Hª EDAD MODERNA de España: la Guerra de Sucesión a la corona española. Habsburgos vs Borbones

Los graves problemas comienzan el 1 de noviembre de 1700, cuando muere Carlos II, el último monarca de la casa de Austria, sin descendencia. Hacía mucho tiempo, antes de su muerte, que ya se sabía por lo que todos querían arreglar la solución a su favor, ya que la herencia española era un asunto importante por las dimensiones de sus dominios. El candidato a ser monarca español debía de reunir dos condiciones: ser católico y estar emparentado con la Casa de Austria.
Mapa de Europa en 1700
(Autor foto: Rebel Redcoat Fuente: wikipedia)
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1. Las causas de la Guerra de Sucesión (1700 - 1701)


La elección se dio lugar en el 1699 y el elegido fue José Fernando de Baviera, nieto de una hermana de Carlos, Margarita, que se había casado con el emperador Leopoldo I. La elección es una consecuencia del Tratado de Reparto firmado entre Luis XIV y el Imperio en 1668, que calmaba a las potencias marítimas las cuales querían evitar un engrandecimiento de Francia pero intranquilizó a la Corona española, contraria al desmembramiento de su territorio. 
Francia, cuando tuvo más poder aún pactó con las potencias marítimas otro Tratado de Reparto, en el que ella salía más beneficiada, pero con la muerte del heredero en 1699 todo dio un cambio inesperado. Había dos candidatos cercanos: 
  1. El archiduque Carlos (conocido como Carlos III de España), de la casa de Austria, hijo de Leopoldo I y de su segunda esposa, Leonor de Neoburgo, hermana ésta de la reina de España. 
  2. Felipe, duque de Anjou, nieto de otra hermana de Carlos, casada con Luis XIV. 
Ambos planteaban problemas pues cabía la posibilidad de que acabasen reinando sobre los territorios de sus respectivas herencias dinásticas, lo que llevaría a la unión de la Monarquía Hispánica con una de ellas, creando así un enorme poder político. Las potencias marítimas apoyaron al archiduque Carlos y realizaron un nuevo Tratado de Reparto que cedía más territorios a Francia.
Este tratado de reparto llevó a Carlos II de España a hacer un nuevo testamento, justo un mes antes de que falleciera. En dicho testamento el elegido o beneficiario a sucederle era Felipe de Anjou, dejando claro en éste que la herencia que recibiría el francés sería completa, sin desmembramiento del territorio español, y que tendría que renunciar a la sucesión de Francia, aunque el prestigio y el ejército de su abuelo le ayudaran a mantener su herencia contra sus enemigos.
Luis XIV de Francia - Imagen de dominio público
Cuando la noticia llegó a Francia, Luis XIV de Francia dudó en aceptar este testamento, puesto que sabía que su aceptación llevaría a una guerra. Aún así, se sintió seguro y aceptó, tras lo cual mandó tropas a los Países Bajos Españoles y al norte de Italia para tomar posiciones ante la inminente guerra que él sabía que se avecinaría. Los Países Bajos independientes, Inglaterra y Austria formaron en 1701 la Gran Alianza, a la que se unió posteriormente Saboya y Portugal, y esta Gran Alianza declararó la guerra a Francia y España en mayo de 1702. 


2. Felipe V de España. La Guerra de Sucesión: los primeros años (1701-1706)


Felipe V se dirigió a España animado por su abuelo Luis XIV. Él entró en Madrid el 18 de febrero de 1701, unos meses antes de cumplir 18 años y formó gobierno en torno a un Consejo formado por el cardenal Portocarrero, el embajador francés, el arzobispo de Sevilla y el Secretario del Despacho Universal. Sus primeras acciones de gobierno iban dirigidas a la economía y buscaban la mejora de los ingresos y el fomento de la industria, aunque algunos nobles y administrativos fieles a la casa de Austria fueron alejados de la corte. 

