Hª EDAD MEDIA Península Ibérica: el reinado de Urraca de Castilla y León

En la entrada de hoy vamos a ver el gobierno de Castilla y León de las manos de Urraca (hija de Alfonso VI) y de las manos de Alfonso el Batallador, rey de Aragón con quien contrajo matrimonio en segundas nupcias. 

Para abordar este período de la historia conviene consultar, si se quiere profundizar en el tema, las siguientes fuentes:
  • Historia compostelana”, es una obra del siglo XII, publicada en nuestro tiempo en Madrid, en 1965. Escrita por canónigos de Santiago, dirigidos por el obispo Gelmírez, así que esta historia enaltece al máximo la iglesia de Santiago, las relaciones con el pontificado...etc. A través de esta obra se puede conocer muy bien como es un señorío eclesiástico (con su ejército, armada, legado pontificio para toda la Península Ibérica por el papa Calixto II).
  • Otra fuente primaria, escritos de la época, es “Crónicas anónimas de Sahagún” Editadas por Julio Puyol, Madrid, 1920. Boletín de la Real Academia de la Historia. Esta no es una crónica escrita de manera uniforme, sino que cada parte la escribió un monje distinto. Gracias a ella podemos leer sobre el feudalismo, sobre doña Urraca...etc., aunque habla de la orden de Cluny en general.
  • Luego tenemos fuentes secundarias que hablan sobre el tema como el libro de José María Lacarra, “Alfonso El Batallador”, Zaragoza, 1978. También tenemos el libro de Manuel Recuero Astray. Esta obra está inserta en “El Reino de León durante la primera mitad del S.XII”, que a su vez inserta en otra obra muchísimo mayor: “El Reino de León en la alta Edad Media. Vol. IV. La monarquía (1109-1230)” León, 1993.


1. El matrimonio de Urraca y Alfonso: problemas y oposiciones


Vamos a hablar brevemente de Urraca y Alfonso, para ver cómo eran sus caracteres, y porqué en vida rozaron tantísimo. 
  1. ALFONSO: nacido en 1073, contaba con 36 años cuando se casa con Urraca en el año 1109. Era un hombre extremadamente misógino, de hecho su misoginia había transcendido al campo musulmán. Muy religioso, su devoción armonizaba por el ideal caballeresco de la época, se llevaba muy bien con Gregorio VII y Urbano II que son de la misma ideología. Frases suyas que impactan son: “Un verdadero soldado debe vivir con hombres y no con mujeres”. Se dedicó a la defensa de la cristiandad y a la defensa de la Iglesia amenazada en su patria. De hecho consigue en el año 1107 una increíble victoria contra los musulmanes, en poblaciones de entre Huesca y Zaragoza (como Tamarife). Llegó a ser el guerrero más famoso de su tiempo, y desde luego militó dentro del ambiente de la cruzada.
    Alfonso el Batallador de Aragón - Imagen de dominio público
  2. URRACA: nacida en 1081, por el contrario había estado ya casada en primeras nupcias a los 13 años con Ramón de Borgoña, un noble de muy buena presencia pero sin medios económicos, que vino a luchar a España a raíz del sitio de Toledo. Al parecer Urraca se quedó prendada de él, y pasó su juventud retirada en Galicia. Sabemos que desde su corte gallega, Ramón de Borgoña se fue mostrando cada vez menos leal a su suegro Alfonso VI, y es por lo que el rey ordenó retenerlos en Galicia, donde Urraca dispuso de una corte regional. A los 24 años tuvo su primer hijo: Alfonso Raimúndez (Alfonso VII el emperador), cuya custodia recayó por orden del rey en el conde gallego de Traba, llamado Pedro Froilaz. Después tuvo una hija, la infanta Sancha, y son los dos únicos hijos que tendrá con Raimundo de Borgoña. En el 1107 queda viuda a los 27 años con esos dos hijos pequeños.
    Urraca I de León - Imagen de dominio público
Pues bien, serán una pareja totalmente incompatible, a pesar de lo cual la boda entre ellos se celebró en Muñó, cerca de Burgos en el año 1109. La carta de Arras estipulaba: “que si nacía un hijo de este matrimonio, este heredaría los reinos de sus dos padres”. Esto provocó una fuerte oposición en muchos sectores, que no querían ver unidos los dos reinos en una sola persona, debido a que había múltiples intereses localistas, como eran los siguientes:
  • Por parte del sector gallego, como el obispo de Santiago de Compostela (Gelmírez), hubo una fuerte oposición, diciendo que esto lesionaría los derechos de Alfonso Raimúndez el joven infante que en realidad era el legítimo sucesor al trono (hijo de Urraca con su primer marido). En realidad lo que quería Gelmírez era que al trono subiese Alfonso Raimúndez, quien defendería los intereses gallegos. 
  • Pero esta cláusula tampoco gusto a los condes de Portugal: Teresa (la hija pequeña de Alfonso VI), y su marido Enrique de Borgoña, tenían pretensiones secesionistas, no les convenía un heredero tan fuerte, puesto que arruinaría sus intenciones separatistas. 
  • Después había problemas respecto a que los nobles castellanos no querían que Alfonso el Batallador colaborase en el gobierno de Castilla (lo veían como una intromisión), así que cierto sector nobiliar castellano se dedicaría a animar a Urraca a que ella gobernase sola y no prestase caso a su marido (como de hecho sucedió), ya que ella era la reina patrimonial y señora natural de castellanos y leoneses (aunque esta pretensión chocaba de pleno con el derecho pirenaico, según el cual como muchas veces hemos dicho la mujer podía transmitir la realeza y derechos pero no ejercerlos, por lo que era Alfonso el Batallador quien gobernaría). Para permitir que una mujer gobernase querían decantarse por el fuero juzgo, que era más abierto que el derecho pirenaico y permitía a las mujeres gobernar.
  • Había algunos eclesiásticos, todos ellos cluniacenses, como Pedro de Agén (que era obispo de Palencia), que había hablado de la excomunión a los reyes, por ser ellos primos carnales. 
Vista la oposición que encontraron, vamos ahora a ver el gobierno de estos dos monarcas. El gobierno estuvo oscilante entre peleas y rupturas de ambos monarcas, alternadas con uniones de ambos para luchar contra algún peligro. Cuando no había peligro externo, se dedicaron a matarse mutuamente. 


