Hª EDAD MEDIA Península Ibérica: los reinados castellanos desde Alfonso X el Sabio hasta Enrique IV el Impotente

En la presente entrada vamos a ver el gobierno de los monarcas castellanos desde Alfonso X a la llegada de la Edad Moderna. Vamos a hablar de los principales hechos de los reinados de cada uno, aunque omitiremos las conquistas o luchas contra Granada de los primeros monarcas (desde Alfonso X a Alfonso XI), puesto que esas batallas contra el reino nazarí de Granada ya las hemos visto en las dos entradas precedentes que versaban sobre la Guerra del Estrecho de Gibraltar. Sin más dilación, vamos a ello.


1. Alfonso X el Sabio (1252 -1284)


Aunque este rey dio un impulso grande a la reconquista (esta parte ya la vimos), también fue un rey muy preocupado por la economía y la cultura. Respecto a la economía podemos decir que fue el gran inventor e impulsor del llamado Honrado Concejo de la Mesta, creado en el año 1273. Este concejo reunía a todos los pastores de Castilla y de León en una especie de asociación nacional, a lo cuales se les dará un gran listado de privilegios, privilegios algunos que perduran hasta nuestros días, como el derecho que tienen los pastores a cruzar ciertos pasos reales por Madrid capital. Aquí asistimos a cómo desde el principio en Castilla van a prevalecer los ganaderos sobre los agricultores, además la industria lanar era muy importante, y la lana merina de gran calidad, muy demandada por talleres ingleses y flamencos. Los pastores de la mesta estarán exentos de prestar servicio militar o de testificar en juicios.

Reformas legislativas: con Alfonso X se introduce el derecho romano en Castilla-León. El propio monarca pidió sus juristas que redactaran un código legal amplio basado en el derecho romano-canónico. Este código se conocería con el nombre de Las Siete Partidas, para el cual se necesitaron nueve años de recopilación y redacción (entre 1256-1265). Esta reforma legislativa está acorde a su tiempo, ya que con el siglo XIII comienza en general en Europa Occidental, un fortalecimiento de la monarquía sobre los nobles, y este fortalecimiento se da en todos los campos: legislación, ejército...etc. Esto provocó que la nobleza viese socavados sus privilegios, creando un gran descontento.

Pero para Alfonso X el Sabio, uno de sus mayores problemas en vida fue la cuestión del Imperio. De hecho, esta cuestión le llevó a emplear recursos, dinero y tiempo en intentar obtener un título nominal. Estos recursos se podrían haber usado en la reconquista de Andalucía, pero no fue así. El llamado Sacro Imperio Romano Germánico elegía a sus emperadores por votación (ciertos príncipes electores tenían derecho a votar), con la condición de que perteneciesen a alguna rama alemana nobiliaria importante. Como Alfonso X era hijo de Beatriz de Suabia, pertenecía a la familia de los Hohenstaufen, por lo que tenía derechos a ser Emperador de Alemania.
Así pues, en 1256 muere el emperador Guillermo II de Holanda, y llega a Castilla (más concretamente a Soria), una embajada pisana, pidiéndole que se presente a candidato al Imperio, en lo que en tal caso Pisa daría su apoyo a Alfonso X. Alfonso X envió dinero, tropas, delegaciones... para apoyar su candidatura.
En 1257 los siete príncipes electores votaron: 4 votos a favor de Alfonso X, mientras que solo tres para Ricardo de Cornualles (que era hermano de Enrique III de Inglaterra). A pesar de que Alfonso X ganó las votaciones, Ricardo viajó a Aquisgrán y se hizo coronar emperador. Alfonso X podría haber acudido a tierras alemanas y reclamar su derecho, con lo cual se habría convertido en el emperador del Sacro Imperio, pero el rey castellano prefirió quedarse en la península, perdiendo la oportunidad.

