificables (lo mismo que decía Nicolás Antonio en el siglo XVI). 
También se hace búsqueda de fuentes originales escritas, en archivos de todo tipo, para buscar la historia más real, con el menor número de manipulaciones posibles. A esta búsqueda (arqueológica y literaria) se les llama “viajes literarios” auspiciado por la real academia de la historia. 

Un siglo después, en el XVIII, llegamos a una revolución en lo que es el estudio de las fuentes y arte clásico. Es posible gracias a J. J. Winckelmann. En este contexto de renovación, nos encontramos con un personaje que va a estudiar a Roma, que es J.J. Winckelmann, quien en su día se traslada a Roma a estudiar las esculturas (auspiciado por el Papa) de los museos vaticanos y de los museos privados existentes también en aquel momento. 
Cuando él estudia todo eso, lo hizo pensando que estaba estudiando la escultura griega (las copias romanas de las obras griegas tienen en realidad sus particularidades), y en función de los diferentes estilos que vio en las esculturas el secuenció una cronología del arte griego en escultura (estableció como la máxima belleza el Apolo Belvedere del siglo V a.C.). Él estableció criterios que se mantuvieron mucho tiempo (criterios erróneos en muchos casos), llamando a última etapa del arte clásico como “etapa de decadencia”, que él la identificaba con el período romano del arte.

Johann Joachim Wincklemann - Imagen de dominio público
Esa teoría de que la época romana era la de decadencia del arte, va a permanecer hasta los estudios de la escuela filológica en el siglo XIX. Esta escuela filológica, tiene un planteamiento de estudio claro: primero descubre y pone de manifiesto que lo que se entiende por arte griego son copias romanas. Segundo: esta escuela va a tener obsesión por el estudio de fuentes literarias clásicas que hablen de esculturas griegas (siendo el autor Plinio sobre todo el que más habla). Con esa información que las obras clásicas proporcionan sobre las distintas estatuas, van a:

  • Identificar a un gran número de escultura y autores. 
  • Intentar dilucidar cuál de las copias romanas conservadas era la más fiel al original griego que no se conserva. 
Por ejemplo, al discóbolo, aunque la estatua se tenía en la época, gracias a la escuela filológica se le da nombre en esta época y se le reconoce el autor que la realizó. Sin embargo, llama la atención que este siglo XIX, es la de grandes campañas de excavación, y el material original que está apareciendo es importantísimo, los frontones están saliendo a la luz...etc., pero la escuela filológica rechaza el verdadero estudio del original griego. 

No va a ser hasta principios del XX, cuando se inicie un proceso de destacar cierta originalidad de lo que se podría llamar realmente arte romano, ya que se ve que el arte romano no solo son copias, sino que también tienen sus características propias.
A esa corriente y originalidad propia del arte romano Bianchi Bandinelli lo va a llamar “corriente plebeya”. ¿Qué destaca como original del arte romano? la perspectiva irreal, lo que intenta con eso, es plasmar toda la información posible, aunque se rompa la perspectiva real. Además es característico que lo más importante se representa más grande. Esto perdurará toda la época romana, aunque va por épocas dentro de la misma historia de Roma, ya que en la época de Augusto había más gusto por lo clásico griego. 

El arte romano tiene una tradición griega que le viene del pueblo etrusco, es decir, el arte romano tiene orígenes etruscos, de los cuales carecía el arte griego. La conquista de Grecia a manos de Roma provoca la llegada de arquitectos, escultores... a la gran urbe, y esto a su vez produce una gran demanda de arte griego original, que supera a las piezas originales. Tenemos a los talleres sobre todo de Atenas, haciendo copias para satisfacer la demanda romana.

Termina aquí la introducción, a partir de la próxima entrada nos pondremos manos a la obra más en profundidad.

¡Feliz Lunes! - Hacer historia, aprehender la historia, aprendes la historia
24/Octubre/2016

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