Hª EDAD MODERNA de España: los Reyes Católicos. La restauración del gobierno real y la unidad religiosa

Comenzamos las entradas sobre historia política con el reinado de los Reyes Católicos (1474-1516). 


1. Introducción y situación general


Castilla y Aragón, a mitad del siglo XV, eran dos grandes reinos españoles, independientes, con características diferentes que, en algunos momentos se disputaban la hegemonía peninsular, y, en otros, tenían buenas relaciones. Ambos reinos se unieron dinásticamente a través del matrimonio de sus respectivos herederos: Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, celebrado en Valladolid en 1469. Isabel llegó al trono de Castilla en 1474 y Fernando en Aragón, en 1479. El gobierno no terminó con la muerte de la reina en 1504, pues mantuvo el rey la regencia hasta 1516, teniendo su prolongación en el reinado de su nieto Carlos. Monarquía significativa por lo que simbolizó: pasar de una época medieval a otra nueva, "reunificar España" y establecer un gobierno centralizado restaurando la autoridad regia. Esta es la versión tradicional historiográfica, hoy discutida, pues esta transición pudo ser realizada por otros protagonistas dando mayor coherencia, según el momento en que se vivía en Occidente, como hubiese sido la unión de Castilla y Portugal. De cualquier manera fue un gobierno excepcional, de larga duración donde su política no fue una programación coordinada, sino el resultado de situaciones temporales que se fueron concretando. 

Ambas coronas, tanto Castilla como Aragón, pertenecían en ese momento a la misma casa dinástica: Trastámara (rama menor de la casa de Borgoña a la que perteneció antes Castilla), llegan por diferentes caminos y perduran hasta la llegada de los Austrias. Los dos monarcas estaban comprometidos desde los tres años, pero eran primos y necesitaron de una bula papal para legalizar el matrimonio. Primero fue negada, pero más tarde la consiguieron. Isabel no estaba predestinada para el trono por ser hija de Juan II de Castilla y de su segunda mujer, Isabel de Portugal. Sin embargo, sucede a su hermanastro Enrique IV, hijo del primer matrimonio de su padre. 


2. La guerra sucesoria de Castilla 


La llegada de Isabel y Fernando al trono no fue fácil, encontraron partidarios y adversarios. Fuerte resistencia en Castilla para la sucesión de Isabel, ya que una parte de la nobleza actuó en contra de ella y a favor de que la sucesora al trono fuese su hermanastra Juana (la Beltraneja), hija del primer matrimonio de su padre (aunque decían que era hija del favorito del rey Juan, Beltrán de la Cueva), y, por lo tanto, hermana del rey Enrique IV, a la cual consideraban con más derecho que Isabel. 

Pero Isabel también tenía partidarios, nobles que promovieron su candidatura. La proclamaron reina en Segovia y fue jurada antes por las Cortes en 1462. No se consideró legitimada a Juana por las dudas de su paternidad. Estos nobles también estaban a favor de que Fernando fuese aceptado como rey soberano y no solo como consorte, aunque Isabel se reservó ciertos nombramientos y benefició los asuntos castellanos ante los aragoneses. Aragón se encontraba muy debilitado por la rebelión de Cataluña (recordar que Aragón y el condado de Cataluña se unieron a principios del siglo XIII, por problemas hereditarios de la corona y frenar el imperialismo castellano del momento) y le interesaba esta unión, el apoyo castellano para doblegarlos.
Isabel la Católica - Imagen de dominio público
La guerra sucesoria de Castilla provocó, por un lado, un conflicto interno entre nobles y, por otro, un enfrentamiento con Portugal que tampoco había aceptado la proclamación como reina de Isabel. El rey de Portugal, Alfonso V, se casó con su sobrina Juana, la Beltraneja, precipitando luchas de poder entre la alta nobleza, la monarquía y las ciudades. Pero los Reyes Católicos tenían como objetivo simbolizar la compenetración participando activamente en los asuntos de gobierno, aunque Isabel se dedicó más a Castilla y a la religión, y Fernando, a la política internacional. Sin embargo, aseguraron el orden interno y actuaron en zonas conflictivas, conjuntamente, como en Galicia. También, reclamaron patrimonios anteriormente apoderados por los partidarios de la Beltraneja. 
Llegaron a acuerdos con familias opuestas a la entronización, alta nobleza, que recibieron compensaciones como rentas, beneficios o títulos. Incluso tuvieron que restablecer el orden entre estos nobles, y en sus señoríos, enfrentados entre ellos y rompiendo el equilibrio de la corona. Como es el caso de Andalucía, entre los Guzmán (primera familia de la nobleza andaluza, siglo XIV) y los Ponce de León, que cada vez iban cogiendo más poder, y era necesario frenarlos a tiempo. 
Además, consiguieron que el maestrazgo de las órdenes de Alcántara, Calatrava y Santiago recayera directamente en Fernando, dándole prestigio y especialmente el control de abundantes rentas (las órdenes fueron creadas a fines del siglo XII para defenderse de las tropas musulmanas, aragonesas y castellanas, eran prestamistas y protectoras de la corona, además de poseer grandes extensiones de tierras en áreas antaño fronterizas). 