Por último destacaré la problemática de la sucesión de Alfonso X el Sabio. Su hijo primogénito murió en 1275 (llamado Fernando de la Cerda). Según el derecho consuetudinario de la época (y el aplicado en Castilla, puesto que no todos los reinos tenían el mismo derecho), si moría el primogénito, la corona pasaba al segundogénito. Como siempre hemos visto hasta ahora, esto era lo normal. Pero recordemos que Alfonso X había introducido el derecho romano en las Siete Partidas, y en el derecho romano, si moría el primogénito, y este primogénito tenía hijos, entonces la corona la heredaban los hijos del primogénito, en este caso particular los nietos de Alfonso X. El derecho romano dejaba sin sucesión al segundogénito. ¿Qué ocurre entonces? Aunque el rey quería que Castilla fuese heredada por su hijo Sancho IV, cedió a las presiones de su mujer Violante de Aragón y por Felipe III de Francia, que al ser tíos de los infantes de la Cerda (hijos de Fernando de la Cerda) querían ver en el trono a los legítimos herederos según el derecho romano. Alfonso X se encontró entonces entre la espada y la pared, y decidió crear un reino independiente en Jaén para entregarlo a los infantes de la Cerda, mientras que Castilla (sin el reino de Jaén) sería para su segundogénito Sancho IV. Pero ni Sancho ni la mayoría de nobles en Castilla querían seguir el derecho romano, y menos debilitar Castilla desgajando Jaén, así que se rebelaron en 1282, haciéndose con el control real del reino de Casilla, mientras que Alfonso X siguió gobernando en las ciudades que le quedaron fieles, como Sevilla, Murcia y Badajoz. Alfonso X en venganza, quitó del testamento a su hijo.
Alfonso X intentó darle la vuelta a la situación en Castilla aliándose con los benimerines (meriníes) de Marruecos para recuperar el control de toda Castilla, pero falleció en 1284. A pesar de haber desheredado a su hijo, Sancho IV fue coronado y aceptado por los grandes nobles castellanos, que se negaban a aceptar el derecho romano.
Alfonso X el Sabio
(Autor foto: Luis García Fuente: wikipedia)
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Pero será su pasión por la cultura y conocimiento (pasiones heredadas de su madre), las que le valdrán el apodo de el Sabio. Él escribía cantigas en portugués, además fomentó la traducción al castellano de muchas obras, en especial cuentos y textos antiguos, gracias a la Escuela de traductores de Toledo, que contaba con eruditos en árabe, hebreo y latín, y que pusieron su conocimiento para impulsarlo todo al castellano. También fue mecenas de muchas obras sobre minerales, sobre juegos de mesa, sobre historia (de España y Universal). En fin, su labor en el mundo de la cultura fue uno de sus grandes aportes a la España medieval.


2. Sancho IV el Bravo (1284 - 1295)


Hijo segundón de Alfonso X. Su reinado estará marcado por la reconquista y por las luchas internas nobiliarias heredadas a causa del testamento de su padre. Su reinado estará constantemente lleno de intrigas nobiliarias, encabezadas por el infante don Juan (conocido como Juan de Castilla el de Tarifa) y por López Díaz III de Haro (séptimo señor de Vizcaya). El rey Sancho IV fue implacable, pasó a cuchillo a más de 4000 seguidores de los infantes de la Cerda (que eran sus sobrinos). Todas estas disputas se mantuvieron incluso después de su muerte, ya que su hijo Fernando IV también se vería acosado por estas intrigas nobiliarias.
Por último decir que este rey también impulsó la cultura y las letras, aunque no tanto como su padre.
Moneda de 1 vellón de Sancho IV(Autor foto: Asqueladd Fuente: wikipedia)
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3. Fernando IV el Emplazado (1295 - 1312)


Hijo del rey anterior, subió al trono siendo menor de edad (10 años). Se su reinado en minoría puede destacarse el tratado de Alcañices, por el cual quedaba fijada la frontera de Castilla-León con Portugal, y de mutuo acuerdo con la iglesia de ambos estados y principales casas nobiliarias. Por este tratado Castilla entregaba una serie de plazas fuertes y localidades que le pertenecían en el momento de la firma, como eran Campo Maior, Castelo Bom, Castelo Melhor, Castelo Rodrigo, Olivenza, Monforte, Sabugal, Vilar Maior Ouguela.... etc., que pasaron a partir del momento a ser parte de Portugal.
Además gracias a este tratado de 1297, el rey se ganaba el apoyo incondicional de Portugal frente a los infantes de la Cerda y frente a Aragón. Durante la minoridad del rey, su madre llevará las riendas de la política, en medio de un caos prácticamente total de guerras civiles e intervenciones por parte de Aragón, Granada y Portugal.
Enrique de Castilla el Senador, que era hermano del difunto Alfonso X, en 1303 quiso dividir de nuevo Castilla-León, intentando que Alfonso de la Cerda (nieto de Alfonso X, quien por derecho romano debió heredar el reino) fuese rey de León, mientras que Pedro de Castilla (hermano de Fernando IV) sería rey de Castilla y se casaría con una hija de Alfonso II de Aragón para apaciguar los deseos del reino vecino. Este plan implicaba que Fernando IV renunciase al trono, pero el joven rey no estaría dispuesto a seguir por estos derroteros. Para suerte de Fernando IV, en ese mismo año se produjo el fallecimiento de Enrique el Senador, debido a una repentina enfermedad. Aún así, las intrigas y luchas siguieron, ya que los partidarios de los infantes de la Cerda reclamaban Castilla, o al menos un reino en Jaén como había prometido Alfonso X en vida.