En mayo de 1701, las Cortes de Castilla y León juran a Felipe como monarca, a esto se suma que había un clima de euforia popular. Se acogió bien al nuevo y joven monarca, ya que su juventud traía esperanza a la población que había sufrido mucho en los últimos años, y ciertamente el contraste era grande si lo comparamos con el enfermizo y decrépito Carlos II en su juventud. Por otra parte, el archiduque Carlos, se había autoproclamado rey de España como Carlos III (aunque se proclamó a finales de 1700). Esto abriría el conflicto.

El primero de los grandes asuntos de estado para Felipe V, fue como no podía ser de otra forma, la boda del monarca. La elegida fue María Luisa Gabriela de Saboya, hija del duque de Saboya, de 13 años pero de una gran madurez como demostró en su etapa de regente. El viaje de Felipe hacia tierras catalanas y extrapeninsulares en busca de su esposa tuvo tres sentidos: 
  • Fue un viaje personal, dado que suponía conocer a su nueva esposa y reina. 
  • Fue un viaje constitucional, para conocer los territorios aragoneses y jurar los fueros aragoneses y catalanes. 
  • Viajar hacia Italia para jurar los fueros de Nápoles y visitar el frente de Milán 
En su viaje a Italia pudo constatar la enemistad que le profesaba el Papa Clemente XI, y también su suegro, el duque de Saboya, pues la unión matrimonial no había dado los frutos esperados de unir Saboya a la Corona española.

Al poco de llegar a Milán el rey se unió a la batalla donde llevaban ya un año luchando las tropas francesas (de parte de Felipe V) y las austriacas (de parte de Carlos III), en principio con ventaja de las últimas, ya que los austríacos se negaban a aceptar al Borbón en el trono español. Pero el relevo del mando del ejército francés, que recayó en Vendôme, al que se unió Felipe, cambió la suerte de la guerra en Italia, y las victorias de Santa Vittoria y Luzzara, despejaron el miedo de perder el Milanesado. En ambas batallas participó el monarca consiguiendo popularidad y el apodo de “el animoso”, ya que su figura era totalmente contraria a la del monarca anterior (el cual nunca salió de la Península Ibérica, y casi nunca de Madrid, debido a sus enfermedades).
Felipe V de España - Imagen de dominio público
En estos años la guerra no se acercó a la Península, pero en el verano de 1702 las cosas empezaron a cambiar con los intentos de desembarco de las tropas angloholandesas en Cádiz y en el Puerto de Santa María. Fueron intentos fallidos, pero la escuadra inglesa pro-austríaca marchó a Vigo, donde tomaron varias naves españolas y metales preciosos americanos, hundiendo otras los propios españoles para que no cayeran en manos del enemigo. El Almirante de Castilla huyó a Portugal tras haberse descubierto que podía haber ayudado a los aliados, lo que desembocó en una alianza firme entre Portugal e Inglaterra, el Tratado de Methuen en 1703. 

Entretanto, Felipe había vuelto a Madrid con el fin de solucionar las disputas que se estaban dando en su gobierno, dividido en dos grupos:
  • Los españoles partidarios de la nueva dinastía francesa  
  • Los puramente franceses enviados directamente por Luis XIV a España. 
Entre los primeros estaba Portocarrero y Arias, entre los segundos la princesa de los Ursinos y los numerosos embajadores franceses. Tanta presencia francesa daba a entender que el gobierno español estaba dirigido a distancia por Luis XIV, y esto molestaba a muchos nobles. La cabecilla de los franceses era la princesa de los Ursinos, apoyada por la propia reina María Luisa. Frente a ellos estaba el partido español, capitaneado por el conde de Montellano, que defendía los intereses aristocráticos y se oponía a la fuerte influencia francesa. 
La vuelta de Felipe a la península conllevó la salida de España de la princesa de los Ursinos, que de esta forma no podía ejercer ya el mismo poder, y un incremento de la influencia de Montellano más que de Portocarrero.


