En esta entrada vamos a ver las relaciones de Abderramán III con el norte de África y los otros poderes musulmanes. Con esta entrada quiero hacer ver que no todo fue lucha contra los cristianos, también los musulmanes de Al Andalus estaban en fuertes conflictos contra otros musulmanes.
1. Comercio, reinos africanos y la revolución fatimí
La fuente que nos cuenta todos estos asuntos es la obra Al Muqtabis V. Esta fase podríamos titularla “el califato y África del norte: la lucha por el mediterráneo occidental”. Respecto a la importancia del norte de África podemos afirmar que fue el segundo punto importante en política exterior, pues obligo al omeya a luchar contra el califa fatimí norteafricano (el primer punto importante eran los reinos cristianos). Ambos califas querían someter a su influencia los países ribereños del Magreb, punto proveniente del oro del Níger y Sudan. Es decir, aunque la rivalidad era de tipo religioso el conflicto tenía un fuerte interés económico.
A) Comercio en el norte de África y reinos musulmanes africanos:
Desde la ciudad de Tombuctú las caravanas de beduinos transportaban el oro, para desde Sijilmassa (también escrito Sigilmasa, Siyilmasa o Sidjilmasa) cambiarlos en los puertos de Orán por otras mercancías.
Cualquier pretendiente al califato debía poseer una divisa buena, y ninguna mejor que la basada en la del patrón oro, no había más solida propaganda para un califa que grabar su nombre en esa mercancía (monedas de oro), pues el oro desbordaba el mundo musulmán llegando al mundo bizantino y a los cristianos occidentales.
El califa que poseyese tal divisa (dinar de oro según Córdoba) tenía asegurada la afluencia en su reino de los mayores mercaderes del momento con las mejores mercancías del mundo conocido, y por consiguiente el máximo prestigio imaginable. Esto para una sociedad tributaria mercantil como la andalusí era una de sus mayores aspiraciones.
Ya algunos emires habían intentado extender su influencia por el norte africano, emplazamiento que estaba repartido entre los siguientes estados musulmanes:
- El reino Aglabí: ocupaba la antigua áfrica proconsular (Ifriqiya) y la antigua Numidia (zona fronteriza de Argelia con Túnez). Después será el reino fatimí tras una revolución (aunque los fatimíes no tendrán califa, ellos hablan de un imán oculto que cuando aparezca lo declararán su califa).
- Imanato Jarichí/Jariyí de los Rustamíes: con capital en Tahart. En época romana correspondería con la provincia Mauritania Cesariense. Con capitalidad en el centro de la actual Argelia. Religión Jarichí.
- Emirato de Sijilmassa: son los migrabíes, de tendencia islámica jarichí (democrática). Localizados al suroeste de Tahart.
- El reino de Nakur: entre Ceuta y Melilla. Ortodoxos, son sunníes, seguidores de los descendientes del suegro de Mahoma. Es la dinastía de los Salíhides.
- El emirato beréber de Barghawata: no eran de las tendencias principales del islam, considerado heréticos musulmanes, ya que tenían su propio profeta incluso (localizado en la parte occidental del continente de África, en territorio del actual Marruecos).
- El reino de los Idrisíes: capital en Fes. Es el reino de Marruecos. Son chiíes. ¿Qué son los chiíes? Los chiíes consideran que los legítimos sucesores del califato eran los descendientes del califa Alí (primo y yerno de Mahoma) y su esposa Fátima. Para los chiítas Alí es el primer imán y se le considera a él y sus descendientes como legítimos sucesores de Mahoma. Alí fue asesinado, y los descendientes de Alí, según ellos, serían los únicos legitimados para ostentar el califato.
En la imagen podemos ver la parte noroccidental de África, y en colores representado en azul el emirato de Barghawata, en rojo el reino de los Idrisíes, en amarillo el reino de Nakur, y en verde el emirato de Sijilmassa.