El conflicto sucesorio se cerraría en 1304 con la sentencia arbitral de Torrellas, mediante la cual Alfonso de la Cerda renunciaba a sus derecho al trono de Castilla, y devolvía las villas bajo su poder en el transcurso de estas guerras civiles. A cambio el rey le entregaría una serie de ciudades y posiciones desperdigadas por todo el reino de Castilla y León, con el objetivo de que no creara un estado extenso y continuo que pudiese ser fuente de problemas.
También se cerró durante su reinado el conflicto abierto con Diego López V de Haro, señor de Vizcaya, con Juan de Castilla el de Tarifa, conflicto consistente en que Juan reclamaba el señorío de Vizcaya (reclamación que duró desde 1304 a 1307), diciendo que fue ocupado ilegalmente por Sancho IV de Castilla y entregado a los Haro. Por su parte Diego López decía que Juan había renunciado voluntariamente a él en un juramento en 1300. Al final el conflicto se saldó en un acuerdo favorable para Diego López V de Haro que conservaría en vida el señorío.

Los conflictos con Aragón en esta época también se cerraron como ya vimos en su momento gracias al tratado de Elche en 1305, por el cual Murcia quedaba definitivamente bajo poder castellano.

Respecto a la muerte del rey ocurrió sin testigos en 1312 en la ciudad de Jaén. Esto levantó en la época multitud de sospechas.
Sepulcro del rey Fernando IV, en la iglesia de San Hipólito en Córdoba
(Autor foto: Lancastermerrin88 Fuente: wikipedia)
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4. Alfonso XI el Justiciero (1312 - 1350)


Hijo de Fernando IV y Constanza de Portugal. Era nieto de María de Molina, que será la persona la cual se encargue de la regencia del rey durante su minoría de edad.
De su reinado se pueden destacar:
  • La batalla del Salado en 1340, en la cual fueron derrotados definitivamente los benimerines, evitando la expansión de estos. 
  • El vasallaje que le rindió Alfonso de la Cerda en 1331, con lo cual se cerraba para siempre el capítulo de las intrigas al trono de Castilla iniciado en época de Alfonso X con la adopción del derecho romano. 
  • El sometimiento de la nobleza bajo su reinado, aún teniendo que recurrir a mano dura (ejecuciones, traiciones...etc.).
Su muerte se produjo a causa de la peste negra, como ya vimos cuando hablamos de Granada y la reconquista, durante el sitio de Gibraltar.
Alfonso XI y sus nobles - Imagen de dominio público

5. Pedro I de Castilla el Cruel -o el Justo- (1350 - 1369)


Hijo de Alfonso  XI y María de Portugal. Cuando sube al poder con 15 años, lo hace estando gravemente enfermo. Para 1351 ya se halló recuperado, y comenzó empleando sus fuerzas en fortalecer el reino. Lo primero que hizo fue ocupar el señorío de Vizcaya, junto con Lerma y Lara, que quedaron incorporados al reino, además mandó asesinar a toda la oposición y personas que pudiesen intentar hacerse con el señorío o incluso reclamarlo.
Después, desde finales de 1351 a 1352, el rey se dedicó a legislar para el reino, puesto que la peste negra arrasaba Europa, los pueblos y ciudades quedaban despoblados, por lo que tomó cartas en el asunto y reguló precios (para evitar abusos), salarios y jornales, reguló los descansos anuales, bajó los impuestos a las ciudades y villas, persiguió la vagancia y mendicidad, dio libertad a los judíos para que repoblasen las ciudades y animasen el comercio... etc.