A) LAS REFORMAS:
Parecía que ganaba terreno el poder de la nobleza, hasta que en 1705 volvió a España la princesa de los Ursinos, apoyada por Luis XIV. Ésta reorganiza el gabinete, uniéndose a él Orry, Amelot, el marqués de Mejorada, José Grimaldo y Macanaz. Este grupo empieza a tomar medidas, especialmente en la Hacienda, dirigida por Orry. En los primeros años los ingresos se doblaron, posiblemente por una mejor administración puesto que los impuestos no aumentaron significativamente, la Junta de Incorporación recuperó rentas reales enajenadas y la Tesorería Mayor de Guerra los canalizaba hacia el ejército. La remodelación del ejército fue otra preocupación pues ante la llegada inminente de la guerra a la península, debió organizarse y renovarse según el esquema francés: los altos cargos se le dieron a franceses, se sustituyó el sistema de tercios por el de regimientos y se modificó el armamento
También se llevó a cabo la renovación de la industria, primando la necesidad de industria de guerra, armas y textil para uniformes. Pero como los resultados de la industria no podían ser inmediatos, se potenció la ayuda francesa, no sólo de mandos sino de soldados y material. Arreglar la marina destruida en Vigo tampoco era posible a corto plazo, por lo que también serían necesarios barcos franceses, lo cual suponía una ventaja para Luis XIV al poder acceder con menos problemas a las riquezas del comercio con América. 
Por otra parte, se redujo el papel de los Consejos y se dio más importancia a las Secretarías, especialmente la del Despacho Universal. El rey, los Secretarios del Despacho y el embajador francés formaron un gabinete, que junto con los generales franceses, sería el que dirigiría la guerra. 


B) LOS PRINCIPALES HECHOS BÉLICOS:
La guerra por entonces no discurría muy bien para Luis XIV de Francia, ya que el general inglés Malborough rechazó a los franceses en la frontera de Holanda en 1704, y se acercó al Danubio para sorprender por detrás al ejército francés que intentaba sitiar el principal bastión de los austríacos en Europa: Viena. El plan del militar inglés cundió, con lo cual los franceses (y bávaros aliados) sufrieron una dura derrota. Sólo en el Piamonte consiguieron los franceses alguna que otra ventaja sobre los saboyanos en 1704, y en el verano de 1705 el general francés Vendôme consiguió frenar un ataque del príncipe Eugenio de Saboya que pretendía romper el cerco francés de Turín. Pero en 1706 el vencedor sería Eugenio de Saboya, quien con un contraataque obligó a los franceses a evacuar el norte de Italia. 
En 1706 los franceses sufrirán otra importante derrota en Ramillies, donde el ejército del inglés Malborough fortalecido con más créditos concedidos por el parlamento whig (mas partidario de la guerra que los tories) destrozó el ejercito de Villeroi. La mayor parte de los Países Bajos aceptaban como rey al archiduque Carlos III, pero estas posesiones estaban ya bajo influencia inglesa y neerlandesa, lo cual hacía casi imposible y utópico cualquier intento de reconquista de estas tierras por parte de los Borbones.
John Churchill Marlborough, almirante inglés - Imagen de dominio público
Mientras, en la Península Ibérica el conflicto iba creciendo pues la presencia del archiduque Carlos III en Lisboa (en mayo de 1704) abrió el frente portugués. Felipe V no podía tolerar la presencia de Carlos III en la península, así que organizó un buen ejército que marchó hacia Portugal, unido al ejercito que formó el marques de Villadarias en Andalucía, y refuerzos que llegaron de Francia. Este vasto ejército cosechó una gran victoria para Felipe V, ya que invadió Portugal con éxito a finales de primavera. La demostración de fuerza por parte de Felipe provocó que los aliados cambiasen de escenario de guerra y en mayo, la escuadra angloholandesa al mando del inglés y comandante naval Rooke, desembarcó tropas en Cataluña. Esta escuadra fue la que tras dejar los soldados en Cataluña, pudo apoderarse sin problemas de Gibraltar (1704), pero no lo consiguieron con Ceuta. En persecución de Rooke iba una escuadra francesa formada en Tolon, encontrándose las dos flotas frente a Vélez-Málaga donde tuvieron un duro encuentro en 1704 que obligó a retirarse a ambos. Luego en 1705 fracasaron los intentos, por mar y tierra, de recuperar Gibraltar y su posesión animó a los aliados a reforzar los ataques en Portugal, aunque en este campo sin éxito. 

