Hª EDAD MEDIA Península Ibérica. Corona Catalanoaragonesa: características de la unión. El reinado de Ramón Berenguer IV y Alfonso II.

Antes de empezar con la entrada vamos a poner en situación a quien lea esto. La última vez que hablamos de Aragón y Cataluña nos quedamos viendo el matrimonio de Petronila (de 1 año de edad) con Ramón Berenguer IV (de 20 años), recordar que esta operación se llevó a cabo cuando reinaba Ramiro el Monje de Aragón. Tras este matrimonio Ramiro volvió al monasterio y falleció en 1157. Este matrimonio unió a Aragón con los Condados Catalanes, una unión que daría una gran pujanza económica y militar al nuevo reino. Vamos a ver los inicios de este nuevo reino. 


1. Características, ventajas y desventajas de la unión catalanoaragonesa


Vamos a ver las principales características y situaciones que provocó la unión política:
  1. A pesar de la unión política, hemos de decir que se mantuvieron las organizaciones interiores, conservando Aragón y Cataluña su propia organización, a los que se añadirán los reinos provenientes de la expansión del siglo XIII y XIV: Mallorca primero, luego Valencia, Sicilia, Cerdeña, Córcega, Nápoles y ducados de Atenas y de Neo Patria –bizantinos-. 
  2. La unión tenía ciertos inconvenientes muy grandes, dada la diversidad de lenguas, costumbres, derechos, de cultura, de moneda en cada uno de esos reinos, de estructuras sociales y económicas. Eran diferencias que no podían salvarse de un día para otro.
  3. Pero si la unión se produjo, es porque las ventajas de la unión eran mucho mayores que las desventajas, de hecho, de momento tanto Aragón como Cataluña se salvaban de la amenaza del imperialismo Castellano Leonés de Alfonso VII el emperador. Al unirse, duplicaban su poder militar.
  4. También con la unión los catalanes conseguían un traspaís en las tierras aragonesas, es decir, los ganaderos catalanes podían llevar sus rebaños a pastar a la cordillera Ibérica aragonesa, al mismo tiempo, los aragoneses con la unión conseguían el acceso al mar Mediterráneo, ya que podían acudir a los puertos catalanes. 
  5. Pero sin duda la unión va a provocar que en la Península Ibérica surja un sistema de gobierno totalmente nuevo, que es el pactismo, con su costumbres, su moneda, cultura...etc. ¿Por qué es importante el pactismo? Porque a los reinos con sus leyes y costumbres no se les impone renunciar a nada: ni a su lengua, ni a sus leyes, ni a sus costumbres... etc. Se usará el concenso como forma de gobierno. Lo contrario al pactismo era lo que ocurría en Castilla, donde toda zona bajo gobierno de Castilla era automáticamente castellanizada: renunciar a su bagaje para aceptar el orden castellano, renunciar a sus leyes para usar las castellanas, renunciar a su lengua para usar el castellano...etc., porque Castilla tomó como modelo Roma y la romanización. 
  6. El único sometimiento que va a producir esta unión es el de Aragón a la jurisdicción eclesiástica del metropolitano de Tarragona. A partir de ahora eclesiásticamente la corona de Aragón quedará sometida a la jurisdicción del arzobispo de Tarragona, esto es reproducir el antiguo esquema de la antigua provincia romana de la Tarraconense. Esto se decide así porque Tarragona es lo más antiguo en materia eclesiástica en la Península, y por tanto tenía preferencia sobre Aragón.
El caso de la unión de Cataluña con Aragón es objeto de estudio, ya que una unión de estas características siempre estaba abocada al fracaso, ya que las rencillas internas, o el intento de imponerse una parte sobre la otra, o los conflictos entre nobles, daban al traste con este tipo de uniones. En este caso se impuso el entendimiento y los pactos para lograr la unión. De hecho el entendimiento de las relaciones entre ambos territorios va a quedar reflejado por el sello que se eligió en las monedas: 
  • Anverso: Ramón Berenguer IV como conde de Barcelona. 
  • Reverso: su efigie como soberano de Aragón. 
En las monedas había dos leyendas: Princeps (para referirse al principado de Cataluña), y Dominator Aragoniae (para referirse a rey de Aragón). No se intitula rey, aunque por el derecho aragonés podía haberlo hecho. Se intitulará rey su hijo Alfonso II.


2. La normalización del nuevo reino a mano de Ramón Berenguer IV


Al comienzo del reinado de Ramón Berenguer IV hubo de saldar las cuentas de la unión dinástica: las cuentas que había que saldar con las órdenes militares de oriente (templarios principalmente) por despojarlas del reino que tenían por derecho en el testamento (Alfonso El Batallador dejó en su testamento el reino de Aragón para las órdenes militares religiosas de oriente). En 1140, las órdenes militares de oriente renunciaron a sus derechos testamentarios tras recibir de Ramón Berenguer IV: 
  • Una gran cantidad de tierras y castillos. 
  • Honores y títulos. 
Esto fue la base de sus enormes patrimonios en la corona de Aragón, asentándose las órdenes ampliamente en el Reino Aragonés y en el Principado de Cataluña. En 1158, solo tras las compensaciones, el Papa Adriano IV como jefe o caudillo natural de las órdenes militares (vinculadas al papa mediante votos y derecho canónico) zanjaba el asunto con Aragón. 
También en ese año el Papa zanjaba los litigios con los reyes de Aragón y normalizaba su situación, ya que Ramiro II el Monje rey de Aragón, había salido del monasterio sin el consentimiento del Papa, y se había desposado con Inés de Poitier tampoco sin consultarle.
Estatua idealizada de Ramón Berenguer IV - Imagen de dominio público
También se normaliza la situación política de Aragón con su vecino del oeste: Castilla. Recordemos que Alfonso VII que estaba casado con Berenguela, normalizaba las relaciones con Aragón devolviendo el Regnum de Zaragoza a Aragón (tras quitárselo a Navarra), a cambio del vasallaje de Ramón Berenguer IV a su persona. En virtud de ese vasallaje por el reino de Zaragoza, Ramón Berenguer IV acudiría a ayudar a Alfonso VII el Emperador en la toma de Almería, pero posteriormente ese homenaje, en 1158, quedó reducido a sujetar la espada en las solemnes ceremonias del Emperador (es decir, quedó como un mero acto simbólico). 


- REPOBLACIÓN Y COMERCIO:
Libre ya de compromisos con el papado u otros reyes, Ramón Berenguer IV gracias a esta unión dinástica fuerte, hizo posible la culminación de la reconquista de Cataluña la Nueva, en 1148. Estas expediciones militares contra los musulmanes estarían formadas por gente proveniente de Barcelona y Occitania, aunque también caballeros hospitalarios y también templarios. 
Tomaron la ciudad de Tortosa (en 1148) y Fraga, Lérida y Mequinenza (en 1149 todas). Estas conquistas arrebatadas a los musulmanes hubo que repoblarlas con cristianos, ya que no se permitía a los musulmanes quedarse en calidad de mudéjares en Cataluña. Se hicieron por tanto grandes esfuerzos para repoblarlas con gente catalana y aragonesa, así por ejemplo Lérida fue repoblada con un 50% de aragoneses y 50% catalanes, al igual que Tortosa.
Las constituciones o cuerpo de leyes que recibieron las ciudades arrebatadas a los musulmanes fueron similares a la constitución de Barcelona, basadas en los Usatges (usos y costumbres). Hay que decir que las ciudades de Lérida y Tortosa permanecieron cristianas pero autónomas hasta el siglo XIII, siglo en que se incorporaron definitivamente a Cataluña. 

De este modo, una vez conquistado este territorio catalán, el Ebro hacía de frontera sur y además el Ebro se convirtió en la vía maestra de la unión catalanoaragonesa. Trigo, aceite, lanas, carne y los cueros procedentes de la producción agropecuaria de Aragón, llegaban por vía fluvial hasta Tortosa, y de allí remontaban también por vía marítima hasta Barcelona. En sentido inverso, Barcelona enviaba todos sus productos manufacturados catalanes, y otras mercancías del extranjero, con barcazas que remontaban el río en sentido inverso, que llegaban hasta Zaragoza. 