También tuvo que sufrir rebeliones, como la de Alfonso Fernández Coronel, junto a la de sus hermanos. Además se sumó el descontento de todos los nobles profranceses, cuando el rey dos días después de casarse con Blanca de Borbón en 1353, la repudia al no recibir la dote (y también porque era amante de María de Padilla), por lo cual estalla una rebelión en Toledo y otras ciudades. Él aplaca la rebelión y destituye a los nobles de la rama de Albuquerque (encabezados por Juan Alfonso de Albuquerque), lo cuales ante la destitución se fortifican en la ciudad de mismo nombre: Albuquerque, apoyados por el maestre de la Orden de Calatrava. Recibirían también apoyo de Portugal.
Después el rey se metió en líos con el papado, al casarse ilegalmente con Juana de Castro gracias a la complicidad de los obispos de Salamanca y Ávila.

También tuvo conflictos con Aragón, que se iniciaron a raíz de que las naves de Pedro IV de Aragón capturaron en Sanlúcar de Barrameda unas naves genovesas (enemigas de Aragón). Pedro I exigió que se liberaran esas naves, el aragonés se negó, y estalló una guerra llamada Guerra de los dos Pedros (1356 - 1369), que fueron una serie de escaramuzas más que una gran guerra abierta continua, destacando el cerco a Valencia por parte de Castilla, captura de plazas en frontera como Tarazona (capturada por Castilla), apoyo de Aragón al hermano castellano rebelde Enrique I de Trastámara... etc. La guerra no fue continua, hubo alianzas, paces y reanudaciones de la guerra.
En el transcurso de la guerra contra Aragón y contra su hermano rebelde (era una auténtica guerra civil), serán especialmente duros los años de 1358, 59 y 60, ya que el rey Pedro I no dudará en ejecutar de manera masiva a familiares de opositores o rebeldes, como manera de castigo. Los asesinatos destacados fueron los siguientes:
  • Fadrique, uno de sus hermanos.
  • Leonor de Castilla, reina viuda, que era su propia tía. Para vengarse de Fernando de Aragón, marqués de Tortosa.
  • Juana de Lara, que era mujer de Tello de Castilla, un hijo de Alfonso XI (extramatrimonial). La mató por odio y deslealtad por parte de Tello (quien era su hermanastro).
  • Isabel de Lara, viuda del infante aragonés don Juan.
  • Pedro Álvarez de Osorio.
  • Pedro Núñez de Guzmán, padre de Leonor de Guzmán (amante de Alfonso XI), y abuelo de Enrique II de Castilla. De esta forma mataba a un ser querido de Enrique II, su hermanastro quien era su competidor y rebelde que se dedicó a rebelar plazas y villas contra Pedro I. 
  • Muchos otros nobles y clérigos (de alto y bajo cargo) fueron mandados a ejecutar, como el arzobispo de Santiago (Suero García), Juan Fernández de Tobar (hermano del gobernador que había entregado la plaza de Calahorra a los rebeldes)...etc.
La muerte de Pedro I se daría en el transcurso de las guerras civiles que lo enfrentó a su hermanastro Enrique II. Aunque las rebeliones se dieron durante todo su reinado, el término guerra civil se usa en su reinado para el año 1366 y 1367, porque fue un conflicto a muy gran escala. Esta guerra civil se da cuando Enrique II (hermanastro de Pedro I), contrata un ejército mercenario en Francia (llamado las Compañías Blancas), y junto al apoyo militar de Aragón, cruza la frontera castellana en 1366.
Todos los nobles descontentos con Pedro I, proclaman rey de Castilla y León a Enrique II de Castilla (de la dinastía Trastámara). En cuestión de días, lo que tardó la noticia en extenderse, toda Castilla-León (a excepción de Sevilla, León, Asturias y Galicia), se pasó al bando de Enrique II. Pedro I huyó a Portugal, desde Portugal fue a Galicia, y desde Galicia huyó a la ciudad  francesa de Bayona.
Pedro I en el anverso de una gran dobla de oro
(Autor foto: Luis García (Zaqarbal) Fuente: wikipedia)
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Una vez en Francia se dedicó a recabar apoyos para recuperar Castilla y León, apoyos que obtuvo por parte de Inglaterra y el príncipe Eduardo de Woodstock, quien se comprometió a financiar la campaña militar a cambio de Vizcaya y Castro Urdiales. También consiguió el apoyo del pequeño reino de Navarra, a quien prometió Guipúzcoa, Álava y La Rioja. También contó con el apoyo de Granada.
A pesar de las victorias iniciales de Pedro I en 1367 (batalla de Nájera), y que para 1368 había recuperado ya la mitad del reino, el rey Pedro I al no cumplir sus promesas con Inglaterra, hizo que las tropas inglesas abandonaran la península, inclinando la balanza de fuerzas de nuevo a Enrique II, quien atacó Toledo y otras plazas. Pedro I acudió en ayuda de Toledo en 1369, pero de camino a Toledo se encontró con su hermanastro Enrique II con el cual entabló batalla en la provincia de Ciudad Real (cerca del castillo de Montiel).
Pedro I perdió la batalla en marzo de ese año, y se refugió en el Castillo de Montiel, siendo cercado por Enrique II. El rey pagó para que un vasallo de Enrique II llamado Duguesclín le ayudase a fugarse, pero lo que hizo Duguesclín es llevarle a la tienda del rey Enrique II, con el cual se enfrentó en un combate cuerpo a cuerpo. Cuando Pedro I estaba apunto de ganar, estando subido encima de Enrique II y a punto de clavarle el puñal, Duguesclín cogiendo del pie a Pedro I, lo arrastró y permitió que Enrique II se pusiese encima, clavándole el puñal. Fue entonces cuando Duguesclín pronunció las famosas palabras de: "ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor".
Terminaba así el reinado de Pedro I.


