Hª EDAD MODERNA de España: el sector agrícola y ganadero español.

En la presente entrada continuamos con el marco económico y social de la Edad Moderna en España. A continuación vamos a describir la situación de la agricultura y ganadería en España, las cuales (sector primario) eran el motor básico de la economía, como ocurría en casi todos los estados preindustriales. 


1. Introducción 


Desde fines del XV y principios del XVI Castilla creció económicamente. Existen unos acontecimientos que marcan el crecimiento económico. Es el momento de la unión de las coronas, la conquista de Granada y la apertura que se da a América. La historiografía tiene dudas sobre las repercusiones posteriores ya que el crecimiento del XVI va seguido de una crisis la del XVII de la que será difícil recuperarse. La investigación actual se plantea si fue realmente un crecimiento consistente o fue un espejismo o coyuntura concreta que provocó el crecimiento que luego cayó. Se dice espejismo porque el sector agrario no evoluciona tanto y la estructura social parece que hace que no se produzcan cambios sociales importantes.

El sector agropecuario creció con fuerza porque se extendió el área cultivada y mejoraron las condiciones de acceso a la tierra por parte de los campesinos, sobre todo en la primera parte del siglo XVI. La despoblación del siglo XIV hizo que los propietarios quisieran asegurarse población para arrendar (tanto nobleza como la iglesia) y mejoraran las condiciones de acceso a la tierra, buscando una restauración agraria que hiciera crecer sus rentas y diezmos. 


2. Propiedad/Usufructo de las tierras en España (Castilla y Aragón)


Para entender este sector, se debe tener en cuenta el tipo de propiedad, es decir el acceso a las tierras de cultivo, qué tipo de propiedad y qué tipo de usufructo. Se usan los términos de propiedad y usufructo/propiedad y posesión/propiedad y tenencia. Por una parte, quién es el dueño y tiene la capacidad de transmitir la propiedad y, por otro, aquellos que tienen derecho al disfrute (poder labrar la tierra). Esa diferencia en el usufructo o tenencia de la tierra marca las distintas condiciones de vida de los campesinos. Así sea el acceso de los campesinos a la tierra tendrán más o menos dificultades. 

Por otra parte, existió la propiedad colectiva o bienes comunales que eran propiedad de todos los vecinos en conjunto, los cuales no se podía aprovechar con carácter individual y debían ser de uso colectivo (entre éstos tenemos pastos, comestibles, aguas, etc.). La forma de aprovechamiento varió ya que se podían aprovechar comúnmente o sorteando entre los vecinos la posibilidad de su aprovechamiento (por ejemplo el cultivo de una zona).

En la meseta castellana entre el 25 y el 50% de los campesinos tenían tierras en propiedad. Hacia el sur existían pequeñas propiedades que no eran suficientes para mantener a la familia pero si para arraigarlas en el lugar, las cuales complementaban su subsistencia con el trabajo para otros propietarios de los que podían obtener recursos comestibles o derecho al uso de herramientas, como por ejemplo una yunta de bueyes. En el Levante, Andalucía oriental y el Cantábrico la forma de uso de la tierra por parte del campesinado no era la propiedad sino la tenencia, la nobleza y el clero tenían la propiedad de la tierra: abadías, obispados y cabildos catedralicios eran los grandes propietarios los cuales cedían la propiedad (uso) a los campesinos. 
  • En la meseta norte predominaban los campesinos libres. 
  • En la meseta sur será el territorio donde los grandes aristócratas, órdenes militares y religiosas tengan el grueso de sus propiedades, zonas donde los señoríos nobiliarios y eclesiásticos tengan su mayor repercusión. 
En todo este panorama, a partir de 1560, entran en juego las oligarquías urbanas, las  clases pudientes de las ciudades que invierten sus beneficios en tierra aprovechando los  inicios de la crisis, comprando tierra a los campesinos endeudados y haciendose con grandes  patrimonios en el campo.