También, como ya vimos en entradas anteriores, durante el gobierno de Ramón Berenguer IV se va a producir un reajuste en el equilibrio de fuerzas cristianas peninsulares, porque la unión catalanoaragonesa había hecho emerger una nueva confederación política peninsular importante, y que no se podía ignorar. Por otra parte se había producido la independencia de Portugal, y todo ello iba en perjuicio del propio emperador Alfonso VII de Castilla y León. En 1151 se firmaba el Tratado de Tudillén (próximo a Fitero), por el cual recordemos que la Península Ibérica quedaba dividida en áreas de influencia entre Castilla (Sur) y entre Aragón (Levante, con derecho a ocupar Valencia Denia y Murcia). Por ese tratado debía prestar vasallaje el rey de Aragón al emperador castellano.
Vista de la ciudad de Tortosa (tomada en 1148), localizada en la provincia de Tarragona
(Autor foto: Manel Zaera Fuente: wikipedia)
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 - RAMÓN BERENGUER IV Y LOS TERRITORIOS ULTRAPIRENAICOS:
La corona de Aragón no solo tenía en territorios la actual proyección peninsular, sino que también poseía territorios ultrapirenaicos, a través del Languedoc. Era una pretensión de expansión apoyada en los lazos feudales o familiares No militares, que unían a los señores del Midí francés con los reyes de Aragón y con los condes de Barcelona.
Ramón Berenguer IV decidió aglutinar esas tierras ultrapirenaicas en 3 núcleos territoriales sobre los cuales se edificaría el gran estado pirenaico: 
  • Núcleo provenzal al este (Núcleo Narbonense). 
  • Núcleo central (constituido por Rosellón hasta Foix). 
  • Núcleo occidental, del Tarbés porque el centro político que aglutinaba todos los vasallos estaban en torno a Pau.
Así pues, Ramón Berenguer IV en esos 3 núcleos es donde va a ejercer su acción política a base de lazos familiares y feudales (no militar). Esta expansión por Languedoc le daba mucho prestigio internacional a la corona catalanoaragonesa, sin embargo le robaba mucho tiempo y la distraía de su otra proyección que la iglesia le recordaba constantemente: la lucha contra el islam. 
En 1162, moría Ramón Berenguer IV.


3. Política de Alfonso II de Aragón (1162 – 1196)


Alfonso II de Aragón, apodado el Casto (1162 – 1196), a la muerte de su padre Ramón Berenguer IV, se convierte en el primer-conde rey por derecho, pero con 8 años de edad. Su minoridad se extendería hasta el año 1174. Su política va a girar o la podemos dividir en los siguientes puntos:
  • Relaciones con Castilla y tratados con este reino. Es un punto normal, ya que es el reino vecino.
  • La expansión por el Bajo Aragón (la Extremadura aragonesa, es decir, Teruel), y el asunto del gobernante independiente Pedro Ruíz de Azagra.
  • Consolidación de los estados ultrapirenaicos.
Vamos pues a ver uno a uno estos puntos sobre los cuales Alfonso II de Aragón centrará su gobierno.
Retrato idealizado de Alfonso II de Aragón - Imagen de dominio público

- RELACIONES CON CASTILLA
Complicaciones en las relaciones con Castilla y con su rey Sancho III el Deseado. Sancho III el Deseado de Castilla estaba en desacuerdo con lo que había hecho su padre, entregar Zaragoza a Aragón, ya que perdía así la posibilidad de acceso al Mediterráneo. Cuando un conflicto parecía inevitable, toda la tensión entre ambos reinos se relajará con la muerte de Sancho III el Deseado (en el año 1158), ya que subirá al trono Alfonso VIII el Noble de Castilla (su hijo), lo cual permitió que Alfonso II pudiese conducir este delicado tema con políticas ambiguas, conduciendo la cuestión hasta materializar la paz con los castellanos en una tregua perpetua asegurando para sí el matrimonio con Sancha en el año 1170, que se consumaría más tarde. 
¿Por qué este matrimonio con Sancha? Porque Aragón en estos tiempos de hostilidades con Castilla, había atacado posiciones castellanas por asunto del cobro de parias provenientes del rey Lobo (el taifa de Valencia y Murcia), el fracaso del ataque llevó a firmar el llamado Tratado de Sahagún en 1170 (también conocido como Paz Perpetua de Sahagún). Con el matrimonio se cerraban las hostilidades. Por cierto, Sancha era hija de Alfonso VII el Emperador. Esta mejora de las relaciones con Castilla permitió: 
  • Reafirmar el tratado de Tudillén. 
  • Permitió también la colaboración del rey Aragonés en la campaña de Cuenca de 1177 (la tomó Alfonso VIII el Noble en minoría, pero por la ayuda del rey de Aragón). 
  • Alfonso VIII el Noble muy generoso con Ramón Berenguer IV le liberó del vasallaje con Castilla por el tema de Zaragoza. 
También hay que destacar el Tratado de Cazola (cerca de Ariza, frontera entre Castilla y Aragón) en 1179, era un tratado que confirmaba el tratado de Tudillén, pero con una variación: Castilla tendría ahora el derecho a conquistar Murcia. Esto va a motivar que en 1191 surjan las hostilidades entre ambos contendientes por la hegemonía peninsular. Tras la derrota de los castellanos por los almohades en la batalla de Alarcos de 1195 (Abu Yusuf se apoderó de las plazas de Malagón, Benavente, Calatrava...etc.), le hizo a Castilla olvidarse de las rencillas contra Aragón, y les llevó a ambos reinos a unificar las fuerzas cristianas para no andarse con zarandajas con los almohades. Esa paz provocó la reacción cristiana contra los musulmanes, que llegaría en el año 1212 con las Navas de Tolosa.


- LA EXPANSIÓN POR EL BAJO ARAGÓN Y EL NÚCLEO INDEPENDIENTE:
A lo largo del siglo XII Aragón alcanzó los límites fronterizos con los que los conocemos hoy a la comunidad autónoma. En tiempo de Ramón Berenguer IV se había alcanzado y ocupado: 
  • La cuenca del Río Martín. 
  • Las tierras del bajo Aragón correspondientes a Daroca (se entregó íntegramente a la orden militar del temple). Los templarios pusieron interés en fortificarla. Hoy en día esta localidad destaca porque en ella se hace un festival música religiosa de órgano, que es el más antiguo de España.
  • Se puebla Alcañiz (en la actual provincia de Teruel), siendo el municipio con más extensión territorial del norte. También se pobló Montforte (en Teruel). 
Pero en tiempos de Alfonso II se consigue además ocupar Valderrobres (en el año 1169), que se convertiría en la ciudad residencial de arzobispos de Zaragoza; también se ocuparon los macizos montañosos de Cantavieja y Alfambra; pero sin duda el éxito más destacado de Alfonso II (que seguía conquistando tierras continuando el curso del río Alfambra) va a ser Teruel, ciudad fortificada, que cae en 1171, y es repoblada en 1177

Merece la pena hablar de la repoblación de Teruel. ¿Por qué cae la ciudad en 1171 y se tarda seis años en repoblarla? A diferencia de la repoblación de la ciudad de Zaragoza y su comarca (donde las repoblaciones estuvieron compuestas por gentes catalanes, castellanos, mudéjares, mozárabes, hebreos...) la zona de Teruel era una zona muy pobre y nadie quería ir a repoblarla. A falta de repobladores, e inspirándose en el fuero de Sepúlveda (1076), no quedó más alternativa que recurrir a hacer una convocatoria en todo el reino para que los homicidas, ladrones y malhechores a cambio de la redención total de sus penas y obligaciones por los crímenes contra la justicia, acudiesen a repoblar estos sitios pobres y estériles (esto no es solo para Teruel, en otras zonas también pobres o muy peligrosas, como se hace también en Antequera en el año 1410). Se conoce a esto como fuero de homiciano, es decir, poblado con criminales, para que las pueblen y defiendan.
En todas empresas de conquista y repoblación, van a participar nobles y órdenes militares como la de Belchite (es la primera), San Redentor, Alfambra (esta última mirar más abajo), órdenes militares de origen aragonés como la de Calatrava, órdenes de origen leonés como la Orden de Santiago, y también las órdenes militares orientales como la del Temple. 