6. Enrique II el Fratricida o el de las Mercedes (1366-67 y 1367-1379)


Fue uno de los 10 hijos tenidos por Alfonso XI de Castilla fuera del matrimonio con Leonor de Guzmán. La mayor parte de su vida la pasó en rebeldía, juntos a sus hermanos Tello, Sancho y Fadrique.
Se casó con Juana Manuel de Villena, hija de un importantísimo noble de gran influencia. Cuando su madre fue ejecutada con el beneplácito de Pedro I de Castilla, Enrique huyó a Portugal. Cuando tuvo la certeza de que Pedro I le había perdonado y que su vida no corría peligro, fue a Asturias donde se sublevó en 1352, ganando para su causa a importantes personalidades. Ahí comenzaría una guerra contra su hermano, con sus altibajos. Cuando Aragón entró en guerra contra Castilla, él y sus partidarios aprovecharon para unirse a los aragoneses de Pedro IV.
Fue apresado por los castellanos de Pedro I en 1360, pero logró huir a Francia, desde donde volvería a Castilla con apoyo militar francés, derrotando a su hermanastro como ya vimos en la batalla de Nájera del 14 de marzo de 1369.
Sepulcro del rey Enrique II
(Autor foto: Tiberioclaudio99 Fuente: wikipedia)
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Por lo demás podemos decir que participó en asuntos internos de Portugal, y ayudó a los franceses en la guerra contra los ingleses, sobre todo prestando ayuda naval. En estos tiempos estaba vigente la Guerra de los Cien Años.
Fue enterrado en la Capilla de los Reyes Nuevos de la Catedral de Toledo.


7. Juan I de Castilla (1379 - 1390)


Hijo de Enrique II el Fratricida y Juana Manuel de Villena. Destaca de su reinado que fue rey legítimo de Portugal, ya que se casó con Beatriz de Portugal, hija del rey Fernando I de Portugal en 1383. Se firmaron capitulaciones matrimoniales por las cuales al morir el rey Fernando I sin descendencia masculina, el reino pasaría a su viuda mujer Leonor, mientras su hija Beatriz se quedaría embarazada a la espera de un descendiente masculino el cual heredaría Portugal. Si Beatriz moría sin hijos, Portugal pasaría a manos de Juan I de Castilla.
Pero la ley general decía que a la muerte de Fernando I, el reino correspondía a su hija, y como su hija no podía gobernar por ser mujer, el reino sería para Juan I. Así pues, muerto Fernando I en 1383, Juan I se animó a reclamar Portugal, aconsejado por nobles. 
Pero el portugués maestre de Avis organizó una revuelta popular contra Juan I, por miedo a perder su posición preeminente. El levantamiento popular en contra de Juan I de Castilla, se extendió por todo el país, y se enfrentaban a todo aquel que estuviese de acuerdo con el gobierno de Juan I. De hecho, prácticamente toda la nobleza de Portugal había jurado fidelidad a Juan I, a excepción de grupos en Lisboa o Coimbra. Mientras Juan I se dirigió a Francia en busca de ayuda, el maestre de Avis declaró ilegítima a Beatriz en las cortes de Coimbra de 1385, y se autoproclamó rey de Portugal como Juan I de Portugal. El antiguo maestre de Avis organizó una reconquista y sometimiento de las plazas pro-castellanas, que fue muy efectiva. Cuando Juan I de Castilla regresó a Portugal, fue derrotado en Trancoso y Aljubarrota en 1385, lo cual le obligó a renunciar a Portugal. Las últimas plazas portuguesas fieles a Juan I de Castilla cayeron en 1386.
Sepulcro de Juan I de Castilla(Autor foto: Tiberioclaudio99 Fuente: wikipedia)
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Portugal apoyó a los ingleses en una invasión de Galicia, la cual resultó fracasada, y porteriomente en 1389 firmó la tregua total con Castilla en Monçao. El rey castellano moría un año después debido a una caída del caballo. Sus restos fueron enterrados en la Capilla de los Reyes Nuevos de la Catedral de Toledo. 