En el verano de 1705, una poderosa armada angloholandesa, que llevaba a gran parte del ejército hacia Cataluña, por el camino fueron haciendo pequeños desembarcos para intentar levantar a la población a favor del archiduque, como en Denia. En Cataluña las cosas estaban preparadas de antes con el Pacto de Génova de 1705, que mostraba los intereses comerciales de la burguesía barcelonesa, la cual prefería la alianza inglesa. Al desembarcar Carlos III en las cercanías de Barcelona en 1705, el archiduque fue proclamado rey, puesto que ya contaba con numerosos partidarios
En Aragón la cabeza del archiduque era el conde Cifuentes, quien no consiguió que se le uniera Zaragoza a la causa de Carlos.
El archiduque Carlos, Carlos III de España el Pretendiente - Imagen de dominio público
Aragón por tanto se convertiría en una pieza clave por la cual lucharían ambos bandos, ya que era el camino hacia Madrid desde Cataluña. Felipe V desvió al ejército desde la frontera de Portugal para llevarlos hacia Aragón, todo ello con notable éxito, ya que en 1706 Felipe pudo poner cerco a Barcelona desde tres puntos: con sus ejércitos desde Aragón, desde el norte (en tierra de Francia), y con apoyo naval bloqueando los mares. Pero rápidamente se daría la vuelta a todo, ya que la aparición de una escuadra pro-austríaca más poderosa, y la caída de la ciudad de Alcántara en el frente portugués (a manos de los partidarios de Carlos III, plaza estratégica que abría el camino hacia Madrid) llevaron a Felipe V a levantar el sitio de Barcelona para proteger Madrid de una incursión portuguesa. 
Felipe V optó por retirarse y volver a Madrid cruzando a Navarra (a través de Francia), por esto perdió mucho terreno, y sólo Murcia aguantaba lealmente en el Levante a su favor gracias a Belluga. Felipe V llegó a tiempo a Madrid para evacuar la Corte, ya que el ejército aliado (apoyado por Austria, Inglaterra, Países Bajos y Portugal) era más poderoso, y tras la caída de Alcántara avanzaba imparable hacia Madrid. El dos de julio de 1706 fue proclamado Carlos III rey de España en Madrid. En poco tiempo, en el Mediterráneo, cayó también Murcia y Alicante en manos inglesas, por lo que estarían en poder del Archiduque. También había sido proclamado rey en Aragón. 

Pero de nuevo tenemos un revés en la guerra, y en un par de meses, los partidarios de Felipe consiguieron dar la vuelta a la situación. En Madrid, Carlos III fue “desaclamado” en un acto burlesco y la mayoría de nobles castellanos, aragoneses y valencianos leales a Felipe V, se le unieron en Guadalajara, donde el de Anjou había esperado el desarrollo de los acontecimientos. Carlos no se atrevió a enfrentarse a este ejército e intentó llegar a Toledo, donde residía la reina viuda, Mariana de Neoburgo, pero el duque de Osuna se adelantó y se llevó a la reina a Bayona. Carlos III entonces inicia la retirada hacia Valencia en septiembre. 
En octubre de 1706 la corte de Felipe V estaba restablecida en Madrid, pero las cosas no le iban tan bien a su abuelo Luis XIV. Desde entonces, a causa de sus derrotas en los frentes europeos Luis XIV buscará la paz, aún a costa de desmembrar la Monarquía Hispánica, aunque siguió prestando apoyo a su nieto Felipe V en todo momento. 