Pero en este punto tenemos que hablar también del núcleo independiente de Pedro Ruíz de Azagra, un noble navarro con una importante y poderosa hueste feudal a su mando. Este noble consiguió conquistar por su cuenta el macizo aragonés de Albarracín (actual provincia de Teruel). Era un noble poderoso que vivía entre la Rioja, Navarra y Aragón. Cuando se hace con el Albarracín, no lo quiso entregar ni al rey de Aragón ni al de Castilla, así que se proclamó vasallo de Santa María. De esta forma solo tendría que rendir cuentas a la Virgen María. Se proclama autónomo, independiente, que no quiere servir a ningún señor territorial, ya que su único señor será una entelequia. Denominará a estas tierras conquistadas como tierras de Santa María de Albarracín. Aquí vemos un caso de cómo en la época se eludían y burlaban las leyes feudales. Así persistirá este señorío hasta su incorporación en 1284 a Aragón. 
Albarracín, en la provincia de Teruel
(Autor foto: "Diego Delso Fuente: wikipedia)
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- CONSOLIDACIÓN DE LOS ESTADOS ULTRAPIRENAICOS:
Alfonso II tenía una mentalidad románica y feudal, intuyó la posibilidad de unir todos los pueblos del Pirineo bajo signo hispánico, pero ese deseo será incompatible con la progresiva cristianización de Francia y Aragón. No obstante, Alfonso II buscó amigos al servicio de esta idea, y así por ejemplo surgieron alianzas que se polarizaron en torno a dos bloques: 
  • Alianza que su padre Ramón Berenguer IV hizo con Inglaterra, y ahora él añadió su alianza con la república de Pisa. La Corona de Aragón también movió nuevos horizontes, como con Sicilia y su rey Federico.
  • El otro bloque era su gran rival formado por el eje Toulouse-París, que disponía del apoyo de Génova (república rival de Pisa). 
Así además de Béarn, Foix, Narbona y Provenza, Alfonso II dispuso de vasallos en la zona del Piamonte italiano, donde allí le prestaban vasallaje los marqueses de Busca. Pero además como gran señor Provenzal vivió siempre en el ambiente de una corte trovadoresca, donde destacaron trovadores catalanes como Guillem de Berguedà, Pons de la Guardia y Guillem de Cabestany. De este modo, en la corte de Alfonso II se creó un ambiente propicio para desarrollar una nueva cultura cortesana y refinada, que iniciará una tradición de mecenazgo entre los monarcas de la corona de Aragón. 
Destacar también que Alfonso II se hizo con el Valle de Arán en 1175, mediante el Tratado de Amparanza (también llamado de Amparo o de Emparança -en catalán-), firmado por Alfonso II con los habitantes del valle, que se separaban a partir de ese momento del condado de Cominges.
Aunque pueda parecer otra cosa, la verdad es que Alfonso II volcó la mayor parte de su vida, esfuerzo y dinero en la política ultrapirenaica, la cual no vamos a profundizar en ella. Se interesó muy poco en los asuntos de la península Ibérica si lo comparamos. Su vida estará marcada por los condados franceses, por sus deseos de dominarlos, por usar a sus hermanos como condes en dichos condados...etc. 

También Alfonso II fue muy sensible al fenómeno de la revolución urbana: comerciantes y artesanos que chocan con los nobles terratenientes. Él los incorporará a las actividades urbanas, favoreciendo incluso el autogobierno de los municipios, y frenando así la violencia feudal mediante el restablecimiento de paz y tregua de Dios de las ciudades.

Por lo demás, Alfonso II moría en 1196, siendo enterrado en el Monasterio de Poblet, aunque su deseo había sido ser enterrado en Valencia (cosa imposible porque estaba bajo dominio musulmán). Fue enterrado en la pared del presbiterio, aunque posteriormente tras una reforma de Pedro el Ceremonioso, sus restos descansaron en un arco del monasterio.
Monasterio de Poblet, sepulcros reales. De los cinco sepulcros que se ven en la imagen, el de Alfonso II de Aragón es el localizado más a la izquierda.
(Autor foto: José Luis Filpo Cabana Fuente: wikipedia)
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4. El reparto de botín en Aragón


Por último vamos a cerrar esta entrada hablando de cómo era el reparto del botín en el reino de Aragón cuando tomaban o atacaban otros territorios, especialmente los musulmanes. 
Mientras se luchó en la montaña, la defensa del reino corrió a cargo de la infantería, siendo la caballería algo secundario, por lo que no había posibilidad de hacer intervenciones rápidas por botín, o por lo menos eran rarísimas. 
Sin embargo, cuando se sale de las estribaciones del Sistema Ibérico, y se empiezan a dominar amplias extensiones de llanuras, la caballería cobrará todo su valor. El servicio militar en caballería recibirá el nombre de cabalgada. 

Para ello los concejos de las pequeñas poblaciones cristianas, estaban por supuesto obligados a vigilar la villa y defender la tierra. Cuando se repoblaba una ciudad, villa o territorio, venían repobladores en calidad de peones y otros en calidad de caballeros. En el momento de la repoblación, esta distinción (ccaballería vs infantería) no tenía connotación social. Esta distinta capacidad de hacer la guerra, abriría más las diferencias sociales, ya que un caballero podía acudir a luchar a zonas lejanas, y transportar gran cantidad de botín, por lo cual al cabo de los años los caballeros serían ricos y acapararían los principales cargos del municipio, mientras que los infantes quedarían relegados a un segundo plano.
Hay que decir que cuando se hacía una cabalgada, no siempre se realizaba sobre la misma aldea varias veces, para no eliminar la villa o aldea atacada por desgaste (convenía que se recuperaran, para volver a saquearla). Las cabalgadas tenían una fecha fijada: después recolección de las cosechas, para así poder robar el grano. El botín obtenido se repartía de la siguiente forma: 
  1. En primer lugar se consumía del botín todo lo necesario para reparar heridas y daños a personas y caballos. Si alguno perdía su caballo, se le reponía con el dinero del botín, etc. 
  2. Después se quita otra parte, llamada el quinto de la cabalgada, que era para el rey, el cual lo solía gastar en concepto de paga al alcaide la villa. 
  3. No formaba parte del botín el ganado que había sido robado por los musulmanes a los habitantes del concejo. Es decir, si los musulmanes te habían robado una vaca, y luego tú la recuperaban en una cabalgada, esa vaca era tuya, y no contabilizaba como parte o pago del botín. Se sabía a quien pertenecía un animal porque estaban marcados a fuego.
  4. El resto, lo que quedaba del botín, se subastaba entre la población de tu ciudad o villa, y el producto de la subasta es lo que se repartía entre los expedicionarios. 
Cada población de la Extremadura de Aragón, disponía de un extenso territorio para vigilarlo, defenderlo y realizar sus propias cabalgadas. Se repartían en áreas de influencia del enemigo para saquear.
De todo este sistema militar de repoblación y cabalgadas surgirán los famosos Almogávares, un cuerpo militar de élite que va a nutrir los cuerpos expedicionarios de la Corona de Aragón para Sicilia y Oriente. Estos almogávares no siempre fueron iguales en sus armas y tácticas, por ejemplo, en Sicilia actúan solapados, llevaban pantalón muy corto y zapatillas (para no hacer ruido al andar), y portaban dos armas: un lazo para coger enemigo y ahogarlo (para que no pudiese gritar), y una alfaca para apuñalarlos. Estos almogávares serán tan súmamente profesionales, que conseguirán someter grandes extensiones de Cerdeña o Sicilia. 

En fin, con la próxima entrada continuaremos con la política de la corona catalanoaragonesa de mano de su siguiente rey: Pedro II el Católico. 

¡Feliz Domingo!  - Hacer historia, aprehender la historia, aprendes la historia
31/Julio/2016

Hª EDAD MEDIA Península Ibérica: los invasores Almohades

En la presente entrada vamos a hablar de otro poder norteafricano que dominó Al Andalus: los almohades. Ya vimos en la entrada anterior como los almorávides se hicieron con el control de buena parte de la Península Ibérica. Ahora vuelve a ocurrir lo mismo pero bajo otra tribu: los almohades, quienes eran todavía más intransigentes en material religiosa y moral.

Para quien quiera ampliar sus conocimientos sobre los almohades vamos a citar unas cuantas obras y crónicas interesantes al respecto:
  • Ibn Sahid Al-Salat (un personaje del Algarbe, vivo en 1198 todavía). Escribe una crónica dinástica, no traducida al castellano por desgracia. Si se domina el árabe, puede consultar las obras de este autor. 
  • Ibn Al-Qattan es un autor magrebí que también escribe una crónica sobre los almohades a mediados del siglo XIII. Por desgracia esta obra tampoco está traducida al castellano.
  • Ibn Abi Zar es un autor que escribe la única crónica traducida al castellano de estas tres. Es un marroquí del primer tercio del siglo XIV. Realiza una compilación de la historia de Marruecos, con la dinastía Idrisí, Almorávides, Almohades y los benimerines. El título de la obra: “Rawd al-Quirtas” (jardín de las hojas) Valencia, 1964. El traductor de esta obra es Ambrosio Huici Miranda. 
  • Luego tenemos fuentes secundarias, como la de Amborsio Huici Miranda. De este mismo traductor e historiador tenemos su obra “Historia política del imperio almohade”, Tetuán, 1957.
  • Otra fuente secundaria es la de María Jesús Viguera Molins, cuyo título de la obra es “Los reinos de taifas y las invasiones magrebíes”.