(Autor foto: Omar-toons Fuente: wikipedia)
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Visto esto cabe preguntarse, ¿quiénes son los enemigos de Abderramán III? Muy fácil, TODOS, a excepción del reino de Nakur (era el único gobierno musulmán sunní como Al Andalus). De entre todos los enemigos, el peor para Abderramán III será el reino de los fatimíes que vamos a ver ahora adelante, pero también el de los Idrisíes. Idris I, huyendo de los abasíes en oriente, llega al norte de África. Este Idris I se consideraba descendiente de Alí. Una vez en la zona del actual Marruecos, se proclama califa e imán y consigue convertir a muchos bereberes a su causa. Su hijo Idris II funda la ciudad de Fes y el reino de Marruecos.
Los mayores enemigos de Abderramán III son los idrisíes de Fes, puesto que son los únicos que le pueden disputar o llevar una pugna legitimista (ambos se declaran califas, y ambos quieren ser el único califa).
B) Revolución fatimí (chiíes) y destitución de los Aglabíes de Ifriqiya:
Córdoba hostil a los idrisíes de Marruecos había mantenido relaciones durante el emirato independiente con los Rustamíes, los Migrabíes de Sijilmassa, y los Salíhides del Nakur. Pero cuando Abderramán III ascendió al trono se había producido en Túnez la revolución fatimí (que desbancó a los aglabíes), cuya doctrina agrupaba a los que creían que el califato correspondía a los descendientes del profeta a través de Fátima mujer de Alí, el cual había sido despojado de sus derechos por el fundador omeya Muawiya (es decir, eran chiíes). Sus partidarios consideraron la existencia de un imán legítimo el cual, por las circunstancias del momento permanecía oculto. Para los chiíes el término imán, aparte de referirse al guía de una comunidad, es el título que ostentaban los jefes supremos de toda la comunidad chií, es decir, el equivalente al califa sunní.
¿Cómo consiguieron despojar a los aglabíes del trono? los fatimíes poseían predicadores para ganar adeptos en favor del imán invisible, uno de los predicadores era Abu abd Allah, quien llegó a Ifriqiya, asentándose en las montañas en el año 893, y desde allí se dedicó a ganar muchos conversos musulmanes a la doctrina chií, hasta llegar a tener seguidores en número suficiente para enfrentarse al rey aglabí. Se enfrentó al último rey aglabí de Túnez, Ziyadat Allah III, a quien expulsaron de su capital Qayrawan (después de Medina, Meca y Jerusalén, Qaiwan es la 4 ciudad santa, porque es el asiento del califato fatimí).
Pues bien, este misionero Abu abd Allah se dirigió a oriente después de expulsar a los aglabíes de la capital de Ifriqiya, en oriente él buscó al imán oculto, quien era Ubayd Allah. Ubayd Allah se dirigió a Ifriqiya a ocupar su trono y durante su viaje por el norte de África fue hecho prisionero por una tribu beréber, aunque después rescatado en el pago de un rescate. Ubayd Allah apareció en Sijilmassa, y desde allí comenzó a predicar en favor del imán oculto (que era él mismo). Fue hecho prisionero una segunda vez, esta vez por el emir de Sijilmassa. Abu abd Allah tuvo que viajar hasta Sijilmassa con sus seguidores para liberar al imán oculto, lo que le dio ocasión para apoderarse de las Tahart y Sijilmassa, y tras esto, Abu abd Allah le dio todo lo conquistado al imán oculto en 909, es decir, a Ubayd Allah. Nombrado califa en 909 en Qayrawan.
C) La gran lucha entre Abderramán III y los fatimíes chiíes de Ifriqiya:
Abderramán III se vio en la necesidad de competir con el califa de Bagdad y con el nuevo imán de Qayrawan, apelando al derecho de sucesión por el que sus predecesores habían sido desprovistos por los abasíes (Abderramán III en sus reclamaciones a mitad del siglo VIII).
El califa de Bagdad estaba muy lejos como para competir con él, por lo que nunca llegarán a enfrentarse. Cuando Abderramán III sube al trono, recordemos que tenía que sofocar las rebeliones de Omar Ibn Hafsún y las Marcas, por lo que no tenía tiempo para ocuparse de la lucha con otros califatos. De hecho, Abderramán III tuvo muchísima suerte cuando el califa fatimí de Qayrawan en el año 914 (cuando todavía Al Andalus estaba totalmente fragmentada), dudando si atacar Al Andalus o atacar Libia y Egipto, se decidió por atacar Libia y Egipto, enviando en 914 una primera expedición al valle del Nilo, para apoderarse de Alejandría (No existía El Cairo todavía). Quizás si en el año 914 se hubiera decantado por atacar Al Andalus, Abderramán III no habría resistido el ataque con todo su reino fragmentado.