2. El gobierno de Urraca y Alfonso hasta la primera ruptura matrimonial


Castilla y León va a pasar por una grandísima crisis, que se dio entre los años 1109-1126: los años de gobierno de Urraca. Los enfrentamientos alcanzaron a todos grupos sociales, con conflictos dinásticos-políticos, que duraron hasta la ruptura del matrimonio en el 1114, y luego después durante la minoridad de Alfonso Raimúndez hasta el año 1126. Estos enfrentamientos graves son:
  • Enfrentamientos independentistas en Galicia, el conde de Traba (Pelayo, en Galicia), que proclamó a Alfonso Raimúndez rey de Galicia, y el Obispo Gelmírez, que lo coronó en la catedral de Santiago.
  • También hubo enfrentamientos independentistas en Portugal, causados por Enrique de Borgoña y su esposa Teresa. 
  • Hubo luchas nobiliarias entre los diferentes linajes aristocráticos por la toma del poder. 
  • También hubo luchas eclesiásticas entre las principales figuras de la época, entre el metropolitano de Toledo el monje Bernardo (de la orden de Cluny), y el obispo Gelmírez de Santiago que quería su iglesia metropolitana.
  • Hubo luchas antiseñoriales, de los burgueses del camino de Santiago, contra los cada vez más poderosos señores feudales castellanoleoneses.
Todos estos enfrentamientos se entrecruzaron y confundieron originando una crisis enorme apenas haberse implantado el feudalismo en la corona castellano leonesa. De la unión inicial a la separación definitiva del matrimonio entre Urraca y Alfonso el Batallador, pasaron cinco años solo, desde 1109 a 1114. 1114 fue el año en el que Alfonso el Batallador abandonó a Urraca definitivamente.

