Hª EDAD MEDIA Península Ibérica: sometimiento de las marcas de Mérida, Toledo y Zaragoza a Al Andalus por parte de Abderramán III

En la entrada de hoy vamos a ver otras intervenciones que van a tener por objetivo contener los avances de los reinos cristianos y en segundo lugar tratar de pacificar 3 distritos rebeldes como son las marcas fronterizas andalusíes. 


1. El ataque de Abderramán III a las repoblaciones y al Reino de Navarra


El comienzo de Abderramán III coincidió con el último impulso a la repoblación del Duero hechas por los hijos de Alfonso III (que habían dividido el reino) pero cuando se produjo la reunificación en manos de Ordoño II (García I, el mayor, murió en Zaragoza y el menor seguía gobernando Asturias desde Oviedo, sometido a Ordoño), Ordoño decidió establecer su residencia en León, y será el primer miembro de la dinastía Astur leonesa en enterrarse en León. Córdoba va a responder contra Ordoño II con una serie de aceifas:


A) Aceifa fracasada del 917 y contraataque cristiano del 918
La primera aceifa contra los cristianos se va a enviar en el 917 hacia las fronteras castellanas del Duero, concretamente contra las posiciones en torno a San Esteban de Gormaz, que había sido poblada por Gonzalo Fernández, señor de Lara. El rey Ordoño II inmediatamente acudió en ayuda de este conde siendo a su vez auxiliados por Sancho Garcés de Pamplona. 
Obligaron a los musulmanes a levantar el sitio puesto en torno a San Esteban de Gormaz, y la ofensiva cristiana fue tal que los obligó a ponerlos en fuga, dando muerte a su general Ahmad ben Abda. Animado por este triunfo, Sancho Garcés de Pamplona, que había unido los núcleos cristianos del Pirineo, propuso al rey leonés Ordoño II conquistar los territorios de los Beni Qasi (actual Rioja), pues eso suponía cortar el paso a las tropas musulmanas que desde Zaragoza irrumpían en Castilla y León a través del Ebro. 
De hecho, en el año 918, Sancho y Ordoño II, atacarán Nájera y Tudela, y se apoderaron de núcleos como Arnedo y Calahorra. ¿Quién se quedó con estas conquistas? pues quedaron en beneficio de Sancho Garcés el rey navarro, lo que provocó el gran disgusto de los condes castellanos que también anhelaban expansionarse por la Rioja
Castillo de Arnedo, en La Rioja
(Autor foto: Exequias Fuente: wikipedia)
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B) Aceifa del 920, contraataque cristiano del 923 y la gran expedición cordobesa del 924
Pero quien va a reaccionar violentamente contra la expansión cristiana fue Abderramán III que no podía tolerar las derrotas en las fronteras ni la expansión cristiana. Organizó un ejército en 920 en toda regla, y poniéndose al frente del mismo pasó de largo por Toledo, Guadalajara y Medinaceli, obviando a los insurrectos musulmanes de las marcas, y no paró hasta alcanzar las posiciones cristianas del Duero, posiciones que en estos momentos eran bastiones como Burgo de Osma, Coruña del Conde (Clunia, al sur de Burgos, era la cabeza del conventus jurídico cluniacense), o el otro gran enclave que era San Esteban de Gormaz fortaleza junto al Duero, ya núcleo muy importante durante su posesión cristiana, pero que volverá a caer en manos de Córdoba, y de hecho, Al Hakam II levantará la fortaleza árabe más importante de Al Andalus. Pues cuando Abderramán se acercó a estas posiciones cristianas, los habitantes las abandonaron (la gran fama que tenía Abderramán por sofocar a los rebeldes del sur), siendo totalmente destruidas por Abderramán III sin ningún tipo de esfuerzo. Bastó solo el miedo que generaba su persona para hacerse con estos enclaves. 
Estando en estas labores, fue llamado por los habitantes de Tudela (que era la avanzadilla contra la ciudad de Pamplona), porque los habitantes estaban siendo atacados por el rey de Pamplona, así que se dirigió a Rioja a recuperar Calahorra, y de allí a Pamplona para enfrentarse contra Sancho y Ordoño II de León. 
La batalla campal se dio en Valdejunquera, al sur de Pamplona en 920, y este enfrentamiento resultó desastroso para los cristianos, que perderán numerosas tropas, y a sus mandos más cualificados (muchos condes) así como también muchísimos obispos (también guerreaban). El rey leonés Ordoño II culpó del desastre a la ausencia de los condes castellanos, que al parecer no acudieron a la batalla porque estaban despechados por la entrega de las poblaciones conquistadas en la Rioja al rey navarro (piensan algunos que Ordoño II no se fiaba de los condes castellanos, y que para doblegarlos prefería potenciar al rey de Navarra entregándole a él las conquistas). 
Sea como fuese, la ausencia de los condes castellanos motivó que el rey leonés los culpase, por lo que inmediatamente los convocó en Carrión de los Condes (Palencia) y los llevó prisioneros a León (donde estuvieron varios años presos).
Castillo de Burgo de Osma
(Autor foto: M.Peinado Fuente: wikipedia)
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En el 923, tres años después del desastre, se reponen Ordoño II y Sancho Garcés de la derrota, y atacan La Rioja, tomando Nájera y Viguera, dos poblaciones que de nuevo decidieron incorporar al reino de Navarra. 
Estrecharon más esta alianza al repudiar Ordoño II a su mujer Aragouta de Galicia para desposarse con la hija del rey Sancho, llamada Sancha, pero esto no duró mucho, porque al poco falleció Ordoño II sucediéndole Fruela de Oviedo. 
Abderramán aprovechó el desconcierto causado en la alianza y malestar de los condes de Castilla, para dirigir una segunda campaña en 924, esta vez contra la misma Pamplona, que tras derrotar a su rey, a continuación Abderramán III saqueó la ciudad, incendió la catedral, destruyó las fortificaciones de Pamplona, y esto fue tan duro para el rey, que fallecía de manera prematura en el año 925. 
Regencia NAVARRA: del 924 al 934 Navarra atravesó una regencia con la reina viuda y la minoridad de su hijo García por una parte. Además en el reino de León estalló una guerra civil entre los hijos de Ordoño II, todas estas anomalías impidieron a los cristianos realizar ofensivas contra Al-Andalus, y Abderramán aprovechó ese tiempo para someter a los rebeldes de las marcas inferior y media. 