Sin embargo el fatimí se vio en igual trance, pues sus súbditos dieron muestras de querer rebelarse, por cual se decidió a crear (del 913-921) una nueva capital, más segura que Qayrawan, una capital sencillamente en un promontorio difícil, como es el promontorio de las Sirtes, y allí inició la construcción de una ciudad cuasi residencial que denominará Al-Mahdiyya (era inexpugnable, al mismo tiempo puerto natural bueno, y había sido el gran arsenal de la vieja marina de guerra aglabí).
Fue entonces cuando Omar Ibn Hafsún (rebelde del sur que vimos como Abderramán III luchó para derrotarle) entró en relaciones con el califa fatimí, y se dieron tratados comerciales para abastecerle. Fue también por entonces cuando Abderramán III ordenó potenciar su flota con nuevas unidades, y potenciarla estableciendo su arsenal en el 914 en Algeciras.
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Puerto de Al-Mahdiyya (Autor foto: Jaume Ollé Fuente: wikipedia) This file is licensed under the Creative Commons Attribution 3.0 Unported license. |
Vamos ahora a ver los distintos sucesos que se produjeron en los años sucesivos:
- 917: los fatimíes desencadenaron sus hostilidades en norte de África, apoderándose del minúsculo emirato de Nakur, concretamente cerca de Alhucemas. Este reino era cliente de los Omeyas andalusíes, por lo que sus príncipes, al ser atacados, pudieron refugiarse en Málaga (salvo el padre, que fue muerto en el asalto). Lograron recobrar Nakur, declarándose entonces vasallos de Abderramán III.
- 922: volvieron a atacar los fatimíes, esta vez para someter el emirato de Fes, obligando a Yahyá IV, a refugiarse en el Rif. Por último los fatimíes tomaron al asalto el emirato de Sijilmassa -puerta del desierto-.
- 924: parecía que el Magreb había caído ya en poder fatimí, pero Abderramán III va a poner en juego una nueva pieza, va a enviar emisarios a la tribu nómada Magrawa. Esta tribu, era un sector importante de la gran confederación tribal de la Zanata, que controla las rutas caravaneras sector central del Sahara. Estas caravanas que controlaban eran importantísimas, y salían de Tombuctú a Sijilmassa, para desde allí ir a Ceuta, Tánger, Oranesado, Argel.... Ruta importante de Tombuctú que se dirige al califato fatimí y que llevan el oro de la moneda fatimí. Abderramán III les hará regalos a esta tribu de los Magrawa, en sedas preciosas, cerámicas, esclavos/as, nombramientos...etc., y su hijo al Hakam II los incorporará en el ejército califal (son buenos jinetes), eran llamados los Zanata. Estos Magrawa eran clientes de los omeyas y amigos desde el siglo VIII, puesto que la madre de Abderramán I fue una beréber de esa tribu. Estos emisarios querían convencerles para que se enfrentaran al nuevo califa fatimí, y de hecho acabaron lográndolo, los Magrawa atacaron en el año 924 a los fatimíes, infringiendo una gran derrota al ejército califal fatimí.
- 925: aprovechando este gran desastre de los fatimíes, los príncipes Idrisíes recuperaron Fez. Abderramán III fue en este momento cuando vio la necesidad de intervenir directamente.
- 927: Abderramán III ordenó la ocupación de Melilla (existía ya entonces, y era un bastión extremo litoral rifeño), la cual se llevó a cabo, construyendo luego Abderramán III un sistema defensivo perfecto. De este modo, consiguió una plaza marítima importante.
- 928 – 929: la respuesta fatimí no se hizo esperar, en los dos años siguientes, el califa Ubaid Allah, va a recuperar la capital de los idrisíes: Fez. Los idrisíes se van a refugiar en el norte. Luego los fatimíes arribarán en el emirato de Nakur (aliado de Abderramán) y, por segunda vez, lo arrasarán.