El matrimonio comenzó unido, y en el año 1110 fue aprovechada esta unión entre estos reinos para vencer la resistencia de los nobles gallegos apoyados por Gelmírez. Estos nobles gallegos formaron una hermandad para evitar estar ellos bajo las órdenes del conde de Traba, quien era quien los gobernaba. 
Urraca y Alfonso se dieron cuenta que esta alianza estaba cobrando tintes peligrosos, que podían desembocar en una gran revuelta independentista, entonces los reyes acudieron para poner orden, siendo apoyados por algunos nobles y por los burgueses de Lugo. 
Entonces ocurrió una gran confusión: el conde de Traba (aliado de los reyes), creyéndose que los reyes iban camino a Galicia a deponerle y luchar contra él en una alianza con la hermandad de nobles gallegos, alzó la bandera de su pupilo (Alfonso Raimúndez) contra el matrimonio real de manera incomprensible. Es decir, se alzó contra Urraca y Alfonso en nombre del rey legítimo que era Alfonso Raimúndez. 
El batallador decidió entonces atacar al conde de Traba, arrasar sus tierras y castillos, y todo con una grandísima dureza. Estos procedimientos tan duros motivaron una crisis matrimonial y la separación temporal -pero breve- de ambos monarcas. Pero sin duda, lo que rompería el matrimonio por primera vez, fue el siguiente hecho histórico: cuando el ejército real había arrasado las tierras y castillos del conde de Traba, un emisario del conde de Traba se lanzó a los pies de Urraca, pidiendo perdón y clemencia para su señor el conde de Traba. Alfonso el Batallador, que en esos momentos se encontraba al lado de su esposa, le dijo al vasallo del conde de Traba que no le daría el perdón, y rápidamente con su maza, le dio un mazazo en la cabeza abriéndole la cabeza y matando al vasallo. La reina Urraca no le perdonó este hecho, lo cual llevó a la primera ruptura. 


3. El gobierno durante la primera ruptura matrimonial


A) ALFONSO Y EL SOFOCAMIENTO DE LAS DISIDENCIAS:
Tras el suceso del vasallo del conde de Traba, Alfonso el Batallador regresa solo a Aragón, a través del Caminio de Santiago. Durante este trayecto, muchos de los que se suponen que son vasallos y siervos de Urraca, se lanzarán a los brazos de Alfonso el Batallador. Ejemplo de ello son:
  • Los burgueses de los consejos de Carrión de los Condes, Palencia, Burgos...etc., que se levantaron en todas partes contra los señores. Ellos apoyarán a Alfonso. Esto es grave si recordamos que estas tierras son de Castilla y León, es por tanto que estas personas deberían apoyar a Urraca. 
  • También recibió el entusiasmo de los famosos caballeros pardos, que eran aquellos caballeros que vigilaban la frontera del reino, los cuales tomaron partido en favor del rey.
Lo que  vemos es que se produce una ruptura en las fidelidades de estas gentes. Pero no todo se resumirá en ganar apoyos, ya que por contrapartida, Alfonso el Batallador se consagró como acérrimos enemigos en Castilla y León a los más fieles a Urraca, como eran:
  • La nobleza castellanoleonesa en general.
  • La jerarquía eclesiástica, en su mayoría cluniacense. 
Estos nobles, tanto eclesiásticos como temporales se sentían postergados al prescindir el rey Alfonso de su consejo, pues ejercía el mando y el gobierno de manera personal y enérgica. Alfonso pedía auxilium pero jamás concilium, y esto enfada a los nobles que se veían desplazados de los asuntos de gobierno. 