1. La toma de poder en el norte de África por los Almohades


¿Cuál es el origen de los almohades? Pues bien, en el año 1120 surgió en el alto atlas un movimiento político religioso contrario a los almorávides, movimiento que no cesó hasta eliminar y sustituir a los almorádives por otro imperio magrebí y beréber. El imperio almohade abarcó desde Tripolitania hasta Al Andalus. Su fundador fue Muhammad Ben Tumart / Tumad. Este hombre pertenecía a la confederación tribal de los Masmudas. El nacimiento y expansión del poder almohade fue así:
  • Año 1106: Ibn Tumart estudió en la madraza de Córdoba, partió luego a la Meca en santa peregrinación. 
  • Año 1116: Ibn Tumart regresó al Magreb, lugar donde promovió protestas y desórdenes contra el relajamiento religioso de los almorávides, ya que acusó a los almorávides de antropomorfismo al explicitar los atributos de Allah (por ejemplo, cuando dicen “Dios es grande" o "Dios es justo", justo y grande son atributos de humanos, que no tienen que figurar en una divinidad, en algo tan puro como es Allah, por muy espléndidas que fueran estas palabras). Los almohades decían que los almorávides se habían alejado del dogma esencial del islam (es decir, la unicidad divina), así que Ibn Tumart y sus seguidores adoptaron como su denominación la palabra almohade, que significa “Unitaria”. Era una forma de decir que ellos son más puros en creencias que los almorávides. 
  • Años 1123 a 1130: Muhammad ben Tumad / Tumart fue llamado por el emir almorávide Ali ben Yusuf para tratar estos temas religiosos y hablar de por qué promovía revueltas, pero Ibn Tumad rehusó presentarse ante el emir, y huyó con sus amigos al desértico lugar del Tinmallal, donde se refugió y se proclamó Mahdi (guía inspirado por Dios). Amuralló el poblado y declaró la guerra santa a los almorávides. A su muerte en el año 1130, le sucedió su fiel seguidor Abd al Mumin, el cual se proclamó califa. 
  • Años 1139 a 1146: durante estos años se va a producir una gran expansión por el norte de África, primero Abd al Mumin dominó el Atlas, y luego en la guerra de los siete años (de 1139 a 1146), destruyó a sus enemigos, conquistando casi todo Marruecos. 
  • Año 1147: Abd Al Mumin entraba en Marrakech, y allí daba muerte al último emir almorávide. Fue entonces cuando Ibn Qasi el reyezuelo el taifa de Mértola del Algarbe, solicitó la intervención de los almohades en Al Andalus, iniciándose ya el período almohade en Al Andalus, que abarca desde 1146 a 1228, y en esos 82 años hay varias fases.
Dirham de plata almohade - Imagen de dominio público


2. Primera fase del gobierno Almohade en Al Andalus (1146 - 1172)


La primera fase del poder almohade en la Península Ibérica se caracteriza básicamente:
  • Por la lucha contra esas taifas residuales que quedaron y que se negaban a perder su independencia, hasta unificar de nuevo Al Andalus. 
  • Por la férrea imposición de la doctrina almohade en Al Andalus, de absoluta intransigencia. 
  • Por colocar la capital del Imperio Norte (Al Andalus) en Sevilla. 

A) GOBIERNO DEL CALIFA ABD AL MUMIN:
En este sometimiento de las taifas residuales los almohades tendrán que emplear más esfuerzos y recursos en someter al rebelde sudeste. En cambio las taifas del oeste serán más fáciles de asimilar: se someten, además de Ibn Qasi de Mértola, el régulo de Jerez (ambos por voluntad propia), luego el califa almohade Abd al Mumin envió tropas que se apoderaron de los reinos del sudoeste de Al Andalus: Jerez, Niebla, Mértola, Silves, Béjar y Badajoz. En 1148 se rindió Sevilla, y en 1149 Córdoba. Como ya hemos dicho, más costoso resultó someter el sudeste: Málaga ofrecerá resistencia hasta 1153, Granada hasta 1155, y Almería defendida por cristianos y andalusíes resistió hasta 1157. 
Los almohades tropezaron con otra gran resistencia: el régulo de Valencia y Murcia, Ibn Mardanis, también llamado por los cristianos “rey lobo” (al que no lograrían someter los almohades hasta su muerte en el año 1172). La resistencia ejercida por Ibn Mardanis fue tan grande, que el gobernador almohade de Sevilla necesitó solicitar la ayuda personal del califa.

La base de operaciones militares en la península será ahora Gibraltar. Como el Imperio Almohade abarcaba las dos orillas, fue Gibraltar el lugar elegido para desembarcos y construcción y reparación de la flota. La base naval de Gibraltar estuvo preparada a la altura de 1160.
La política del califa almohade Abd Al Mumin fue la siguiente
  • Confirmar a su hijo Abu Yaqub en el puesto de gobernador de Sevilla, y a continuación, regresó a África para enviar refuerzos.
  • También envió a la península la famosa circular almohade, por la cual condenaba a muerte a aquellos que se batiesen de pagar el impuesto del Azaque, porque era la base del tesoro público y la base para organizar la guerra santa.
  • También la famosa circular almohade condenaba a muerte a quienes no cumpliesen con el ritual de la oración (5 veces al día). Esto suponía la islamización forzosa de las minorías cristianas y judías: todos pagaban azaque y todos rezaban a Allah, bajo pena de muerte. Esto hizo que muchos judíos emigrasen a Castilla, y que algunos como los judíos de Granada, se rebelasen y conjurasen con Ibn Mardanis para entregarle Granada, que retuvo hasta 1162. Estas rebeliones de la zona oriental obligaron a trasladar la capital del Imperio Norte Almohade desde Sevilla a Córdoba, para desde allí hacer frente de manera más eficaz a los enemigos, que en aquella época además de Ibn Mardanis, lo eran Alfonso Enrique I de Portugal, que les habían quitado Béjar; también Fernando II se León, que hacía la guerra contra ellos; y por supuesto Alfonso VIII de Castilla. 

B) GOBIERNO DEL CALIFA ABU YAQUB:
Contra todos sus enemigos el califa Abd al Mumin preparó una flota de 200 navíos, la mitad de ellos construidos en el puerto de Al Mamura, pero la muerte le sorprendió en 1163, en la ciudad de Tinmallal. Su heredero, Abu Yaqub en Sevilla, ordenó trasladar la capital del Imperio Norte a Sevilla (que había sido trasladada a Córdoba antes para combatir a los enemigos), pero tuvo que dirigirse al Magreb para hacerse cargo del Imperio, y no pudo regresar a la península hasta 8 años después, en 1171. 
Entre tanto, la guerra contra Ibn Mardanis se reanudó en 1165, mientras en el oeste de Al Andalus, el portugués Gerardo Sempavor lograba apoderarse de los emplazamientos de: 
  • Trujillo. 
  • Cáceres. 
  • Évora, y en 1169 de la capital de la marca inferior de Al Andalus: Badajoz. 
Estas conquistas territoriales suponían que los portugueses cortaban la expansión leonesa hacia al sur. Los leoneses no estaban dispuestos a permitir que Portugal se expandiese hasta el Mediterráneo, por eso encontramos en la reconquista episodios chocantes, como una alianza entre el rey leonés Fernando II con los intransigentes almohades, al objeto de ayudar a los almohades a recobrar Badajoz (ya que no era lícito atacar Portugal para expandirse). Así León esperaría mejores tiempos para realizar la conquista de Badajoz, y proceder a la repoblación de Extremadura. 

La llegada en 1171 del califa con grandes refuerzos puso fin a la resistencia en Al Andalus, pues cuando vieron tantas tropas, desertaron los seguidores de Ibn Mardanis, produciéndose muchos levantamientos en los territorios gobernados por Ibn Mardanis. Con la muerte de este caudillo hispano musulmán en 1172, se puede decir que concluía la guerra civil en Al Andalus. Los hijos de Ibn Mardanis, abrazaron la profesión de fe almohade, y en consecuencia fueron confirmados en los gobiernos de sus respectivos territorios que habían obtenido del padre. Concluye así la primera fase caracterizada por la resistencia que ofrecieron muchas taifas a ser gobernadas por los almohades. 