A cambio de su apoyo, los monarcas se comprometían a entregarles títulos y cargos en el gobierno y militares. Con estos acuerdos, se intentaba quitar autonomía a estos grupos, centralizar el gobierno en los monarcas y obtener importantes ingresos para la corona. Pero tuvieron que contar con el apoyo de las ciudades, punto central de las Cortes castellanas, las cuales también temían el poder que iban adquiriendo estos nobles. En las Cortes de Madrigal y de Toledo (1476-1480), se determina el poder regio como única forma de gobierno. 
En las villas y ciudades se crea la Santa Hermandad para defensa de la población en caminos, comercio, etc. Control ejercido por los reyes aunque eran financiados por estas ciudades, las cuales fueron decisivas para la conquista de Granada. Con respecto a la política exterior, en 1479, se derrota al último ejército portugués y, su rey, Alfonso V, reconoció los derechos de Isabel al trono, pero no lo hizo su mujer, Juana. Así, por el tratado de Alcaçobas-Toledo de 1479, Portugal obtuvo el monopolio de la navegación africana y devuelve títulos usurpados a la corona española. 


3. La Corona de Aragón en el momento de la unión dinástica 


La Corona de Aragón estaba unida al Condado de Cataluña desde 1213, juntas ampliaron importantes territorios por la península y el Mediterráneo: Mallorca, Valencia, Sicilia, Cerdeña, Córcega, importantes dominios patrimoniales y gananciales de Fernando que conservó durante y después de su matrimonio. Cataluña le abrió una ventana a Aragón. Pero Castilla no tuvo esta expansión al Mediterráneo y se quedó más aislada hacia el interior, realizando, a su vez, una expansión hacia el sur conquistando importantes plazas musulmanas hasta Andalucía, donde sólo quedó el reino de Granada. 

Castilla y Aragón tenían diferencias y similitudes. Eran iguales en los conflictos nobiliarios, religiosos, etc. Pero muy diferentes en su contenido jurídico. Castilla era regida por una misma ley para todos, unas mismas Cortes, incluso comenzaron a funcionar antes que en Aragón. Aragón, por el contrario, tenía variedad de leyes e instituciones, diferentes Cortes en cada territorio, siempre fue más feudal que Castilla, de ahí la convocatoria, más tarde que en Castilla, no realizaron las primeras Cortes hasta principios del siglo XIII. 
El gobierno se hacía entre el rey, la nobleza y las órdenes militares, sin contar con las ciudades (precisamente las Cortes nacerán ante la necesidad de las ciudades de participar en el gobierno). Estas Cortes aragonesas tenían poder para cambiar los consejos del soberano y destronarlo, si no respetaba los privilegios de los nobles aragoneses, pues querían seguir manteniendo su tradición feudal y no cosas nuevas.
Fernando II de Aragón -El Católico- Imagen de dominio público
En Aragón hubo más representación de Cortes y los reyes debían respetar los fueros allí elaborados (pactismo-pacto rey-reino). Ni en Castilla ni en Cataluña pasó esto, era privativo de la corona aragonesa, el rey mantenía buenas relaciones con los estamentos. Por otra parte, en Castilla se había impuesto la decisión regia de elaborar leyes; el Ordenamiento de Montalvo (1484) recopiló, por encargo de los Reyes Católicos, leyes de Cortes y pragmáticas regias dictadas por los monarcas con el único apoyo del Consejo Real. De ahí que Isabel y Fernando solo quisieran reinar en Castilla, les era más fácil, tenían menos trabas para su gobierno. Además, Castilla era el territorio más extenso, poblado y rico de la península, gracias a su excelente producción lanar, buenos paños para importación nacional e internacional, importante ganadería y agricultura. Mientras que otras zonas peninsulares arrastraban crisis anteriores, como Valencia y Cataluña. 