La oposición clerical fue tan fuerte, que incluso Bernardo, arzobispo de Toledo, recibió de Pascual II (Papa) una declaración de nulidad de matrimonio por razón de consanguineidad, y amenazó a los cónyuges con la excomunión si no se separaban. A esto se sumaron varios condes castellanos rebeldes. Pero Alfonso el Batallador no se dejaba intimidar por nadie, así que reunió un ejército y partió hacia Toledo. En abril del año 1111 el batallador se presentó en Toledo, con ánimo de poner orden en la ciudad, y de desterrar de Toledo al arzobispo rebelde Bernardo. A continuación para armar sus huestes y premiar a sus soldados el rey hizo esto: 
  1. Confiscó el rey los metales preciosos de los monasterios (fácilmente monetizables). A cambio les dio a los monasterios bienes inmuebles del patrimonio de su mujer
  2. Se alió con el conde Enrique de Portugal, cediéndole el señorío de Astorga y Zamora, para juntos en octubre enfrentarse a los condes castellanos rebeldes cerca de Sepúlveda (en la provincia de Segovia) en la batalla de Candespina en ese mismo año de 1110. En esta batalla (en la localidad de Fresno de Candespino), el conde Pedro González de Lara, la máxima figura feudal de Castilla, se dio a la fuga en tanto que el amante de la reina Urraca (el conde Gómez González –leonés- ) halló la muerte en el combate. 
La reina cuando se enteró de estos hechos montó en cólera, y el obispo Gelmírez de Santiago de Compostela aprovecho los enfrentamientos entre cónyuges para asumir la jefatura del partido recién creado que estaba en pro del infante Alfonso Raimúndez, y el 17 de septiembre de 1111 lo coronó rey de Galicia con 7 años de edad.
Localidad de Fresno de Candespino (provincia de Segovia)
(Autor foto: Rowanwindwhistler Fuente: wikipedia)
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B) LA ALIANZA DE URRACA CON EL OBISPO GELMÍREZ:
Urraca entendió que solo se podía fiar del apoyo de Gelmírez, puesto que su marido había hasta regalado tierras que le correspondían. Decidió aliarse con el obispo. Gelmírez quiso poner al hijo de Urraca, Alfonso Raimúndez, en manos de la madre, y con un corto ejército se dirigió a León para coronarlo como rey de León. En el camino el obispo Gelmírez y el conde de Traba sometieron la ciudad de Lugo (partidaria de El Batallador), pero el Batallador les salió al encuentro a fines de 1111 en la localidad de Villadangos (entre Astorga y León). La batalla la ganó Alfonso el Batallador, e hizo preso al conde de Traba, aunque el obispo Gelmírez consiguió escapar con el infante, entregarlo a Urraca y huir personalmente a Galicia. 
Custodiado el príncipe por nobles castellanos en Monzón (en la provincia de Palencia), la reina decidió en pleno invierno ir a Galicia y convocar la curia en la pascua del año 1112
La reina lo que necesitaba era dinero, para hacer la guerra contra su marido Alfonso, y ese dinero lo va a hallar en Gelmírez, pero a cambio la reina le tenía que dar ni más ni menos que el infantazgo a Santiago, es decir, todas las rentas, monasteriales, eclesiásticas del reino para Santiago. Las rentas de infantas (que había  creado su padre para ellas), pasan al arzobispo de Santiago. Fue un precio demasiado alto el que pagó Urraca.

Pero Alfonso el Batallador viendo que su mujer se aliaba con su enemigo, decide castigarla atacando a su aliado -de ella- Gelmírez donde más le dolía: en los puestos eclesiásticos. Decide imponer clérigos favorables a su persona, así que:
  • Apresó al alto clero de Osma y Palencia. 
  • Expulsó a los clérigos de Burgos y León.
  • Sustituyó al abad de Sahagún, y nombró por tal a su hermano Ramiro el Monje. 
Todo esto movió al Papa a enviar un legado pontificio el abad de Chiusa para recabar la verdad de lo que pasaba aquí.

Urraca contraatacará, de hecho en la primavera de 1112 Urraca reúne a su ejército y con ayuda de Enrique de Borgoña (que cambia de bando ahora), fue a León y luego en Astorga puso su real, donde fue sitiada por el rey Batallador (al cual acompañaban las milicias burguesas de Nájera, Burgos, Palencia, Zamora, León....). Pero el Batallador hubo de levantar el sitio e ir a Carrión de los Condes, donde fue sitiado por su mujer Doña Urraca. A partir de estos momentos, durante un año, se desarrollan una serie de hechos de absoluto caos total, cambio de bandos de los nobles, ataques indiscriminados... etc. Fue entonces cuando el batallador recuperó para su reino tierras lindantes con Aragón o Pamplona, sobre todo zonas de La Rioja que se las anexionó, y mientras pasaba todo esto, la anarquía se apoderó del reino. Los combatientes de uno y otro bando se cautivaban mutuamente en duras prisiones, pedían rescates, bandas incontroladas recorrían campos asaltando todo, robando, atacando...etc.