3. Segunda fase del gobierno Almohade en Al Andalus (1172 - 1212)


Tras someter a los últimos reyes de taifas en 1172, se inicia la segunda fase del gobierno almohade, iniciada por el califa Abu Yaqub. Esta segunda fase está caracterizada por los siguientes acontecimientos:
  • Reforma monetaria. 
  • Vasto programa de obras públicas de Al Andalus, especialmente en Sevilla.
  • Las primeras expediciones contra los cristianos.
Vamos a empezar analizando el programa de obras públicas en la capital sevillana que es el siguiente:
  1. Construcción de un puente sobre el Guadalquivir, entre Sevilla y Triana. Dada la dificultad para voltear puentes de fábrica, se instalaron dos pilares base, uno en cada orilla, con barcas ensambladas entre ambos. Era un puente de barcas. 
  2. A continuación se levantó el palacio suburbano de Buhayra, para organizar la burocracia y administración, con jardines y huertos adyacentes, cuyos restos que más tarde se denominaron huerta del rey. 
  3. Acueducto: a continuación se abasteció con agua corriente la ciudad se Sevilla. 
  4. Reformó también Abu Yaqub y amplió el alcázar, residencia siempre de los gobernantes en Sevilla, restando todavía el llamado patio del yeso, y también el patio Al Mubarak.
  5. La muralla del alcázar se prolongó hasta el río, a modo de coracha, rematada por la Torre del Oro. Tenía una torre intermedia que era conocida como la Torre de la Plata. 
  6. También se construyó en 4 años la gran mezquita aljama (entre 1172 y 1176), con 17 naves, en la zona lindante a la explanada del arenal. Eso se hizo así para no destruir la antigua mezquita aljama que databa del emirato.
  7. Más tarde (en 1184) Abu Yaqub ordenó la construcción de la Giralda, como alminar de la gran mezquita, siendo terminado en 1198 por su hijo. 
  8. Finalmente se decidió rodear la ciudad con murallas de tapial, son unas murallas protegidas por una falsa braga (Muralla-Foso-Muralla).
  9. En el resto del país, con Abu Yaqub, se reforzaron fortificaciones, se levantaron alcazabas (como la de Badajoz, o la de Jerez de la Frontera), torres como la de la Calahorra de Córdoba... etc. 
    Torre del Oro en Sevilla (a la izquierda de la imagen)
    (Autor foto: Juanogmir Fuente: wikipedia)
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Como podemos comprobar los almohades no perdieron el tiempo a la hora de mejorar las estructuras de la capital y las principales ciudades. Por lo demás el califa almohade Abu Yaqub fue el más culto y tolerante de todos los almohades, y su mecenazgo abrillantó su reinado, fue época de recepción del aristotelismo en Al Andalus. Se interesó por la medicina, las matemáticas... etc., coleccionando para ello infinidad de libros y creando una gran biblioteca como la de Al Hakam II. 
Invitaba a su corte filósofos, pensadores, a médicos como su amigo Abentofail de Guadix (autor del “Filósofo autodidacto”, se nutrió de Aben Pace de Zaragoza), del cual muerto en Marraquech en 1184, el propio califa asistió a sus funerales. Abentofail antes de morir le presentó al califa otro filósofo y médico, el cordobés Averroes, autor de la “Destructio Destructiones”. Este libro estaba escrito contra otra obra titulada “Destructio Filosoforum”, de Al-Gazali (es un místico oriental, que entiende que introducir las ideas de Aristóteles en Islam les había llevado a materialismo, la impiedad... etc.). 
Abentofail y Averroes fueron los últimos filósofos árabes andalusíes, y los que introdujeron en Europa la llamada izquierda Aristotélica. 


¿Duraría esta época de cultura y luces? Para nada, a la muerte del califa Abu Yaqub, subió al trono Abu Yusuf. Esto ocurrió en 1184, cuando Abu Yaqub perdió la vida asediando Santarém (Portugal), siendo enterrado en Tinmallal. Con la desaparición de este califa tan amante de las artes, terminó la permisividad intelectual, para dar paso al fanatismo religioso. 
Le sucede Abu Yusuf, hijo de Abu Yaqub, musulmán de voto, inclinado por la doctrina Zahidí, partidaria de la interpretación literal de Corán y Sunna. Era más radical y estricto en el islam que los propios malikíes (con los cuales tuvo importantes riñas), fue un ultraconservador. Sus medidas más intransigentes una vez subió al trono fueron:
  1. Quemar las obras de todos los filósofos. 
  2. Hacer purgas como las que hizo el rey visigodo Recaredo, eliminando todos los libros que pudo y a todas aquellas personas que desafiasen la prohibición de leer y reproducir estas obras.
  3. El propio Averroes fue desterrado a Lucena primero, y luego a Marraquech donde murió. En Lucena los ulemas faquíes, cuando Averroes salía a la calle, azuzaban a los niños para que apedreasen. 
  4. Abu Yusuf, sospechando de la sinceridad de los judeoconversos del Magreb, les obligó a vestir de azul oscuro y llevar bonete, para que se distinguiesen a distancia de los musulmanes. 
Pero no toda medida que tomó fue mala, ya que en su reinado se pueden destacar aspecto positivos: supo dar a su imperio cierta prosperidad; mejoró el sistema monetario en 1186, al emitir un dinar de oro de 4,60 gramos, llamado “dobla” por los cristianos, y que fue la moneda medieval de más alta calidad en la península; impulsó las transacciones mercantiles, firmando tratados comerciales con la republicas marítimas italianas, sobre todo con Pisa (tratado por el cual los pisanos podían negociar con Túnez, Bugía, Orán, Ceuta y Almería); en lo militar Abu Yusuf se mantuvo fiel a la guerra santa, construyendo en el Aznalfarache sevillano su cuartel. 
Sin duda la hazaña más grande de Abu Yusuf fue la expedición militar de Alarcos en 1195, donde derrotó a Alfonso VIII (el cual en el año 1177 le había arrebatado Cuenca). Tras Alarcos regresó al Magreb, donde enfermó y murió en 1199. Fue enterrado en Tinmallal. 

El sucesor de Abu Yusuf fue Abu Yusuf al Nasir (o Mansur). Pese al inicio exitoso de su gobierno (ya que consiguió en 1202 conquistar las Baleares a los Banu Ganiya, unos reyes de taifas que poseían las islas desde 1144 tras la caída del poder almorávide), será el califa que sufra la mayor derrota a manos de los cristianos La formidable coalición cristiana de los reinos peninsulares dirigida por Alfonso VIII de Castilla (y auspiciada por el papa Inocencio III), causó en las Navas de Tolosa en 1212 tal derrota al califa almohade, que a partir de entonces se inició una decadencia almohade galopante, que en breves años dio al traste con este imperio. El califa, tras la derrota de las Navas de Tolosa se encerró en su palacio de Marraquech, siendo asesinado al año siguiente por sus propios cortesanos. Las Navas de Tolosa marcan el inicio de la tercera y última fase del gobierno almohade.
Fases de la expansión almohade
(Autor foto: Omar-toons Fuente: wikipedia)
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4. Tercera  fase del gobierno almohade (1212 - 1228). Fin del poder almohade


La grandísima derrota de 1212, hará que el poder almohade se desmorone, el ejército almohade descompuesto no podrá frenar el avance cristiano, a lo que se sumarán grandes rebeliones internas. Finalmente se producirá el surgimiento de un nuevo movimiento en el Magreb: Benimerines, que acabarán destruyendo el poder almohade, al igual que los almohades hicieron con el poder almorávide.

Tras la victoria de las Navas de Tolosa, los castellanos tomaron Despeñaperros, y llegaron a tomar ciudades como Úbeda, pero las epidemias y reacciones andalusíes, hicieron que no pudieran explotar la victoria a fondo. Alfonso VIII fallecía en 1214 (debido a una epidemia) y dejaba en minoría a Enrique I, lo que motivó que inmediatamente se establecieran las pertinentes treguas con los musulmanes. Estas treguas se rompían a menudo por los propios ejércitos cristianos ávidos de conquistas territoriales en el valle del Guadalquivir. 

En el Magreb surge un movimiento nuevo, el de los Benimerines: tribus beduinas de la confederación de los Zánatas. En apenas medio siglo acabaron con todo el poder almohade:
  • Año 1216: estas tribus acuciadas por el hambre, atravesaron el río Muluya para caer sobre las cuencas de Fez, Taza, Mequínez, derrotando a los gobernadores almohades y convirtiéndolos en tributarios. 
  • Año 1268 y 1269: ya mucho más tarde, terminarían por apoderarse de la ciudad de Marrakech, y al año siguiente se apoderaron de Tinmallal, dando fin al imperio almohade.
En la Península Ibérica, después de las Navas, la situación tras derrota almohade y las conspiraciones palaciegas, pusieron en crisis el califato, de hecho muchos se proclamaron califas, aunque algunos solo gobernaron unos meses. Cuando en 1228, Al Mamun deja Sevilla, para pasar al Magreb (fin del período Almohade), deja en Al Andalus dos problemas que los almohades ya no solucionarán: 
  1. Los avances territoriales de Fernando III el Santo Rey de Castilla por el Valle del Guadalquivir, y de Jaime I el Conquistador de Aragón por el Levante. 
  2. La sublevación general de los andalusíes tras aniquilar a los almohades de Al Andalus, generó las terceras taifas, siendo de esas nuevas taifas la más importantes: Murcia por Ibn Hud, que gobernará 1228 a 1266; la de Valencia, esta vez sublevada por Zayyan Ben Mardanis; y la más potente de todas y que se impondrá sobre el resto: el Reino Nazarí de Granada, fundado por Muhammad ben Al Ahmar. Este último, llegaría a sobrevivir hasta 1492.
Con esto concluimos la explicación de los almohades. En la próxima entrada continuaremos con la visión cristiana, desde el reino catalanoaragonés. 