2. Sometimiento de la Marca Inferior (Mérida)


En Badajoz recordemos que gobernaba independientemente el muladí Abderramán al Chiliqui, aliado de Alfonso III el Magno, que logró independizarse en tierras de Extremadura en tiempos de Muhammad I (852-886). En teoría este gobernante conocido como el Gallego se sometió con el emir Abdalá, quien decidió guardarle los privilegios y confiarle el mando de los territorios rebelados, pero realmente era ficticio este sometimiento, de hecho el emir Abdalá no tenía ningún poder, y le dio hasta el cobro de impuestos porque sino se lo daba, el Gallego los iba a seguir cobrando igual (puesto que era independiente) y el emir iba a quedar en evidencia de que no tenía ningún poder, así que la solución era darle todos los poderes y de esa forma se veía el gesto como por voluntad del emir. 
Esto no le impidió al Gallego saquear el Aljarafe de Sevilla en 889 (lo cual hace ver lo falso de las sumisiones).
Para entonces, un rebelde beréber de la zona, Ibn Takit le había logrado quitar a Ibn Marwan el Gallego la ciudad de Mérida. 
Es cierto que Abderramán II construyó una magnifica alcazaba, y que durante la edad media fue asiento de la orden de Alcántara. 
Pero Ibn Marwan el Gallego, que se asentó en Badajoz y construyó murallas y una alcazaba, pudo arrebatar Mérida a Ibn Takit. Tras la desaparición del Gallego y su férreo mando, surgieron pequeños estados musulmanes en el Algarbe, como el estado o emirato de Beja o Santa María de Faro...etc., todos en manos de lugartenientes del fallecido Gallego. Los descendientes directos de Ibn Marwan el Gallego, lograron mantenerse en la medina de Badajoz. En resumen, que la Marca Inferior y sus alrededores se habían convertido en multitud de pequeños reinos. 