3. La segunda parte de la guerra (1707-1713). Hacia la victoria borbónica 


El año de 1707 fue muy favorable para Felipe V, se inició con la sonada batalla de Almansa, donde los aliados austracistas sufrieron una dura derrota. Murcia y Valencia quedaban aseguradas para los borbónicos, y los aliados tuvieron que abandonar Zaragoza. Al final de ese año los aliados sólo tenían en posesión Barcelona y Tarragona. Felipe V estableció en los nuevos territorios ya en su poder, los Decretos de Nueva Planta, que acabarían con los fueros locales, dando más poder a Madrid y más dinero para la guerra. 

En cambio, en 1707 y 1708 en el frente europeo los aliados pro-austríacos ganaban terreno: se hicieron con Nápoles, además Vendôme fue derrotado por el almirante inglés Marlborough en el frente de los Países Bajos, y en octubre consiguieron abrir camino hacia París. Felipe V mientras tanto, continuaba recuperando a su favor los territorios más fieles a Carlos III en el reino de Valencia, mientras que por mar la cosa no iba tan bien, pues la flota de Carlos III ocupó fácilmente Cerdeña y Menorca. Luis XIV de Francia seguía por su parte preparando una paz con Holanda, pero fracasó y al volver la guerra en verano, los franceses volvieron a ser derrotados. Los trámites para establecer la paz le exigían retirar a Felipe V de España, a lo que Luis accedió siempre y cuando Felipe estuviese de acuerdo. Pero el monarca español no iba a aceptar tal cosa, puesto que su posición en la guerra era favorable y se había tomado muy en serio eso de ser monarca español, y defendería su puesto con o sin ayuda francesa.
A Francia se la atacó desde múltiples frentes, dividiendo sus fuerzas y provocando severas derrotas a los galos
(Autor foto: Rebel Redcoat Fuente: wikipedia)
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En 1710 la situación para Felipe se volvió a tornar complicada cuando los aliados dirigieron una ofensiva desde Cataluña hasta Aragón, y el rey Felipe al mando de su ejército no conseguiría parar el ataque aliado antiborbónico. Fue una dura derrota para los borbónicos, de hecho Felipe llamó y solicitó al general que dirigía el frente español en Portugal, pero este refuerzo no fue suficiente y los aliados volvieron a tomar Zaragoza y una vez más tuvieron el paso abierto hacia Madrid, por lo que Felipe tuvo que evacuarla de nuevo. 
Carlos III, al entrar en Madrid una segunda vez el 28 de septiembre de 1710, fue recibido hostilmente y no pudo contar con la conexión con su otro ejército que tenía localizado en Portugal. Esto, sumado a las dificultades de abastecimiento en tierras tan hostiles como las españolas, le hicieron optar por retirarse. Luis XIV mandó a Vendôme desde el Rosellón, y al mando de las tropas castellanas volvió a ocupar Aragón, venciendo en Brihuega y Villaviciosa, y preparando una gran ofensiva contra Cataluña. En enero de 1711 se tomó Gerona para los borbónicos, pero el resto de este año la guerra quedó estancada, ya que se dio más una guerra político-diplomática que de armas. 
¿Por qué este parón en la guerra? Porque había muerto el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico José I, y esta muerta hacía que el trono imperial pasase al Archiduque Carlos III de España, con lo que la postura angloholandesa cambió por completo, no sólo porque en la península las cosas no iban bien, sino porque al ser Carlos elegido emperador del Sacro Imperio, si ganaba la guerra en España, uniría ambos territorios y tendría una gran potencia (como en época de Carlos I), circunstancia que los angloholandeses habían rechazado desde el comienzo de la guerra. Además, el gobierno en Inglaterra cambió, ahora gobernaban en el parlamento los tories, menos favorables de la guerra. Inglaterra retiró su apoyo al nuevo emperador en la guerra por la sucesión en España y buscó establecer la paz con Luis XIVen los Preliminares de Londres, antesala al Tratado de Utrecht de 1712. 