- 931: reacción contundente de Abderramán III: la escuadra andalusí cruza el estrecho y se apodera de la plaza de Ceuta, pues su príncipe al-Rida, era un príncipe andalusí y vasallo de los Idrisíes. A esta conquista le suma un gran triunfo diplomático, al conseguir pasar al “partido” Omeya de Abderramán III, al señor de Tahart: Musa Abi l-Afiya –rustamíes-. Este Musa con su señorío abandonó al califa fatimí y abrazó la causa omeya andalusí. En estos momentos, año 931, el protectorado omeya era grandísimo: parte del Magreb, Ceuta y Melilla directamente controlados por él. Además el resto de los territorios los controló indirectamente (a través de vasallaje y tratados, como diplomacia, dinero, regalos.... que jugaron un importante papel).
Abderramán III en última instancia lo que perseguía era enfrentar a todos estados contra el fatimí, para preservar a Al-Andalus de una agresión directa. Además, obtener un comercio libre con el Magreb occidental al objeto de obtener el mayor número posible de numerario aurífero.
D) La gran revolución del califato fatimí (934-947): la fortuna sonreirá a Abderramán III cuando en 934 Ubayd Allah muera, y su sucesor Al-Qa’im va a emprender una expedición contra Egipto. A continuación se enfrentará a una larga y temible rebelión de Sicilia, y para colmo en sus dominios tunecinos va a estallar la rebelión encabezada por Abu Yazid (el hombre del burro, predicando la doctrina jarichí montado en burro).
Las ideas de Abu Yazid calaron muy bien entre la población discriminada, ganando muchísimos adeptos y pudiendo poner bajo su dominio muchas ciudades tunecinas y hasta la propia Qayrawan. En 945 puso sitio a la mismísima capital de los fatimíes, Al Mahdiyya, pero con el nuevo califa Al-Mansur, que accedió al califato fatimí en 946, la estrella de Abu Yazid, empezó a declinar.
Fue entonces cuando el hombre del burro, pidió auxilio a Abderramán III con embajadas a Córdoba. Desconocemos los tratados que hubo entre Córdoba y Abu Yazis, pero estamos casi seguros que los emisarios cordobeses regresarían con importantes sumas de dinero para ayudarle a resistir al poder fatimí. No obstante, estas ayudas en el año 947 no fueron suficientes, y Al-Mansur lograba capturar a Abu Yazid y darle una muerte atroz. La rebelión jarichí contra el califato fatimí había fracasado.
2. Segunda lucha entre el califato fatimí y Córdoba. Fin de las tensiones
Ese período de revuelta jarichí en las zonas tunecinas fatimíes (la revuuelta de Abu Yazid), fue aprovechado por Córdoba para someter muchas tribus, pequeños emiratos, y a la mayoría de los príncipes idrisíes (Marruecos), hasta ahora enemigos de Córdoba, pero que a partir de este momento, prestarán vasallaje a Abderramán III y desde entonces desfilaron periódicamente por Medinat-al-Zahra, para reconocer la soberanía del califa cordobés.
En 951-952 el dominio que Abderramán ejerció sobre la Mauritania Tingitana fue tan grande, que en 951 las tropas califales cordobesas entraron en Tánger, y sin contemplaciones anexionaron la plaza al estado cordobés. A partir de ahora, el estado Cordobés dispone de 3 plazas marítimas en África: Melilla, Ceuta y Tánger.
Los idrisíes desposeídos de Tánger en compensación intentaron repoblar Tetuán, pero esto era una amenaza contra Ceuta, por lo cual Abderramán III se opuso a este proyecto y en 952 envió un ejército con la misión de apresar a algunos príncipes idrisíes y conducirlos como rehenes a Córdoba. Incidentes que traerían malas consecuencias para Abderramán III.
Año 953: nuevo soberano fatimí al-Mu’izz¸ que en el 953 sacó partido a este incidente entre idrisíes y Abderramán III. Así como también sacó partido al abordaje de un navío de gran tonelaje cordobés apoderándose de su cargamento y despachos. Este ordenó que una flota siciliana se dirigiese a Al Andalus e intentase un desembarco, y se hizo en Almería.
Se incendiaron todos los barcos que estaban atracados en el puerto, incluso el navío agresor que había vuelto de Alejandría, al mismo tiempo que la ciudad de Almería era saqueada y su población en parte asesinada y en parte cautivada. Era la primera agresión que el califato fatimí atacaba directamente contra territorios propios andalusíes.