El califa cordobés Abderramán III, decidió organizar en junio 929 una campaña, poniendo sitio a Badajoz, campaña con la que logró rendirla en 930, tras lo cual obligo a los hijos del Gallego, a trasladar su residencia a Córdoba (Córdoba estaba atestada de gente en calidad de rehenes). Se entregaron Beja y Faro ante el miedo a represalias. La sumisión de la marca inferior fue fácil para Abderramán, si lo comparamos con lo que le costará someter la Marca Superior de Zaragoza.


3. Sometimiento de la Marca Media (Toledo)


Más costosa resultó la sumisión de Toledo, rebelde a los omeyas desde el principio, entre otras por sus pretensiones políticas como ex capital visigoda, tenía situación estratégica militar al ser circundada por el río Tajo con foso profundo, además de gozar de renombrados silos para reservas de cereales. 
Toledo mantenía alianzas con: 
A) Los reyes cristianos del norte con quienes limitaba, astur-leoneses sobre todo, que enviaban tropas en su auxilio cuando los toledanos lo requerían. 
B) Los Beni Qasi: porque delegaba la jefatura militar de la ciudad en famosos capitanes y destacados rebeldes próximos o lejanos a Toledo, como fue caso de los Beni Qasi del Ebro, a los que en dos ocasiones nombró jefes militares. 

El califa Abderramán intentó la sumisión pacifica de la ciudad por medio de una delegación que les persuadió que le había llegado el momento de integrase en la comunidad islámica y pagar los impuestos al poder central, pero no quisieron, y tuvieron que acudir a las armas. 
En la primavera de 930, tras someter Mérida y Badajoz, un primer ejército empezó el sitio en torno a la ciudad, y en julio se sumó otro ejército dirigido por Abderramán III, que estableció el cerco definitivo, tras lo cual él retornó a Córdoba, puesto que se calculaba que dicho asedio habría que prolongarse 2 años, 2 años que durarían las reservas de trigo de la ciudad. 
Confiaban los toledanos en una intervención del nuevo rey leonés Ramiro II (931-950). Efectivamente el rey Ramiro II fue a socorrer a los toledanos, pero sus ejércitos fueron derrotados por las tropas omeyas, que de algún modo vigilaban para que el cerco no fuese roto por ninguna eventualidad para que no llegaran alimentos a la ciudad. 
Así pues la ciudad reducida a sus propias fuerzas, agotados los silos con el paso del tiempo, apareció el hambre en Toledo, y muchos habitantes se evadían de la ciudad. 
Fue entonces a fines de julio del 932 cuando avisado el califa de la pronta sumisión de Toledo, retornó para recoger el triunfo. 
Hechas las negociaciones para su entrega, el día 2 de agosto del 932 se rendía la ciudad, tras lo cual Abderramán III entraba a caballo en Toledo, la recorrió enteramente quedando admirado de Toledo y sus murallas, y dio órdenes para poner dispositivos militares adecuados, para que permaneciese fiel al estado cordobés. Después más tarde como veremos, en 946 Abderramán la privará de la capitalidad de Marca Media y trasladó la capitalidad militar a Medinaceli
Muros de Medinaceli
(Autor foto: PMRMaeyaert Fuente: wikipedia)
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4. Sumisión de la Marca Superior (Zaragoza)


La sumisión de Zaragoza va a ser muy difícil, más que nada por su situación geográfica y por el socorro que le enviaban los reinos cristianos, especialmente Ramiro II (931-950), quien supo aunar las fuerzas cristianas y tomo como fundamento la alianza con Navarra contra Al-Andalus. 
No solo no se contentó con esa alianza, sino que busco aliados en el territorio musulmán, siendo Zaragoza su principal aliado, buscando entendimiento con la familia que gobierna el valiato de Zaragoza en estos momentos que son los Tuchibíes. 