4. El Tratado de Utrecht de 1713. El fin de la Guerra en España 


El tratado consta de una compleja serie de acuerdos logrados en ciudades como Utrecht, Rastatt y Baden, donde se salvaron las diferencias entre los distintos países enemigos. En España, Felipe V fue reconocido como rey de España y de los territorios americanos, pero tuvo que renunciar a sus derechos en el trono francés y a la posesión de los territorios europeos: Milán, Nápoles, Cerdeña y los Países Bajos que recibía Austria como herencia de los Habsburgo. 
También los ingleses salían reforzados, ya que Inglaterra se quedaba con las posesiones de Gibraltar y Menorca, obtenía el asiento de negros (comercio de esclavos de negros) y un navío de permiso para enviar anualmente a América (es decir, al año podían mandar un navío de lo que quisiesen para comerciar con las indias españolas, aunque este tratado se violaba constantemente). Además los ingleses obtenían de Francia importantes cesiones: cedió a Inglaterra la bahía de Hudson, Terranova y Acadia, San Cristóbal en las Antillas y parte de la Guayana que pasó a manos del Brasil portugués, y en lo político debía retirar su apoyo al pretendiente Estuardo y aceptar la renuncia de sus posibles herederos en Francia al trono español.
Por su parte Saboya adquiría el rango de reino y recibía Sicilia.

El Sacro Imperio no participó en este tratado en el año de 1713 (lo hará poco después), porque vio posibilidades militares de acercarse a París pero Villars impidió que esto prosperara. Por lo tanto, Carlos III de España (ya Carlos VI del Sacro Imperio Germánico) accedió a los acuerdos anglofranceses en Rastatt, en 1714, pero no firmó la paz con Felipe V, quien a su vez no aceptó la desmembración de la monarquía. La guerra continuó en Cataluña y Mallorca pues Carlos no aceptó a Felipe como rey de España hasta 1725. Portugal también retrasó la paz con España hasta 1715 (hasta conseguir la colonia de Sacramento). 

Sin terminar por completo los combates Utrecht establece un nuevo orden europeo
  • El imperio español se liquida en sus territorios europeos 
  • Francia, muy débil, pierde su poder continental y ve mermado su imperio colonial. 
  • Los Países Bajos (Holanda), mantienen su independencia y consiguen una barrera de fortificaciones que la defendieran de futuros ataques franceses. 
  • Saboya y Prusia obtuvieron el rango de reinos. 
  • Austria, presente en los Países Bajos españoles y en Italia, obtenía un poder continental, incluso marítimo, del que había carecido siempre. 
  • Inglaterra, que consigue importantes enclaves mediterráneos y americanos, verá como sus posibilidades mercantiles crecen y aumenta su poder naval siendo la gran vencedora. 
El emperador no aceptó la renuncia al trono español, pero al negarle el apoyo inglés, las tropas no tuvieron más remedio que abandonar Cataluña en junio de 1713. Los catalanes se quedaban solos y la resistencia se mantuvo mayormente en Barcelona por la defensa de los fueros. Su asedio culminó en 1714. En Mallorca la resistencia se mantuvo hasta 1715. Tras la conquista de ambas por parte de Felipe V se establece en ellas los famosos Decretos de Nueva Planta, que eliminaba sus fueros. Los fueros fueron eliminados en todos los territorios donde Felipe no fue apoyado, en cambio, mantuvo los fueros del Reino de Navarra y el País Vasco, en agradecimiento por el apoyo prestado durante la guerra al candidato Borbón.
Europa en el año 1714, tras finalizar la guerra a gran escala(Autor foto: Rebel Redcoat Fuente: wikipedia)
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5. La Guerra de Sucesión como Guerra Civil y conflicto social 


La guerra de Sucesión en España se convirtió en un conflicto civil entre los partidarios de una u otra monarquía. En los inicios, el intento del Archiduque de atacar Castilla desde Portugal atrajo a su causa algunos nobles castellanos que no estaban a favor de la política llevada a cabo por Felipe V, aunque fueron pocos. 
Como la suerte en las armas la tuvo Felipe, el Archiduque intentó atacar desde otros puntos, y se aprovechó del descontento social existente en la Corona de Aragón, especialmente en Valencia, donde todavía quedaba rastro de la segunda Germanía. La propaganda de los aliados consiguió levantamientos populares prometiéndoles mejoras sociales, lo que funcionó en Valencia y Cataluña, añadiéndole que le tenían enemistad a Francia por las últimas guerras contra Luís XIV y de las dificultades creadas al comercio. 