8. Enrique III el Doliente (1390 - 1406)


Era hijo de Juan I y Leonor de Aragón (segunda mujer de Juan I). Se casó, antes de subir al trono, con Catalina de Lancaster, matrimonio que sirvió para apaciguar algo los ánimos y conflictos entre Inglaterra y Castilla. De su reinado se pueden destacar los siguientes puntos:
  • Problemas con la nobleza, como en reinados anteriores, siempre díscola a aceptar el creciente poder real. 
  • Afianzamiento del poder real, derogando privilegios concedidos en reinados anteriores a la nobleza.
  • Intento de eliminar las persecuciones contra los judíos. 
  • Detuvo el intento de invasión de Castilla por parte de Portugal, que se inició en 1396 con ataque a Badajoz, y finalizó en 1402. 
  • Comenzó a colonizar las Canarias, en el año 1402.
  • Lucha contra Granada, obteniendo una importante victoria con la batalla de los Collejares en 1406, aunque no pudo explotar la victoria debido a que murió meses después. 
Murió prematuramente preparando una campaña contra Granada. Sus restos fueron enterrados en el mismo sitio que su padre.
Imagen idealizada de Enrique III, hecha en el siglo XV - Imagen de dominio público

9. Juan II de Castilla (1406 - 1454)


Era hijo de Enrique III el Doliente y Catalina de Lancaster. Subió al trono con dos años de edad, hecho que motivó una regencia. La regencia fue ejercida por su madre y su tío Fernando de Antequera, quien en 1412 dejaría de ser regente para convertirse en rey de Aragón.
Juan II de Castilla fue declarado mayor de edad con 14 años en 1419.
Se casó con su prima María de Aragón (hija de Fernando I de Aragón el de Antequera) en el año 1420. Su mujer moriría en 1445, y se casó con Isabel de Portugal en 1447 en segundas nupcias.

Su reinado transcurrió en medio de luchas internas. Estas luchas internas fueron provocadas cuando el rey apoyó a Álvaro de Luna, un noble castellano al cual tenía mucho afecto. Álvaro llegó a manejar las riendas del reino, el ejército, y hasta la política de lucha contra Granada. Frente a Álvaro de Luna, se situaron los nobles castellanos que se sintieron desplazados, a los cuales se sumaron los infantes de Aragón (hijos de Fernando I de Aragón el de Antequera y de Leonor Urraca de Castilla, primos del rey Juan II de Castilla), formando un bando rebelde contra Álvaro de Luna y el propio rey castellano. Este enfrentamiento desencadenó en una guerra contra Aragón, que apoyaba decididamente a sus infantes. Estos infantes aragoneses no toleraron que siendo ellos primos del rey, fueran desplazados por un favorito como Álvaro de Luna.
Los conflictos internos derivados de las luchas entre los infantes de Aragón vs Álvaro y el rey, duraron 26 años, hasta que en 1445 en la batalla de Olmedo los infantes de Aragón fueron derrotados totalmente.
Sepulcro de Juan II  e Isabel de Portugal, en la cartuja de Miraflores de Burgos. Realizado por Gil de Siloé a fines del XV
(Autor foto: Ecelan Fuente: wikipedia)
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De todas maneras, su segunda mujer (Isabel de Portugal), consiguió convencer al rey de que no era correcto y conveniente que Álvaro hubiera alcanzado tal poder debido a su favor, y a base de instigar a Juan II, consiguió que este último acabase condenando a muerte a Álvaro de Luna en 1453. Un año después de tal hecho, el rey fallecía, y sus restos fueron enterrados originalmente en la iglesia de San Pablo de Valladolid. 