Esta monarquía fue itinerante, no tuvo capital fija, coordinan ambas coronas pero sin llegar a fusionarlas del todo (no se tuvo capital fija hasta 1566 con Felipe II en Madrid). La visión tradicional de la obra de los Reyes Católicos ha sido la restauración de la unidad, tanto territorial como religiosa, similar a la realizada por el reino visigodo o la Hispania romana. Desde Europa, tanto castellanos como aragoneses, navarros, portugueses (reinos independientes peninsulares), se veían como unidad, todos en un mismo bloque, y, a su vez, éstos se sentían españoles, en sentido peninsular. 
La realidad parece que fue otra. Este gobierno no fue tan centralizado, más bien, respetaron leyes e instituciones de los distintos súbditos de la corona de Castilla-León y Aragón. Dos reinos diferentes, distinta convivencia, aunque gobernadas y coordinadas por los reyes, pero se realizaría una dinámica diferente según que zona fuese. Se intentó tener buenos lazos de vecindad, pero no siempre se consiguió, se disputaban continuamente la hegemonía peninsular. Sólo en un caso no se mantienen las divisiones de poder, cuando se creó la Inquisición Real, el Tribunal de la fe, donde se tenían las mismas leyes para todos, dando lugar a una problemática aceptación. 

De hecho Fernando, por sus antepasados, era más castellano que aragonés, pero se lamentaba de no actuar por igual en ambos reinos, siempre salía beneficiada Castilla. Intentó solucionarlo, pero no pudo cambiar el sistema, fue un hombre con política inestable. La convivencia de dos Coronas distintas y opuestas, pero gobernadas y coordinadas por los reyes, generaba una dinámica de cambios dirigida a empresas exteriores e interiores, y se daba un tratamiento distinto según el asunto. Empresas que se realizaban de manera conjunta, como las conquistas en el Mediterráneo, y otras solo de Castilla como el caso de la expansión atlántica, Canarias y las Indias. 


3. La nueva monarquía unida y la restauración del gobierno real


A pesar del diferente carácter y formación de los monarcas, compartían una misma misión: 