No es lo mismo sofocar a los rebeldes del sur, que los que están en la frontera que se relacionan con astures, francos, vascos...etc. Los Tuchibíes se van a declarar vasallos del rey de León, y se negarán a someterse al califa cordobés, por lo que Abderramán III mandará una serie de aceifas, para primero eliminar aliados de los Zaragozanos.

Aceifa 933: a primeros de marzo de 933 el califa envió una aceifa contra Ramiro II, aceifa que tras pasar por Toledo, recorrió la frontera del Duero, devastando los campos. 

Aceifa 934: al año siguiente el propio monarca andalusí, encabezó otra aceifa pero esta vez contra Castilla, negándose los Tuchibíes de Zaragoza a sumarse al ejército del califa, por lo que Abderramán antes de ir a territorio enemigo, castigó las tierras que gobernaban los Tuchibíes.
Luego fue a Pamplona con igual propósito (arrasar la ciudad), pero la reina viuda Toda Aznar sometiéndose al poder del califa, e invocando al parentesco que les unía (raíces vasconas, la abuela de Toda era vascona y la madre de Abderramán también lo era), aceptó un tratado humillante, como fue: 
* Pagar tributación al estado cordobés. 
* Romper sus relaciones y alianzas con otros reinos cristianos. 
* Liberar los presos musulmanes. 
* Dar el chivatazo si algún cristiano hacía campaña contra los musulmanes. 
* No dar acogida en el reino de Pamplona a los enemigos del estado cordobés. 
Tras lo cual Abderramán III otorgaba la investidura del reino de Pamplona a García Sánchez I el hijo de Toda. 

Finalmente, Abderramán III, tras haber doblegado el reino de Pamplona con este trato diplomático, se dirigió a Álava y Castilla, pertenecientes al rey Ramiro II de León, quemando sus cosechas, destruyendo aldeas, arrasando las iglesias y monasterios (como el famoso de San Pedro de Cardeña en las inmediaciones de Burgos, donde sacrificó a más de 200 monjes), descendió al Duero a la altura de las fortalezas de Osma y San esteban de Gormaz, donde tuvo algunos enfrentamientos militares con el rey Ramiro II y los condes castellanos. 
La crónica de Sampiro, dice que allí consiguió un gran triunfo Ramiro II, pero esa crónica no está informada, y Al Muqtabis habla de simples escaramuzas.

Aceifa 935: los Tuchibíes de Zaragoza que estuvieron calmos durante la intervención de Abderramán III en el norte, se rebelaron una vez Abderramán III volvió a Córdoba. 
Abderramán III hizo otra aceifa en mayo del 935 con ánimo de apoderarse de Zaragoza, y para ello lo primero que hizo fue establecer la paz con Ramiro II de León, para así cortar la ayuda del leonés al rebelde de Zaragoza. 
Así también como primera medida hizo enviar la escuadra califal desde el puerto de Pechina a Barcelona para evitar la ayuda franca a Zaragoza. 
Hechos estos preparativos, Abderramán III con el ejército terrestre partió de Córdoba rumbo a Jaén, de allí a las lagunas de Ruidera, pasando por Balazote (Albacete) de allí a Chinchilla, en la cora de Santaver, y de Santaver a Teruel para llegar a Daroca. Hecho este recorrido, se presenta ante Zaragoza dispuesto a sitiarla hasta rendirla por hambre, operación que como el caso de Toledo le llevaría dos largos años. 