10. Enrique IV el Impotente (1454 - 1474) 


Subió al trono con 29 años, hijo de Juan II y María de Aragón. Se casó en 1440 con Blanca II de Navarra, aunque su matrimonio fue anulado en 1453 puesto que no pudo consumarlo al sufrir de impotencia debida, según dijeron en la época, a un maleficio. Se casó en segundas nupcias con Juana de Portugal en 1455. 

El reinado de este monarca se caracteriza por profundas guerras civiles y nobiliarias, que desangrarían Castilla, y dejarían de lado la política de reconquista, que se limitó a escasas escaramuzas entre 1455 y 1458.
Los conflictos nobiliarios se originaron cuando el marqués de Villena (Juan Pacheco), y su hermano Pedro Girón (maestre de Calatrava), fueron parcialmente desplazados de las decisiones de gobierno cuando el rey Enrique IV incorporó como consejeros a Miguel Lucas de Iranzo, Beltrán de la Cueva y Gómez de Cáceres. Juan Pacheco fue apoyado por el rey de Aragón en sus ambiciones, y también por Navarra (ya que ambos territorios eran gobernados por el mismo monarca, Juan II de Aragón y de Navarra). A esto reaccionó Enrique IV invadiendo Navarra en apoyo de Francia. El rey aragonés también tenía problemas ya que Cataluña eligió como rey a Enrique IV. Al final ambos reinos tuvieron que llegar a las paces obligados por sus problemas internos. 

Además vinieron problemas sucesorios para Enrique IV, ya que su mujer Juana de Portugal tuvo una hija, llamada Juana. ¿Por qué era un problema? Porque todo el reino sabía que Enrique IV era impotente y no podía tener hijos, entonces crecieron los rumores de que Juana era realmente hija de Beltrán de la Cueva, consejero del rey. Además el rey dio más poder a Beltrán de la Cueva a raíz del nacimiento de su hija, lo que provocó que otros nobles (especialmente Pacheco) quisiesen apartar a la pequeña Juana de la sucesión, por lo que iniciaron una campaña de desprestigio. Pacheco consiguió formar una liga nobiliaria en contra de Enrique IV, liga que recibió el apoyo del rey de Aragón. Esta liga consiguió que el rey declarase como heredero a Alfonso (su hermano pequeño), además de apartar del poder a Beltrán de la Cueva, y esto sucedía en 1465. 
Meses después (aún en 1465) el rey Enrique se retracta de estos acuerdos, y los nobles proclaman rey a su hermano pequeño Alfonso (que tenía 11 años). Esto lleva a una guerra en 1467, de la cual sale beneficiado el rey, aunque en la guerra pierde la ciudad de Ávila.
Sello real de Enrique IV
(Autor foto: Asqueladd Fuente: wikipedia)
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En 1468 muere Alfonso, y entonces los nobles que no aceptaban a Enrique IV declaran a la hermana de Alfonso, Isabel (la católica), como heredera. Por presión nobiliar Enrique IV reconoce como heredera a Isabel la Católica, con la condición de que él le elegiría el matrimonio (es el conocido como Tratado de los Toros de Guisando). Enrique IV concertó el matrimonio de Isabel con Alfonso V de Portugal, pero Isabel la Católica se casó en 1469 en secreto con Fernando de Aragón, con lo cual violó el tratado de los Toros de Guisando, por lo que Enrique IV declaró a su hija Juana como heredera. Al final Isabel y Fernando ganan apoyos entre la nobleza castellana y Enrique IV no tiene más remedio que ver cómo se le escapa el reino, no pudiendo hacer absolutamente nada. El rey murió en 1474, y de esta forma Isabel la Católica subía de manera oficial al trono castellano, aunque no sin lucha, porque los partidarios de Juana ofrecerían todavía una gran resistencia a Isabel entre 1475 y 1479.

Con esto acaba oficialmente la edad media en Castilla, para entrar de lleno en la Edad Moderna.


¡Feliz Jueves!  - Hacer historia, aprehender la historia, aprendes la historia
18/Agosto/2016

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