  • Administrar fielmente la justicia, defendiendo a los más débiles 
  • Reorganización Administrativa 
  • Mantener la paz y el orden público 
  • Unidad territorios Ibéricos
  • Nueva política religiosa 
  • Anexión de Navarra 
La nobleza mantuvo, de una manera o de otra, sus privilegios. Los cuales fueron permitidos por los reyes pues les interesaba su apoyo para distintas cuestiones. Pero estos privilegios se manifestaban en forma de abusos hacia el pueblo, teniendo graves repercusiones sociales en el campesinado y en las ciudades y causando sublevaciones populares, en las cuales se mantuvieron firmes los monarcas para restablecer el equilibrio. 
Ocurrió, por ejemplo, en Cataluña con la revuelta de los payeses de remensa por sus malas condiciones de vida y trabajo (Cataluña aún mantenía la servidumbre por su larga y firme tradición feudal). Estos sublevados fueron castigados violentamente. Los monarcas intentaron estabilizar la situación en 1486 con la Sentencia Arbitral de Guadalupe que les permitía recuperar la libertad de cambio de una indemnización, y aunque se mantenía el canon, facilitó la roturación de nuevas zonas desérticas, base para la economía del siglo XVI. Querían defender al débil, pero sin dejar a un lado su relación con el sector nobiliario. Equilibrio y protección pero con limitaciones. Por lo tanto, se intentó hacer una reorganización de Justicia a través de un sistema de mediación de vasallos, ciudades, aldeas, frente al abuso de los poderosos para evitar el uso de la fuerza. Fueron los Tribunales del Rey, que tuvieron una muy buena aceptación por parte del pueblo, se sintieron protegidos y amparados por sus reyes (aunque se ha intentado idealizar este asunto). 
Los Tribunales reales eran las Chancillerías (alto Tribunal de Justicia), y por encima sólo estaba el Consejo Real, compuestas por letrados, técnicos con conocimiento de leyes, de condición social media para estar menos comprometidos. La primera se creó en Valladolid en 1489 y, la segunda en Granada en 1494. Sus miembros, letrados, son elegidos por el Consejo Real. 
Por debajo de estos tribunales estaban las audiencias, instaladas en ciudades concretas por algún motivo, como en Galicia que era foco conflictivo de siempre. Esta reforma judicial fue importante, se realizó en ambas coronas, Castilla en 1480 y Aragón en 1494, dando lugar a un aumento de letrados, desplazando a nobles y altos eclesiásticos. Se rompe los tres brazos estamentales. Muy representativos en estos momentos para la Corona, ya que nos encontramos también ahora con las diferencias de los dos reinos. Castilla no tenía constitución escrita, no había una unidad legal, mientras que Aragón si había desarrollado un sistema legislativo escrito único, sus fueros.
Edificio de la Real Chancillería de Granada - Imagen de dominio público
Otra reforma que llevaron a cabo los Reyes Católicos fue la introducción de la figura del corregidor, como delegado del Rey, en las grandes ciudades de Castilla, con función judicial y de mediación política, aunque a veces eran letrados y otras eran miembros de la nobleza, lo cual fomentaba una rivalidad. Pero, aun así, gracias a los corregidores se fue tejiendo una red de contactos entre la corte, el rey y el país, el reino, complementaria a la red tradicional de los nobles y las ciudades. A su vez, desaparece la Santa Hermandad, ya no era necesaria para las ciudades. 

La Monarquía de los Reyes Católicos es definida como autoritaria, donde la soberanía recae en ellos, que no quieren compartir el poder con la Cortes y las convocan pocas veces. Ellos eran los que las supervisaban, aunque estuviesen formadas por nobles, clero y representación de las ciudades. Se convocaron al principio y final del reinado, para recibir subsidios, en formas de alcabalas, servicios y apoyo político para solucionar los problemas hereditarios. 
Recordar que había Cortes diferentes en Castilla y Aragón. Aragón tenía Cortes Generales, formada por cuatro brazos estamentales: alta nobleza, baja nobleza, ciudad y clero y también el Rey impuso allí algunas reformas que rompieran las rivalidades internas y frenaban los recursos fiscales del reino. 

En ciudades importantes como Barcelona, Zaragoza, Valencia, y en las diputaciones, fue importante el cambio. En Barcelona, Fernando anuló el tradicional sistema de elección a través de los nobles e impuso el de sorteo: la insaculación, así se impedía la formación de grupos concertados de antemano. Sistema que se extendió a todo Aragón (Aragón, Cataluña y Mallorca), favoreciendo sólo a la burguesía urbana y perjudicando a la zona rural. Con estas reformas, Fernando accedía a las rentas de las ciudades como donativos y prestamos.
Isabel actuó poco en Aragón y se mostró inflexible en el tema de la Inquisición a pesar de la fuerte oposición de las Cortes. Los cargos para el gobierno de las ciudades y, también, para la Inquisición, se entregaron a miembros de la familia real, alto clero y alta nobleza. La figura de secretario real comenzó a tener un importante papel en los dos reinos. 