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31/Julio/2016

Hª EDAD MEDIA Península Ibérica: los invasores Almorávides

La presente entrada va a ser breve. En ella vamos a hablar sobre los almorávides, los cuales ya vimos cuando hablamos de la caída de Toledo y la posterior invasión que llegó desde el norte de África. Por ello, esta entrada es solo para profundizar un poco  más sobre las características, orígenes y políticas de este pueblo.


1. Orígenes de los almorávides


Hablar de almorávides es hablar de bereberes. Dentro del mundo beréber procedían de la tribu Lamtuna, que a mediados del siglo XI predominaban en la confederación de los Sinhaya. Estos almorávides eran ganaderos que habitaban el Sáhara occidental, se venían agrupando a la altura del siglo XI ante el ataque continuo de los negros del sur y de los nómadas zánatas del norte. 

Quien los va a unir para darles entidad política estable va a ser un asceta llamado Abd Allah ibn Yasin, austero ulema malikí, que había estudiado siete años en Al Andalus. Él quiso reformar el islamismo en Al Andalus en el año 1036, y se dedicó a imponer una versión muy rigorista del islam, por lo que fue expulsado del territorio. Tuvo que refugiarse en un convento-fortaleza en Ribat, en una isla atlántica frente a la costa de los Sinhaya. Desde allí se dedicaría a predicar el islam más rigorista, y fue ganando muchos adeptos. Sus seguidores recibieron el nombre de Al Murabitun: “los hombres del Ribat”, pues formaban una confraternidad de monjes guerreros partidarios de respetar el Corán, de la intolerancia contra toda desviación moral o teológica, y por supuesto, dispuestos a la guerra santa contra los infieles. Aquí en Al Andalus, a estos almorávides les llamaban “los velados”, porque cubrían su rostro con un velo, a excepción de los ojos. 

Ibn Yasin, cuando convirtió o más bien moldeó a los Sinhaya a sus ideas, quiso hacerlos dueños del Magreb, y nombró como jefe de la confederación a Abu Bakr. Organizados militarmente lograron tomar Sigilmassa en el año 1058, lo cual dio el control de la ruta del oro a los almorávides. Pero sería el sobrino de Abu Bakr, Yusuf ben Tasufin, quien tras fundar en 1070 Marrakech y convertirla en capital del nuevo imperio, completaría las conquistas en el Magreb incorporando los territorios norteños, al someter en 1077 Tánger y en 1084 Ceuta. Fue entonces cuando los taifas de Al Andalus, justo tras la caída de Toledo por Alfonso VI, solicitaron su intervención en la península para luchar contra los cristianos. El período almorávide en Al Andalus es de 1086 a 1146. En esos 60 años de dominación africana de la península, se pueden distinguir dos fases, que son las que vamos a ver a continuación.
Dinar acuñado en  época de Yusuf ben Tasufín
(Autor foto: Numismática Pliego Fuente: wikipedia)
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2. Primera fase de la invasión almorávide en la península (1086 - 1118)


Las características principales por las que se caracteriza esta primera fase son las siguientes:
  • Supresión de las taifas y unificación de Al Andalus. 
  • El freno de la expansión cristiana con la recuperación de muchos territorios perdidos. 
  • Supresión del régimen de parias. 
  • Restablecimiento del dinar de oro en 4,20 gramos, con la consecuente recuperación económica en Al Andalus. 
  • Vuelta a la intensificación religiosa y estricta moral en todo el territorio, que se había relajado tras la caída del califato.
El emir Yusuf ben Tasufin preparó en Ceuta un centenar de naves. Asombra como estos magrebíes eran expertos en navegación marítima (Al Mamura y cerca de Ketama eran buenos astilleros de naves, porque hay coníferas cerca que permitían adquirir buena madera para la construcción de barcos).
Inmediatamente la caballería cruzó el estrecho en 1086 ocupando Algeciras. Camino de Sevilla, al emir almorávide se le fueron uniendo los régulos de Almería, Granada, Badajoz...etc., con sus destacamentos respectivos. Convocó Al Andalus a la guerra santa. Se enfrenta con Alfonso VI en Coria, en octubre, derrotándole en Sagrajas, y lo derrotó mediante una estrategia envolvente con la caballería ligera. Yusuf ben Tasufin no explotó a fondo esta victoria porque la muerte de su hijo mayor en Ceuta le hizo volver a África. 

Alfonso VI ataca luego en la zona levantina, desde Aledo (donde termina la meseta de la Mancha). Además el Cid desde Valencia hacía lo mismo, atacar a los taifas cercanos, volviendo a imponer el régimen de parias. Estas actividades del Cid y Alfonso VI, obligan a los régulos a solicitar de nuevo la ayuda de Yusuf ben Tasufín. 

Yusuf vuelve en 1088 a Algeciras. Convocó en Aledo a los principales taifas, para hacer desde allí la guerra santa. Ahora bien, la desunión de estos taifas, y el fracaso de la expedición, hizo que Yusuf pensara desposeerlos de sus reinos y anexionarlos. De regreso a África consultó sobre la legalidad de esto a los jurisconsultos, y apoyado por ellos, y también por los jurisconsultos malikíes andalusíes, regresó por tercera vez en 1090, con el ánimo de someter todas las taifas. En septiembre de 1090 depuso a los ziríes de Granada y de Málaga, siendo deportados sus reyes a África, concretamente a las costas atlánticas de Salé (en Marruecos). Esta medida alarmó al resto de los taifas, que se aliaron con Alfonso VI, pero los almorávides, lograron someterlos: 
  • Entre los años 1090 y 1094 son sometidos casi todos los taifas en general. 
  • El taifa de Albarracín logró mantenerse hasta 1103. 
  • El de Zaragoza resistió hasta 1110. 
Todavía el emperador norteafricano volvió a la península dos veces más, para enviar expediciones contra los cristianos. Yusuf ben Tasufín no pudo recuperar Toledo, pero en cambio consiguió importantes triunfos para sí: 
  • Obtuvo en Consuegra una gran victoria en el año 1097. 
  • Somete Valencia, aunque no pudo someterla en vida del Cid Campeador, pero en 1102 la tomó. 
Con Alí ben Yusuf (hijo de Yusuf ben Tasufín), la expansión almorávide llegó a su culmen
  1. En 1107 contra el castillo de Uclés: Alfonso VI para defender este punto tan súmamente estratégico, envió a su propio hijo Sancho (nacido de una hija de Al Mutadid, Zaida), junto con Albar Fáñez, pero todos ellos fueron derrotados, y muerto el infante en ese año de 1107. 
  2. En 1109: desmoralizados los castellanos por la pérdida del heredero, Ali ben Yusuf, aprovechando mandó otra expedición contra Talavera, logrando tomarla. 
  3. En 1110: contra Zaragoza (última taifa independiente), logra anexionar la ciudad de Zaragoza. Al Andalus volvía a unificarse (a excepción de Toledo y ciertas fortalezas califales), si bien bajo un poder africano. 
Saneada la moneda desde 1096, reanudado el comercio, suprimidos los impuestos ilegales que habían puesto los taifas, y eliminadas las parias que se pagaban a los cristianos, Al Andalus registró cierta prosperidad con los almorávides, aunque dentro de una atmósfera de gran moral y religiosidad (por ejemplo se prohibieron las obras de Al Gazali, un gran místico oriental).
Muralla de Marrakesh, capital del Imperio Almorávide
(Autor foto: Jerzy Strzelecki Fuente: wikipedia)
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Pero esta prosperidad no alcanzó a todo el mundo, precisamente esta exaltación y fanatismo religioso llevó a que se mostraran intolerantes con las minorías mozárabes y judía. Hubo un gran deterioro de las relaciones con estas minorías, incluso pretendieron convertir estas minorías al islam. La comunidad judía más fuerte de Al Andalus, que era la que vivía en Lucena, consiguieron evitar que les impusieran la conversión al islam, entregando grandes sumas de dinero. Los mozárabes de Granada, como no eran ricos, no pudieron sobornar a los almorávides, y tuvieron que sufrir la destrucción de todas sus iglesias. El malestar se extendió al sector intelectual (poetas y literatos), quienes empezaron a escribir añorando el período de las taifas. 
Pero lo que verdaderamente alarmó a la población de Al Andalus y sembró el odio hacia los almorávides, fue la incapacidad almorávide para evitar en el año 1118 la caída de Zaragoza (que solo duró en manos almorávides 8 años, desde su conquista en 1110). Supuso una conmoción en Al Andalus, similar a la que ocurrió con la caída de Toledo en 1085. 
Desmanteladas las posiciones musulmanas del Ebro con la caída de Zaragoza, el avance cristiano por Teruel y Soria estaba abierto plenamente. 