4. Segunda y última unión matrimonial en 1113. La ruptura final en 1114

El descontrol era tal, que ambos cónyuges llegaron a un pacto o concordia en 1113, pacto que no sobreviviría a ese año, ya que se rompió por incumplimiento de Urraca. Esta cada vez más sola, pidió ayuda al obispo Gelmírez, y este convocó otro ejército, que fue a atacar el 30 de mayo de 1113 a Burgos, pero allí fue rechazado y puesto en fuga por el ataque de los castellanos. 
También falleció entonces el conde de Portugal, cuando ya prácticamente era independiente este condado. Alfonso el Batallador llegado a este punto estaba totalmente desengañado con este sistema de vida, con su matrimonio, con la política castellana leonesa, con tanta lucha estéril en vez de enfocar estos esfuerzos contra los musulmanes, por la ilusión rota de unir ambas coronas (para él resultaba un sueño insostenible), por los amores entre Urraca y el conde Pedro Lara (eran públicos), por el ataque de la iglesia en los concilios de Palencia y León (la Iglesia seguía insistiendo sobre la separación de los esposos)...etc. Eran demasiados problemas, y todos muy graves. 

A fines de 1114 el batallador repudió a su esposa. Condujo a Urraca hasta los límites con Castilla, hasta Soria, y allí la entregó a los nobles castellanos. Aunque a Alfonso el Batallador no le importó mucho la legalidad de su matrimonio, usó la excusa de la consanguinidad para repudiar a su esposa (el divorcio no existía). La noticia del repudio conmovió a todo el reino, puesto que hasta ahora había sido Urraca la que se separaba o volvía con su marido, pero esta última vez fue Alfonso quien la repudiaba en la frontera de Aragón. Así pues se desvanecía la unidad de los reinos peninsulares
El Batallador retuvo una porción territorial de La Rioja, el este de Soria y otra porción de Castella Vetula, porque estas zonas habían sido repobladas por él. Una vez en solitario, dedicó sus energías a luchar contra el islam, de hecho terminaría conquistando en el año 1118 a los almorávides la ciudad de Zaragoza, que siempre había sido un bastión inexpugnable.


5. El Gobierno personal de Urraca siendo soltera 1114 – 1126


Este gobierno personal, lo que más podemos destacar de el, es que se produce el establecimiento del mayor fenómeno feudal: el feudalismo de Santiago de Compostela. La autoridad real a la altura de 1114 había quedado pisoteada.Quebrantada la autoridad real Urraca tuvo que hacer frente a dos problemas:

  • Los movimiento burgueses de la ruta jacobea, pero poco a poco estos levantamientos entraron en declive, puesto que su principal apoyo (el Batallador), ya no se encontraba pendiente de estos asuntos.
  • El obispo Gelmírez.
La reina no encontró en Gelmírez la acogida y apoyo que esperaba y no tuvo más alternativa que enfrentarse al arzobispo y a su propio hijo. Gelmírez pensó que lo mejor era olvidar a Urraca y consolidar al príncipe, puesto que sería el futuro rey. Gelmírez recibió al príncipe en Santiago de Compostela con gran pompa y fasto. Entonces la reina Urraca se sintió desairada, y decidió sitiar en 1116 la ciudad de Santiago, y aliarse con los burgueses de la ciudad para de esa manera hacer frente al obispo y su hijos. El conde de Traba huyó con el príncipe, mientras Gelmírez se fortificaba en su palacio. Los ciudadanos y clérigos de bajo rango de la ciudad de Santiago decidieron constituirse en hermandad (en ayuntamiento, en gobierno), y una vez hecho esto, derrocaron el régimen señorial establecido por el obispo en Santiago, y en lugar del sistema feudal instauraron un consejo municipal (comuna) que gobernó la ciudad durante 1116 y 1117. Estos burgueses se unieron en la Hermandad de Santiago.