4. La Unidad Religiosa. Judíos, Moros y Conversos. La Inquisición 


El papa Alejandro VI concedió el título de "Reyes Católicos" a Isabel y Fernando como reconocimiento a su política religiosa y a la conquista de Granada, último reducto musulmán. Se idealizó la figura de los reyes bajo el lema de cruzada, de lucha contra los infieles, ya que todo el Mediterráneo se encontraba temeroso ante el avance turco. La renovación religiosa que ellos emprendieron existió en todo Occidente, sus objetivos fueron: 

  • Control de la jerarquía eclesiástica 
  • Unificación religiosa de sus súbditos a través de la Inquisición 
En ambos puntos se llegó a pactar con el Vaticano. Vemos, también, diferencias entre Castilla y Aragón. Aragón mantenía buenas relaciones con el papado desde sus anteriores reyes, prestaban vasallaje a San Pedro. Pero Castilla no tenía esa herencia, quería romper con Roma y hacer una iglesia nacional en España, no intervenida por el papa, el cual elegía al episcopado, que recaía siempre en clérigos extranjeros. 
Intereses distintos y, para no romper esta unidad, se acordó por parte del papa, que los Reyes Católicos participaran en la elección de los cargos eclesiásticos. Roma concede el IUS PRESENTADI, derechos de presentación. Según este derecho, el rey llevaba mandaba los nombres de varios candidatos que él elegía para ocupar una vancante, y era el Papa quien elegía a uno de los presentados por el rey (evidentemente el rey elegiría a sus más fieles). Esto fue un paso importante para supeditar el reino a la voluntad de los reyes y, a la vez, quitar parte de la hegemonía de Roma, como venían intentando desde la Edad Media otros príncipes. Aprovechan la división de la iglesia en occidente y son los Reyes Católicos los primeros en obtener este derecho para el recién conquistado reino de Granada y las Indias, donde se nombrará al clero de confianza real (Málaga pertenecía al arzobispado de Granada). 

Los reyes dotaban a la iglesia de sus bienes, por lo que son considerados sus patronos, protectores, defensores de esta institución; en el llamado Derecho de Patronato o Patronazgo. La religión se convierte en instrumento del Estado, paso decisivo de época medieval a Moderna. El Rey gracias a este derecho nombra los cargos del Patronato y del Tribunal, príncipes de sangre y ministros reales, como el cardenal Pedro Gómez de Mendoza. Esta Inquisición Moderna es de 1478 y se le encargó la misión de controlarla a las órdenes mendicantes: franciscanos y dominicos, la figura más representativa fue Francisco de Cisneros. 

En la península convivían diferentes comunidades religiosas, cristianos, conversos, judíos, musulmanes, la convivencia no fue fácil, diversos grupos seguían siendo excluidos de la sociedad por herejes, sobre todos los judíos ya que eran los que tenían una estructura más consolidada, más arraigada su religión y, no se había podido conseguir de ellos una conversión sincera. 
Los reyes toman conciencia de la importancia de los focos judíos que había, sobre todo, en Andalucía y actúan a través del Tribunal de la Inquisición de forma drástica, incluso el Papa se opone, pero ya había delegado el poder en el Rey. El inquisidor general, el dominico Tomás de Torquemada, tuvo una brutal reacción contra judíos. A partir de entonces comienzan los estatutos de "limpieza de sangre" o de linaje, y son excluidos de cualquier ámbito los que no demuestren que no descienden de conversos. Muchos tuvieron que huir a Marruecos. Durante años se les siguió acusando de herejes y, después de la toma de Granada en 1492, expulsaron a todos los judíos que no se bautizaron. Orden que afectó a las dos Coronas, a Sicilia y Cerdeña. Los Reyes presionan luego a los reinos vecinos de Navarra y Portugal para que hagan lo mismo. 

Por otro lado, los mudéjares fueron casi eliminados de Castilla. Peor fue para Valencia y Aragón dejando desabastecidas las buenas tierras agrícolas que trabajaban, pues eran excelentes agricultores. Se les consideró como a los judíos, dándoles la opción de bautizo o destierro. Todo esto ocasionó problemas para los propietarios de las tierras, que se encontraron sin mano de obra y sin producción agraria, y luego una despoblación importante en determinadas zonas.

El próximo día seguiremos con más sobre los Reyes Católicos

¡Feliz Jueves! - Hacer historia, aprehender la historia, aprendes la historia
8/Septiembre/2016

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