Por ello va a decidir Abderramán III levantar construcciones en el campamento y abastecerlo con el comercio con productos de todas partes. 
Allí va a pasar Abderramán el mes del ramadán, y al cabo de 4 meses va a regresar a Córdoba. Pero los Tuchibíes pidieron auxilio al rey leonés y al conde Suñer de Barcelona. El rey Ramiro no obstante, quebró la paz con Abderramán III y acudió en auxilio de Zaragoza junto con las tropas del conde de Barcelona. 
El califa se enteró de esto y envió otro ejército para fortalecer el cerco, de modo que fue imposible para los cristianos liberar la ciudad. Cuando estaba próxima a rendirse, en mayo del 937 el califa se puso en marcha para ir allá. 

Cuando salió de Córdoba, se pasó por Calatayud, y la encontró reforzada con importantes tropas de origen castellano y alavés que habían sido enviadas en ayuda al valí de Zaragoza. 
Pero los auxiliares de Calatayud fueron derrotadas, y les deparó un castigo terrible: los pasó todos a cuchillo uno a uno delante suya. 
Mapa de la Península Ibérica durante el Califato de Córdoba
(Autor foto: Crates Fuente: wikipedia)
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Después Abderramán III antes de sumarse al sitio de Zaragoza, invadió Navarra como castigo, asolando todos los territorios a su paso, para vengar la violación del tratado con Toda, y a continuación el califa se sumó al cerco de Zaragoza, y para aumentar la eficacia del mismo, ordenó destruir el puente del Ebro. 
Las catapultas no cesaban de bombardear el caserío. El 7 de noviembre de 937 se rendía la ciudad, y los Tuchibíes recibían el aman del califa con muy duras condiciones: 
  • Abandonar Zaragoza por un tiempo, porque sería gobernada por alguien de confianza de Abderramán III. 
  • Pagarían todos los impuestos atrasados con Córdoba desde que Zaragoza se hizo independiente. 
Pero al final les devolvería el gobierno de Zaragoza con el tiempo. Actualmente este tipo de actuaciones puede parecer extraño, pero en la Edad Media lo lazos de parentesco regían la política en general, estos gobernantes de Zaragoza tendrían lazos con todos pueblos y reinos cercanos, y haberlos ejecutados hubiera supuesto la rebelión de todos los pueblos y ciudades unidas por parentesco a los gobernantes Tuchibíes.


5. La gran derrota de Abderramán III


Este toma y daca militar entre cristianos y musulmanes va a concluir con un enfrentamiento importante para las tropas cristianas, que se conoce como la batalla de Simancas.
Abderramán III después de todas las victorias, vivía en un ambiente triunfalista, y había creado la ciudad de Medinat al Zahra, lujosa residencia y luego ciudad donde tenía pensado recibir a las potencias que visitaran Al Andalus y tener también más sumisos a los reinos cristianos.
Dedicado este tipo de actividades, consumió mucho tiempo y riquezas en su construcción y mantenimiento. Empezó a faltar a la mezquita los viernes (día más importante del rezo) y fuera de la mezquita viendo cómo iban las obras de la ciudad. Los alfaquíes estaban molestos con su actitud tan poco pietista ante la religión. 
Además empezó a prestar oídos a su camarilla de esclavos, que le sugerían que hiciese una campaña definitiva contra los cristianos, y contra Ramiro II, para someterlos a vasallaje como había logrado con la reina Toda.