3. Segunda fase de la invasión Almorávide en la península (1118 - 1146)


Esta segunda fase está caracterizada por la gran decadencia que sufre el poder almorávide. Esta decadencia se manifiesta en los siguientes aspectos:
  • Reveses militares y por tanto pérdidas territoriales, siendo la más sonada de todas la caída de Zaragoza a manos cristianas en 1118. De hecho este suceso es el que abre la segunda fase. 
  • Con la caída de la capital de la marca superior -Zaragoza-, se produce la caída de gran parte del valle del Ebro, ciudades pequeñas que dependían de Zaragoza que pasan a manos cristianas.
  • Conjuras internas, luchas por el poder y ambición de algunos señores que quieren hacerse independientes. 
  • Pérdida de la población mozárabe a la cual se intentó convertir por la fuerza y a la que se destruyó sus iglesias, ellos emigrarán hacia los reinos cristianos.  
  • Los fracasos militares, la pérdida de ciudades, llevaron al miedo, y con el miedo los almorávides incrementaron el gasto en la fortificación de las ciudades susceptibles de ser atacadas por los cristianos. 
  • La falta de dinero les llevó a recurrir a los impuestos ilegales para el islam (los mismos impuestos que ellos habían eliminado de las taifas) y también a la devaluación del dinar (en 1126 estaba a 3,89 gramos). 
  • Descontento de la población y rebelión. 
El pueblo andalusí, que una vez había confiado en los almorávides para solucionar sus problemas, le retiró la confianza cuando sufrieron todos estos problemas. Córdoba fue la primera ciudad en rebelarse en 1120, debido a los abusos de los gobernantes norteafricanos cometían con la población. 

Pero fueron los mozárabes los que conjuraron contra los almorávides cuando estos últimos destruyeron sus iglesias. Invitaron a Alfonso el Batallador de Aragón a tomar la ciudad de Granada, a la sazón capital de Al Andalus, donde eran muy numerosos estos mozárabes y estaban dispuestos a rebelarse y abrirle las puertas. A tal fin, en 1125 partió el Batallador con un gran ejército desde Aragón, atravesando la costa levantina, llegó a Murcia y desde Murcia en unos días se internó en Granada. Una vez que llegó a Granada no le abrieron las puertas de la ciudad como le habían prometido. Alfonso el Batallador no podía asediar una ciudad en pleno corazón del enemigo, y tomar Granada al asalto era imposible debido a sus murallas. A pesar de fracasar en el intento de tomar Granada, consiguió de esta expedición que se le unieran 10.000 mozárabes descontentos con los almorávides. Estos mozárabes los fue reclutando El Batallador en su expedición de recorrido por toda Andalucía, ya que llegó hasta Vélez Málaga. A estos 10.000 mozárabes los llevó a Aragón para repoblar la zona de la ribera del Ebro. 
Este hecho causó una tremenda conmoción en Al Andalus, porque demostró la inutilidad de los almorávides, ya que un enemigo cristiano se había paseado por todo Al Andalus sin ningún tipo de problema. La reacción de los almorávides a este hecho fue desterrar a los mozárabes a la ciudad marroquí de Fes, como castigo por su apoyo a El Batallador, aunque esto también fue otro error, porque los mozárabes que habían apoyado a El Batallador se habían ido con él al norte, los que permanecieron en el sur no merecían este castigo. Estos destierros supusieron disminuir la demografía y los propios recursos fiscales de Al Andalus.
Dílar, municipio de la provincia de Granada donde acampó Alfonso el Batallador tras pasar tres días en Vélez Málaga
Imagen de dominio público
Lo que certificaba ya la ruina del poder almorávide fue el de pasar totalmente a la defensiva, no se produjeron expediciones contra El Batallador por el atrevimiento y osadía que tuvo de internarse en Al Andalus, tan solo se construyeron ribats (monasterios-cuarteles) y se fortificaron núcleos urbanos. 
En estos momentos, a partir de la década de los 30 del siglo XII, surgirá en África un nuevo movimiento religioso-militar más fanático: los almohades, que desde 1139 venían atacando a los almorávides.


4. Fin de los almorávides. Segundos breves reinos de taifas. Almohades


Debido a la irrupción del poder almohade (que veremos en la próxima entrada), los almorávides no pudieron atender los asuntos peninsulares de Al Andalus, tuvieron que acudir al norte de África. Cundiendo el descontento popular de los andalusíes, va a terminar el dominio almorávide en la península con una oleada de sublevaciones entre 1144-1145, justo cuando los almohades lograban apoderarse de Sigilmassa, con la ruta del oro. 
Las guarniciones almorávides de Al Andalus fueron asaltadas, y sus gobernantes sustituidos por reyezuelos independientes llamados taifas. Se instaura así unos segundos reinos de taifas, pero de muy breve duración. 

La primera ciudad en independizarse del poder almorávide fue Mértola (en el Algarve, margen derecha del Guadiana) en el año 1144. Pero su rey taifa, el místico Ibn Qasí, solo logró ser independiente un año, al perder su taifa en el año 1145 (en manos de otro taifa), solicitó la intervención almohade en la Península Ibérica
Efectivamente, al año siguiente, cruzaron los almohades, el estrecho, eliminando los restos del poder almorávide, y sometiendo las taifas al nuevo califa africano, que esta vez asentará su capital en la ciudad de Sevilla, tras tomarla en 1148. Aprovechando los disturbios, Alfonso VII el emperador, realizó la expedición a Almería en 1147, conquistándola y manteniéndola  en su poder durante 10 años.
De esta forma Al Andalus quedaba sometida a un nuevo poder norteafricano.

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31/Julio/2016

Hª EDAD MEDIA Península Ibérica: el reinado de Alfonso VII el Emperador. La independencia de Portugal y Navarra. La unión de Aragón y Cataluña

El reinado de Alfonso VII supone una reorganización total de los reinos cristianos en la Península Ibérica. Durante este reinado se produce: la independencia de Portugal, la independencia de Navarra (que había sido invadida y repartida en tiempos de Alfonso VI), y la unión entre Cataluña y Aragón. La balanza de las fuerzas va a oscilar hacia el Reino de Aragón y hacia Portugal, que eran mucho más sólidos en cuanto a que no sufrían tantas disputas y reyertas internas. 

Veamos crónicas y bibliografía para Alfonso VII, para toda aquella persona que quiera profundizar más en la figura y tiempo de este rey:
  • Chronica Adefonsi imperatoris”. Editado por Luis Sánchez Belda, Madrid, 1950. Es la crónica original en latín que se escribió en el siglo XII.
  • Crónica del emperador Alfonso VII. El reino de León en la alta Edad Media”. Tomo IV. “La monarquía (1109-1230)”. Es la traducción en Castellano de la crónica citada anteriormente. La crónica es anónima, parece ser que es un obispo quien la compone, narra hasta la conquista de Almería. Su visión es conservadora, una visión providencialista. 
  • Recuero Astray, M., “Alfonso VII el emperador. El imperio hispánico en el siglo XII”. León, 1979. Es una fuente secundaria, un libro de nuestro tiempo.
  • José María Lacarra “Alfonso el batallador”. Zaragoza, 1978. Este libro es interesante para ver al padrastro de Alfonso VII, ya que ambos reinados serán simultáneos en la época y se influirán mutuamente.


1. Alfonso VII (1125 – 1134): primera fase de su reinado


Tras la muerte de su madre Urraca en el 1126, se convierte en el primer dinasta de la casa de Borgoña, asumía en León el título imperial. Se extingue en su persona la dinastía vascona (descendientes todos de Sancho III el Mayor de Navarra). 

¿Qué va a hacer Alfonso VII cuando llegue al trono, cuál es su principal prioridad? Reunificar Castilla, además de los problemas del título imperial de León, ya que al controlar Alfonso el Batallador parte de Castilla, también tenía esa derechos sobre la dignidad imperial. Recordemos que cuando Alfonso el Batallador repudió a su mujer Urraca (madre de Alfonso VII), se quedó con importantes plazas fronterizas castellanas, como Burgos y Carrión de los Condes.
Alfonso VII se puso como primer objetivo recuperar las plazas castellanas todavía en manos aragonesas de su padrastro
En 1127: atacó Burgos. El batallador acudió en defensa de la ciudad, pero no hubo lucha entre ambos, porque medió la nobleza, imponiendo el acuerdo. Paces de Támara de 1127. Alfonso VII recuperó todas las plazas castellanas con excepción de Castrojeriz (las más importantes que recuperó Carrión de los Condes y Burgos). Pero Alfonso VII tuvo también que ceder plazas a el Batallador, así que le entregó las conquistas de Sancho II en el valle del Ebro, que quedaban anexadas a Aragón, lo que implicaba legitimar a Aragón sobre su posesión sobre el reino de Zaragoza (conquista que había hecho el batallador de Zaragoza).
Por su parte, el Batallador renunciaba, a cambio de este reconocimiento sobre Zaragoza, al título imperial, quedando claro a partir de ahora que solo León sería la continuadora de la tradición visigótica y el título imperial.
San Hipólito el Real de Támara, en Támara de Campos, provincia de Palencia
(Autor foto: Tuispi Fuente: wikipedia)
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Resuelta esta cuestión, Alfonso VII acometió un segundo objetivo: someter a su obediencia a los nobles, que tras la muerte de su madre, no lo reconocían como conde de Castilla y León. Los dos huesos duros de roer que se opusieron a Alfonso VII fueron: 
  • Pedro de Lara (castellano). 
  • Gonzalo Peláez (asturiano). 
Someter a estos magnates tan poderosos, le llevó muchos años al joven rey. 