Los modos de usufructo variaron también según el territorio
  • En la zona del interior eran los foros individuales o colectivos. Los foros individuales son una cesión del noble a una  persona (realmente una familia) y los colectivos aquellos en los que el señor cedía todas sus  tierras a un pueblo para que las labrara. El pueblo las hacía lotes y las repartía entre sus vecinos y pagaban una cantidad. Estos foros no tenían carácter perpetuo ya que había que  renovarlos por cada generación (no pueden heredarlos los hijos en las mismas condiciones). En cada cambio de generación había una renovación del contrato y, según sea el estado económico del momento, va a ganar más el propietario o el campesino. Otro factor importante será si es necesario crear un arraigo en la tierra o no por parte del campesinado. 
  • En el reino de Granada existe un sistema especial de foros, nuevo en la zona, que es el foro o censo enfitéutico, una figura del derecho romano que implica una cesión de la tierra a perpetuidad (se cede por varias generaciones) y permitieron incluso la realización de subarriendos cuando los territorios eran lo suficientemente amplios. 


3. Las tierras de propiedad comunal


En casi todos los pueblos hay patrimonios municipales, tierras comunales y colectivas que marcan la diferencia entre un tipo de labrador u otro. Un pueblo que tiene amplios pastos garantiza a sus habitantes mantener grandes rebaños o mantener rentas por ejemplo arrendándoselas al mejor postor (esta cuestión puede marcar diferencias entre pueblos, ciudades y regiones). Existen gran cantidad de situaciones en el territorio. En las ciudades castellanas había grandes cantidades de pastos usándose el sistema de rozas (terrenos donde se sembraban plantas de forrajes para el ganado), o pueblos en los que las tierras comunitarias eran propiedad de un señor que las arrendaba para usarlas como propias para mantener pastos comunales. El aprovechamiento de los bosques (de uso comunal) es fundamental para obtener recursos tan importantes como la leña, frutas silvestres, caza, alimento para el ganado etc. y son definitorios en épocas de escasez. 

El funcionamiento de estas tierras comunales recae en los concejos en los que a veces nos encontramos con verdaderas “constituciones” que regulan el funcionamiento. En muchos casos es la costumbre la que regula, pero en muchos otros existían ordenanzas escritas como en algunos pueblos del centro y norte de la provincia de León, así como las ordenanzas generales del Principado (1594) en Asturias. Por otro lado son muchos los lugares donde no existen ordenanzas escritas como pasa en Galicia.

En el centro y sur de la península se establece una clara división de bienes entre los propios y los comunales: 
  • Los comunales son propiedad de todos los vecinos y todos tienen los mismos beneficios. 
  • Los propios son aquellos bienes que posee el ayuntamiento y es el propio ayuntamiento el que dispone de ellos sin tener que dar cuenta de ello a sus miembros. Estas tierras suelen quedárselas con más tranquilidad los miembros de la oligarquía municipal, mientras que las comunales son arañadas en las lindes por los pequeños propietarios.
Estas tierras son muy extensas en el siglo XVI y poco controladas por la Corona que  las cede muchas veces sin tener pleno conocimiento de la cantidad de tierras real. Esta amplitud de bienes hace que el aprovechamiento colectivo sea muy importante y que muchos se apropien de ella de manera consentida, incluso existe una expresión que sanciona estas apropiaciones indebidas “lo arado, propio”. En muchos otros pueblos no era necesario arar, se establecían en lotes y se sorteaban y cuando nadie reclamaba el lote nuevamente se apropiaban ilegalmente. A pesar de esto existían formulas como la presura mediante la cual cualquier vecino podía apropiarse de un terreno con la condición de ararlo una vez al año.

Sería también injusto simplificar de esta manera las apropiaciones ya que a fines del siglo XV y a lo largo del siglo XVI existieron diversas normativas para evitar abusos y garantizar el equilibro en la labranza y crianza, preservando la separación de espacios de utilización diversa y limitada, según mayor o menor abundancia de pastos, y señalando el número de ovejas que cada vecino puede sostener en los pastos comunales. Por tanto se intentaba sobre todo mantener algunas tierras para el ganado para evitar la presión que podría hacer el ganado sobre las tierras de labranza. 