El califa escuchando este grupo de esclavos, sobrevaloró sus fuerzas, y ordenó pregonar una campaña, y la bautizó como la “Campaña de la omnipotencia”. En consecuencia hizo dos levas de soldados hasta concentrar un ejército de 100.000 hombres, que había de conducir a la frontera superior. El mismo se puso a su cabeza, y partió de Córdoba en junio del 939 en dirección a Toledo. Luego cruzó el sistema central encaminándose al reino de León, hasta llegar a la frontera del Duero, y la desembocadura del Pisuergas, hasta llegar a Simancas en el mes de agosto. Allí estaban esperándole:
  • Ramiro II: con sus tropas gallegas, astures y leonesas.
  • El conde de Castilla: Fernán González con sus fuerzas. 
  • La reina Toda de Pamplona con las tropas de Navarra. 
Lo que más destacan de esta concentración, es la presencia de la reina Toda de Pamplona, que asistió al combate después de haberle jurado fidelidad a Abderramán III, y ella además blandía la espada, y lo hacía sacudiéndose el vasallaje que había prestado antes al califa. Tras varias escaramuzas entre ambos, el encuentro final entre ambos ejércitos fue hacia el 9 de agosto.
El primero en caer prisionero fue el valí de Zaragoza Al-Tuchibí, y esto causó cierta preocupación porque era el capitán de la marca superior. Esa inquietud, provocó el desasosiego, y cuando las tropas cristianas embistieron a muerte, se vio que algunos flancos musulmanes retrocedían, y algunos jefes de la caballería decidieron retirarse, lo que provocó que el resto del ejército musulmán al ver a cierta parte de la caballería huyendo, hizo que cundiera el pavor y una espantada general de los musulmanes sacudió el campo.
Incluso Abderramán III salió huyendo del lugar con lo tenía, abandonando su tienda, con sus cosas personales: cota de malla de oro, su propio Corán... etc., y todos retrocedieron hasta llegar a un foso, el de Alhándega, dicen que era un foso que había abierto Ramiro II para que allí se destrozara la caballería. Abderramán pudo al final salvar el obstáculo y huir al sur. En Ayllón decidieron agruparse para volver ordenadamente a Córdoba. El valí de Zaragoza fue capturado, y se pidió por él un rescate inmenso, que pagó Abderramán.

Sin embargo Abderramán III no quiso asumir esta derrota como cosa propia y cuando llegó a Córdoba descargó la ira sobre los jefes de la caballería que eran destacados esclavos personales suyos domésticos, y allí en Córdoba los hizo crucificar (y cortarles la lengua) a orillas del Guadalquivir. 

Consecuencias de la derrota de Simancas:
  • En tanto que decidía no exponer su persona a tales riesgos, por lo cual, a partir de ahora, todas las campañas contra los reinos cristianos, rebeldes... etc., serán dirigidas por sus generales cordobeses. Abderramán III no volvió a luchar personalmente. 
  • Otra consecuencia fue que inmediatamente desconfió de la seguridad de las marcas, hizo el gran cambio en la estrategia militar, trasladando la capitalidad militar de Toledo a la cuenca alta del Duero, a Medinacelli, y desde allí, hasta en época de Almanzor, se controlaron las alteraciones de la ribera del Duero. Desconfiaba de los toledanos. Pues a partir de ahora la frontera entre cristianos y musulmanes permanecerá fija hasta que Fernando I rey de Castilla y su hijo Alfonso VI conquistarán Toledo (más de 100 años después)
    Puente medieval sobre el río Pisuerga en Simancas (provincia de Valladolid)
    (Autor foto: Leofenix Fuente: wikipedia)
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Tras la muerte de Ramiro II y Toda, vuelve la crisis a ambos reinos, y será un punto de gran inflexión en los reinos cristianos, ya que a partir de ahora se impondrá será Castilla, que se independiza de León. Por lo demás todo lo que resta del siglo X una época un poco triste para los reinos cristianos, que frecuentan Córdoba para pedir paz y tributos, y ayuda militar contra otros cristianos. A pesar de la derrota de Simancas el siglo X será la época más gloriosa de Córdoba. 

Cerramos la entrada con una curiosidad. Decir que Abderramán III en vida fue una persona muy depresiva, él mismo escribió que solo vivió 14 días de felicidad en su vida, el resto de tiempo fue batallar, luchar y pelear por el estado.

¡Feliz Viernes!  - Hacer historia, aprehender la historia, aprendes la historia

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