Réplica de Córdoba: envió a su general Galib (esclavo doméstico suyo) a las costas de Ifriqiya, que tras fracasar en un primer desembarco, va a volver de nuevo con una flota de 70 navíos incendiando la ciudad de Marsa Al Jaraz y los arrabales de Susa, y de regreso, la medina de Tabarca. Por una ciudad que castigaron los fatimíes (Almería), Abderramán III les castigó 3 (Marsa al Jaraz, Susa y Tabarca).
Año 959: el fatimí no se cruzó de brazos, y en respuesta al saqueo de tres ciudades fatimíes, él organizó una formidable expedición, dotada de sus mejores generales, y en 959 la envió contra el Magreb occidental (Argelia y Marruecos), sometiendo estos territorios prácticamente por completo, salvo los enclaves omeyas, de Melilla, Ceuta y Tánger. El resto del protectorado africano se sumó de la noche al día, sin tiempo incluso para replicar, puesto que Abderramán III fallecía a la edad de 70 en el año 961.
Sucede en el trono califal andalusí Al Hakam II (961-976). Asciende al trono con 40 años según algunas fuentes, otras dicen que con 50. En estos momentos con Al Hakam II tuvieron más importancia las campañas de África, no ya por razones de hegemonía político-religiosa respecto a los fatimíes, sino por la dependencia que Córdoba contrajo con el Magreb occidental, a causa de:
- El reclutamiento de las tribus (jinetes) de los Zanata y Sinhaya (gran parte del ejército cordobés era suministrado por estas dos tribus rivales entre sí). Montan a la jineta, son más maniobreros, ágiles...etc., que la caballería pesada cristiana. Era la columna del ejército de Córdoba.
- Importación de cereal obligatoria que tiene que hacer Córdoba del Magreb en los momentos de escasez para aliviar el hambre.
- Va a depender de ahora en adelante por los suministros de metales preciosos: para las acuñaciones monetarias y emblemáticas del estado cordobés (oro y plata) y que sean sus señas de poder. Relación de moneda un dinar de oro, 10 o 12 diremes de plata (es la moneda de cuenta, es decir, en las crónicas aparece por ejemplo que alguien cobra 100 dinares, pero realmente cobraba el equivalente en plata).
El califato fatimí dejó de ser una seria amenaza cuando el califa al Mu’izz obsesionado por Egipto y oriente, desencadenó en 969 una gran campaña contra Egipto que le deparó el control de Alejandría y el delta del Nilo, inmediatamente fundó junto a Al-Fustat (campamento), fundó una ciudad más al norte que es El Cairo 969, y hacia 972 decidió trasladarse al Cairo, abandonando la residencia del golfo de las Sirtes Al Mahdiyya. Una inmensa caravana de camellos, con los féretros de todos los antecesores fatimíes partió de Al Mahdiyya para trasladarlos al Cairo (descendientes de Ali y Fátima hija del profeta), y en esos muertos residía su derecho y legitimidad al califato, por eso era tan importante el tema de los féretros para un chií.
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Máxima expansión del califato fatimí (color verde) (Autor foto: Renato de carvalho ferreira derivative work: Rowanwindwhistler. Fuente: wikipedia) This file is licensed under the Creative Commons Attribution-Share Alike 3.0 Unported license. |
Con la marcha de los fatimíes, aunque dejó valíes en Al Mahdiyya gobernando en su nombre, el Magreb occidental se relajó, pues en adelante los fatimíes de Egipto, no solo quedaban lejos, sino que ya no precisaron suministrarse oro del Níger o Senegal, sino que tenían suministro de oro propio gracias a Nubia, al sur de Asuán (grandes yacimientos auríferos) que lograron tenerlo bajo su poder.
Hay que decir que esta expansión en el norte de África fue lo que más le colmó de gloria a Abderramán III, la influencia de estas hazañas llegaron hasta a la famosa monja alemana Hroswitha en el norte de Europa, aunque nosotros desde nuestra perspectiva occidentalista podamos creer que las victorias sobre cristianos fueron más sonadas en la época.
¡Feliz Domingo! - Hacer historia, aprehender la historia, aprendes la historia
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