Ante esta situación, la reina regresó a León, dejando la ciudad en mano de los burgueses con los que se había aliado, y Gelmírez, se resignó de momento. Pero muy pronto entendieron los 3 grandes poderes feudales que aliarse con los burgueses no era el camino para el futuro, que no se podía aupar a los burgueses, y que debían superar las rencillas internas, puesto que los burgueses acabarían destruyendo el orden feudal-estamental.  Gelmírez y el conde de Traba se unen entonces a la reina en El Pacto-Tratado de Sahagún. Después del Pacto de Sahagún entró Urraca sitió Santiago para derrocar a los burgueses.
La Hermandad de Santiago, temiendo represalias, se acogió al asilo de la catedral durante el asedio, pero corrió el rumor, de que el derecho de asilo se quebrantaría por parte de la reina, así que estalló un fuerte tumulto, y la ciudad se levantó contra la reina y los grandes señores. La reina y el obispo Gelmírez que se encontraban dentro de la ciudad, se refugiaron en el campanario de la catedral. 
Los amotinados prendieron fuego por la base al campanario. Gelmírez, estando disfrazado, consiguió escapar, y la reina fue atrapada por los insurgentes, fue maltratada, y obligada a firmar las condiciones en las que se reconocía la legitimidad de la hermandad y prometía no tomar represalias. Después la reina no respetó ninguna de las condiciones, ya que había firmado bajo maltratos y amenazas.
En venganza, ella logró tomar la ciudad con sus tropas, desterró a los cabecillas de la comuna, y devolvió el señorío al obispo Gelmírez.

En 1119 fue elegido papa el hermano de Raimundo de Borgoña (padre de Alfonso Raimúndez, el VII), que tenía por nombre Guido de Vienne, y reinaría con el nombre de Calixto II. Era tío carnal de Alfonso VII el emperador. Este Papa apoyó a su sobrino el príncipe Alfonso VII, a Gelmírez le dio la sede metropolitana de Galicia, pues arrebató la sede metropolitana a Mérida, para entregársela a Santiago de Compostela el 27 de febrero de 1120. Ahora nos encontramos con algo curioso: Braga sede metropolitana, correspondiente a la antigua provincia romana de Galaecia; Santiago de Compostela, sede también. 
Nombró al obispo Gelmírez de Santiago, como legado pontificio de toda la Península, lo que provocará reyertas con el primado de Toledo. Al cumplirse los 3 años del pacto de Sahagún, la reina dio a Gelmírez la tenencia de toda Galicia, para que ejerciera el gobierno en su nombre, y no en nombre del príncipe, todavía menor de edad. Fue entonces cuando el arzobispo Gelmírez llegó al culmen de todo el poder:

  • Derecho a acuñar monedas, derecho entregado por el rey fallecido Alfonso VI.
  • Regente. 
  • Cobre de todo el Infantazgo.
  • Puesto de Legado papal. 
  • Arzobispo. 
  • Con ayuda del genovés Augerio, va a construir y comandar una armada. Esta armada, era básicamente para enfrentarse a los almorávides, y logró destruir cuatro buques almorávides, defendiendo la integridad territorial de Galicia. Además disponía de ejército terrestre, con el cual logró expulsar de Tui y de Orense (en la batalla del Lanhoso, en 1121). a las fuerzas de Teresa de Portugal. 
Las proezas militares y políticas del arzobispo fueron en tal grado, que la reina tuvo celos de su gran poder, hasta el punto de que dio orden de destituirlo de su cargo eclesiástico y encarcelarlo, pero las protestas fueron tan grandes, que a la reina no lo quedó más remedio que reponerlo en su honor. 
Para entonces el desprestigio de Urraca era enorme, básicamente porque la sociedad de la época no perdonaba a una mujer mantener un rollo amoroso fuera del matrimonio con Pedro González de Lara.

La inestabilidad política llegaría con la subida oficial al trono de el príncipe Alfonso, tutelado por su tío el papa Calixto II, en 1124, al cumplir los 18, se hizo armar caballero en Compostela, y fue el séptimo de los Alfonsos. El único obstáculo en el gobierno era su madre Urraca, pero poco después, en 1126 la reina Urraca fallecía de parto en Saldaña el 8 de marzo.
Termina así el reinado de Urraca, que representa, como reinado, el desbordamiento del feudalismo en Castilla-León.
Restos del castillo de Saldaña,en la provincia de Palencia
(Autor foto: Valdavia Fuente: wikipedia)
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¡Feliz Martes!  - Hacer historia, aprehender la historia, aprendes la historia
26/Julio/2016


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