Se puede decir que la Corona de Castilla defendió a Felipe y la Corona de Aragón a Carlos, pero no podemos simplificarlo tanto, pues Carlos III fue proclamado rey de España y no de uno de los reinos. Aunque el territorio que lo apoyó perdió sus fueros, sus virreyes fueron sustituidos por Capitanes Generales y se mantuvieron las tropas en ellos durante algunos años para asegurarlos. 
Dentro de Castilla había partidarios de Carlos que se encontraban entre algunos miembros de la aristocracia. La mayor parte de la nobleza y el pueblo apoyó al Borbón, algo que se vio latente en las dos incursiones del Archiduque a Madrid. Por otra parte, en Aragón había muchos seguidores borbónicos y muchos que se mostraron indiferentes. La victoria o derrota con las armas se basaba mucho en el apoyo obtenido o no del pueblo. 
La resistencia en la Corona de Aragón fue debilitándose poco a poco, a causa de que la mayor parte de la aristocracia siguió al Borbón, la ineficacia del gobierno del proclamado Carlos III, y al hecho de que el ejército aliado estaba compuesto en su gran mayoría por extranjeros

La guerra tendrá otro lado bastante oscuro. Hay que señalar el gran número de muertos por ambos bandos en el enfrentamiento directo, a los que hay que añadir los fallecidos por la enfermedades y las penurias propias de la guerra (escasez de alimento,…), que frenaron el crecimiento demográfico de Castilla. Cabe señalar también las barbaridades que las tropas cometieron contra la población civil tras la toma de varias ciudades: matanzas, saqueos, incendios de caseríos, profanaciones de iglesias (cometidas sobre todo por tropas extranjeras protestantes). 

La guerra se plantea entonces como un acontecimiento integrador vista desde una perspectiva amplia, no sólo llega una dinastía sino un cambio político y la Ilustración. Se acelerará el proceso reformista en un ambiente de esperanza y cambio, la guerra potenciará los cambios de la Hacienda, del ejército y del gobierno, aunque los demás irían a un ritmo más lento. 
El cambio que la guerra dio a España en vistas a su desarrollo fue muy favorable, puesto que existían tensiones y deseos que se saldaron con la guerra, y se abrió el camino a una nueva monarquía ya que la anterior parecía no encontrar su sitio. España deja de mirar sólo para España y se da cuenta de que después de los Pirineos existe Europa, que tienen muchas cosas de las que deberían imitar puesto que han triunfado. 

La influencia francesa fue limitada en el tiempo y en las medidas pero pronto intentó crecer la inglesa, en un escenario internacional nuevo, sin el lastre de las posesiones europeas, que permitía centrarse a la Monarquía Hispánica en la recuperación económica de España y América. Perdidas las posesiones en Europa, se perdieron también los conflictos derivados de estas posesiones, y se redujeron los gastos enormemente al no tener que mantener tropas en dichos lugares. Fue una consecuencia positiva inmediata, aunque pueda parecer paradójico.

Con el fin de la guerra una nueva dinastía se establecía en España: los Borbones. Es también este momento en el que nace España como tal, porque hasta ese momento el Reino de Aragón y el Principado de Cataluña habían tenido sus propios fueros, sus propias leyes y fronteras y aduanas con el reino de Castilla.

¡Feliz Martes! - Hacer historia, aprehender la historia, aprendes la historia
27/Septiembre/2016

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