4. Tipos de cultivo y situación de la agricultura a lo largo del tiempo


Durante el siglo XVI no hubo innovaciones de relieve en el terreno agrícola. La siembra de cereales y mies en año y vez predominaba en los terrazgos de interior y del Levante, no siendo excepcional que en La Mancha, Extremadura y Andalucía rigieran sistemas más espaciados, como el llamado cultivo al tercio, que imponía un descanso de dos años a las labranzas. La práctica de año y vez y el cultivo al tercio permitía que los ganados aprovecharan las rastrojeras y abonaran la tierra. Durante estos períodos de barbecho la tierra se araba para que se renovaran los nutrientes de la tierra.

El cultivo predominante es el cereal (trigo, avena, centeno, etc.), solo en huertas y regadíos cercanos a las ciudades se cultivaban otras plantas como arroz, leguminosas, etc. En la cornisa Cantábrica domina el centeno y el mijo antes de que llegara el maíz (cultivo de gran importancia posterior). El viñedo estaba extendido en el Mediterráneo y Cantábrico sobre todo en zonas donde había ciudades a las que abastecer o puertos para exportar.
Trigo - Imagen de dominio público
En líneas generales las producciones del siglo XVI crecen con fuerza y caen en torno a 1580 aunque la fecha de inicio de la crisis es distinta según la zona de la que hablemos. Los cereales, vinos y aceites son los productos cuya producción crecerá en este período según las rentas decimales.

El aumento de la población en la época es debido a que crece la extensión de la tierra cultivada (y aumenta la cantidad de alimentos), había más extensión y se producía más. Se tienen constancia de estos hechos y hasta se puede calcular en función de las quejas por el decremento los pastos. Hay un aumento de las tierras de regadío sobre todo en levante y sabemos que la producción era más alta porque las explotaciones eran excedentarias. Cualquier labrador podía pagar las rentas, guardar para las siembras, comer e incluso pasar parte de su producción al mercado. 

En este periodo no hubo fases prolongadas de sequía y el precio del trigo siempre subía. Además a esto se le añade que el salario real descendía (por haber mucha mano de obra) y no existía una presión fiscal excesiva haciendo que la agricultura floreciera. Además las familias se ocupaban en los periodos libres de agricultura para trabajar en el sector textil obteniendo ingresos suplementarios.
La coyuntura cambió a finales del XVI aunque no hay unanimidad en cuanto a las causas de la crisis: unos culpan a los cambios climáticos porque en el XVII hubo una bajada de temperaturas; la extensión de cultivos a costa de pastos puso en marcha la ley de rendimientos decrecientes y al final las tierras se agotaron; los bueyes se sustituyeron por mulas que tienen un arado más superficial y provocaron que las tierras no se recuperasen tan rápido; el proceso de privatización de los comunales también fue negativo al perjudicar a los campesinos; la presión fiscal; la pérdida de la propiedad por los pequeños y medianos campesinos, etc. 

Al final del XVI se produce la ruina de la aldea castellana. Estas causas que parecen razonables para el interior no son las mismas que se dieron en la periferia, donde hubo más causas sociales y políticas que la propia agricultura y por eso fue más fácil de salir de la crisis. 


5. Ganadería


A) GANADERÍA TRANSHUMANTE
La ganadería más estudiada a lo largo del siglo XVI ha sido la mesteña trashumante gracias a la gran documentación del archivo del Honrado Concejo de la Mesta, a los privilegios que tuvieron y a los conflictos que generaron. Existe una diferenciación muy clara en este tema, la mayor parte de la ganadería era la que vivía en el pueblo con sus vecinos y servía prácticamente para su abastecimiento pero tenemos poca información de ella. 

La Mesta agrupaba a los grandes propietarios de rebaños y surge en el siglo XIII consiguiendo muchos privilegios de parte del rey Alfonso X, como el libre movimiento, etc., o que los acuerdos tomados por las reuniones del Honrado Concejo de la mesta (2 veces al año) incluso tengan validez hoy en día (ya nivel de curiosidad más que de practicidad). El principal objetivo de la misma fue la producción de la lana para la producción textil (muy importante para el comercio).
Se organiza en cuadrillas, antiguos distritos de Castilla, al mando de un alcalde de mesta que con procuradores, otros oficiales se encargan de defender los privilegios de los mesteños. Se usan las tres cañadas reales: Leonesa, Castellana y Manchega pero también hay una serie de cañadas de menor importancia que cubren la totalidad de la península para ir del norte al sur en invierno. Existe una trashumancia de corto recorrido con los ganados travesíos o ribediegos y de largo recorrido con la Mesta.
Cuadro de una pastorade Millet - Imagen de dominio público
Sus privilegios incluyen la libertad de paso al ganado pero respetando las cinco cosas vedadas: no puede entrar en las tierras sembradas, huertos, viñas, prados de guadaña y las dehesas boyales (las destinadas a los bueyes para arar las tierras). Tiene sus propias cañadas para el traslado de ganado y descansaderos y si algo le ocurría a esos ganados las autoridades del lugar tenían la obligación de defenderlo como si fueran propios. Existe una gran legislación sobre el tema de la Mesta y lo importante es que fue una forma de obtener beneficios de una explotación ganadera en territorios muy amplios y poco poblados que se mantuvo durante toda la edad moderna. Estos beneficios repercuten en los principales sectores privilegiados como nobles, monasterios y monarquía, los grandes propietarios de ganado, que consiguen pastos a buen precio y lana para vender al exterior. En Aragón existe un organismo similar al de la mesta con menos rebaños y menos recorridos, como por ejemplo las casas de ganaderos en Zaragoza

El ganado trashumante se mantiene constante en el siglo XVI entre 2-3 millones de cabezas a pesar de las quejas constantes sobre su tamaño, pero sufre un proceso de concentración en grandes ganaderos, reflejando la polarización social. Luego el aumento del precio de los pastos los convertiría en menos beneficiosos para nobles e instituciones religiosas y el ganado mesteño comenzará a decaer. La caída en la demanda de carne, cuero, y lana por la crisis de fines de siglo, junto al descenso del precio del vellón en el mercado internacional hará que solo aguanten los propietarios más fuertes y se reduzcan sus efectivos. A finales del XVI la Mesta tiene menor importancia pero seguirá en activo hasta 1836. 


B) GANADERÍA ESTANTE
El ganado más numeroso sin embargo es el vinculado a la agricultura y también el más diversificado. En la cornisa cantábrica el ganado vacuno pastaba libre y era recogido por la noche, normalmente una por familia aunque en algunas ocasiones más que pastaban en zonas con abundantes recursos comunales y un espacio poco humanizado. En el XVI cuando se introduce el maíz y se produce el crecimiento demográfico se introduce la ganadería más intensiva y doméstica. 

En la meseta norte predomina el ovino, formado fundamentalmente por ovejas churras, asociadas al cultivo de tipo año y vez, porque usaba la disponibilidad de pasto en estos territorios. El ganado en este caso no está distribuido de forma familiar como en la cornisa cantábrica, sino que los más ricos tendrán más ganado. Existe ganado de bueyes y mulas para la labranza y transporte de materiales. Los bueyes serán más baratos y aptos para grandes y difíciles superficies, y las mulas serán más útiles cuando se puede complementar la agricultura con el transporte (arrieros). 

En La Mancha la mula sustituye al buey en la agricultura y tenemos mulos. Asimismo se constata en tierras de labor la existencia de ganadería mixta (burros, mulas, cerdos, etc.) con un uso más polifuncional.

A pesar de la escasa documentación que tenemos sobre las ganaderías, al principio apoyaron la expansión de la agricultura pero por las quejas por el descenso de pastos disponibles suponemos que su volumen bajaría en la segunda mitad del siglo. Las últimas investigaciones insisten en que se había producido un proceso de concentración del ganado, se pasa una res por cada propietario a una concentración en “villanos ricos” a finales del XVI.

Con esto terminamos este capítulo sobre el sector agropecuario. En la próxima entrada se tratarán los distintos tipos de industria en la Edad Moderna en España.

¡Feliz Sábado!  - Hacer historia, aprehender la historia, aprendes la historia
20/Agosto/2016

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