Tras eso, su tercer objetivo va a ser afrontar los problemas portugueses de índole secesionistas, problemas provocados por su Tía Teresa condesa de Portugal, viuda de Enrique de Borgoña, la cual andaba en amoríos con el conde de Traba y en ocasiones se intitulaba reina. 
El hijo de su tía Teresa condesa de Portugal (obviamente su primo), se llamaba Alfonso Enrique, y se intitulaba Princeps del territorio portucalense, y se conducía de modo independiente. 
En 1127 Alfonso VII invadió Portugal, llegando hasta Guimaraes (era la capital y corte del condado), y los caballeros al saber que llegaba el emperador, le rindieron vasallaje a Alfonso VII, todos a excepción de Teresa y el conde de Traba. Acto seguido se va a enfrentar su tía Teresa contra su primo Alfonso Enrique, este último a favor de su primo Alfonso VII. A pesar de ser Teresa ayudada por el conde de Traba, en el enfrentamiento de 1128 derrotará Alfonso Enrique a su madre Teresa, que tendrá que huir a Galicia, donde allí fallecería en 1130. A partir de esa fecha, Alfonso Enrique queda como único señor de Portugal, y es así de momento como queda la cuestión portuguesa. Alfonso Enrique se mantendrá leal a Alfonso VII, pero se rebelará cuando este último fallezca.

El desposorio de Alfonso VII: se va a buscar un aliado, que lo va a encontrar en Ramón Berenguer III, el conde de Barcelona, sobre todo contra Alfonso el Batallador, y para afianzar más esta alianza con el conde de Barcelona, Alfonso VII decide consolidarlo con un matrimonio desposándose Alfonso con Berenguela, que era hija de Ramón Berenguer III. 
El objeto de desposarse es atenazar por completo a Alfonso el Batallador, y a ser posible dejarle encerrado territorialmente hablando, impidiéndole la expansión militar.

Todas estas cuestiones que acabamos de ver son las de su juventud, los 12 primeros años de su reinado.


2. Alfonso VII (1134 - 1157): segunda fase de su reinado


Esta segunda parte del reinado viene marcada por la muerte de su padrastro Alfonso el Batallador. ¿Por qué importa tanto la muerte del rey aragonés? Porque Alfonso VII va a ambicionar el reino de Zaragoza, que es lo que había conquistado Alfonso el Batallador, además de otras tierras. Con la muerte de El Batallador cambiarán muchísimas cosas en la Península.


A) EL REY MONJE DE ARAGÓN Y LA CUESTIÓN ZARAGOZANA
Alfonso el Batallador fallece el 7 septiembre en 1134. Se produce una situación confusa sobre una parte de su herencia. Alfonso VII aprovecha para afirmar su derecho sobre un montón de territorios: 
  • Como rey de Castilla que es, va a exigir derecho sobre las tierras castellanas, vascas y riojanas que el Batallador retenía aún tras el reparto que se hizo con las paces de Támara. 
  • Va a reclamar y afirmar su derecho sobre el reino de Zaragoza, que había sido en época musulmana taifa vasalla de Castilla. 
  • Va a aprovechar la situación para afirmar su derecho sobre lo que pudiera tocarle como hijastro del difunto.
Pero va a haber un problema grave que no se había dado nunca hasta ahora, y es que Alfonso el Batallador tuvo la decisión testamentaria de dejar todo el reino de Aragón a las órdenes militares de oriente, como los cruzados. Nadie iba a respetar un testamento donde se donaba el reino a los cruzados, pero la Iglesia va a sacar tajada de esto, ya que en última instancia las órdenes militares dependían del papa de Roma.

Los nobles que vivían en El Viejo Aragón (Sobrarbe y Ribagorza, Jaca, Huesca y Ansó), no pensaron ni en un segundo perder su primacía política y quedar bajo las órdenes de unos caballeros templarios, así que sacaron del claustro a Ramiro el Monje, hermano de Alfonso El Batallador, y fue consagrado en la ciudad de Jaca con el título de rey de los aragoneses, además de que ya era obispo de Roda y Barbastro. Por todo esto, tenía el mayor derecho a suceder en el reino patrimonial a su hermano, Aragón.
Ramiro II el Monje rey de Aragón - Imagen de dominio público
Reacción a este nombramiento: más confusión todavía, puesto que los navarros no aceptaron la solución de coronar al anciano obispo-monje como rey de Navarra (pensemos que territorialmente Navarra justo ahora no existe, Navarra había quedado repartida desde Alfonso VI). Por consiguiente, los navarros decidieron recuperar su independencia perdida y nombrar monarca a García Ramírez el Restaurador, biznieto por línea bastarda de García IV de Nájera.
En resumen: los navarros sacan su propio rey, los aragoneses hacen a un monje rey, y en cambio, el hijastro del difunto que era Alfonso VII, se quedaba sin nada. 

Ante todo esto, Alfonso VII se sintió ultrajado y dejó que hablaran las armas: 
  1. Sitió Vitoria (ciudad que basculaba hacia la órbita navarra) y allí recibirá por vasallo a García Ramírez el Restaurador (el rey navarro se convierte en su vasallo).
  2. Ocupa Nájera, y luego se dirige a Zaragoza, y aquí Ramiro II el Monje (el nuevo rey  de Aragón), aconsejado por nobles y obispos, le salió al encuentro y le entregó las llaves de Zaragoza el día 26 diciembre de 1134, día que Alfonso VII hizo su entrada triunfal en Zaragoza, confirmando a los nobles aragoneses sus privilegios, y a continuación prometiéndoles que defendería Zaragoza contra los almorávides como había hecho su padrastro. 
Pero el rey de Aragón entendió que no podía quedarse de brazos cruzados. Si no hacía nada, poco a poco Alfonso VII lo acabaría ahogando a Aragón, entre la expansión de Castilla y los condados de Cataluña. Así que Ramiro II el Monje fue a Besalú (en la provincia de Gerona) y allí se desposó con Inés de Poitiers en enero de 1136, hija del duque Guillermo IX de Aquitania. Se desposó sin mediar dispensa pontificia, es decir, no avisó ni tuvo en  cuenta al papa, por lo cual el papa Inocencio II, indignado, ordenó a Alfonso VII el emperador que entregase el reino de Zaragoza a las órdenes militares de oriente, ya que así el jefe de Zaragoza sería el propio Papa (al ser el jefe de los templarios), y de esta forma el Papa impediría a Aragón pasar por las tierras de Zaragoza para continuar la expansión al sur, con lo que en última instancia el reino de Aragón quedaría totalmente encerrado entre Castilla al oeste, Cataluña al este, Francia al norte, y Zaragoza de los templarios al sur. 
Pero Alfonso VII el emperador se negó a obedecer al Papa y dar el reino de Zaragoza a las órdenes militares, ya que Alfonso VII prefería tener en Aragón a un rey vasallo débil a quien controlar (como el rey de Navarra o Ramiro II el Monje, uno de los dos), que no tener por frontera a las órdenes militares fieles y obedientes a los dictados del Papa y ajenos a su poder y jurisdicción real. 
La contestación que dio Alfonso VII al Papa fue dar a García Ramírez el Restaurador de Navarra la investidura del reino de Zaragoza, a cambio de que el rey de Navarra se volviese a declarar vasallo. Ya de esta forma estaba ligado el rey de Navarra por dos juramentos al de Castilla: un juramento en Vitoria, y el segundo a causa del reino de Zaragoza. De esta forma, dando Zaragoza a Navarra, Alfonso VII se desentendía del Papa quien no podría reclamarle nada, pero a la vez podía controlar Zaragoza puesto que el rey navarro era muy débil militarmente.

Llegado a este punto, Alfonso VII se encontraba en el cénit de su poder. Decidió celebrar una ceremonia de coronación imperial con 30 años, en mayo o junio de 1135. Para ello convocó y celebró una gran asamblea en la catedral de León, asamblea a la que asistieron los representantes del poder eclesiástico, y por otra parte los representantes de los poderes temporales. Y de esa asamblea todos acordaron proclamar emperador a Alfonso VII los siguientes gobernantes:
  • El rey García Ramírez de Navarra y Zaragoza. 
  • El rey taifa musulmán llamado Zafadola -Sayf al-Dawla), que gobernaba en Rueda de Jalón.
  • El príncipe Alfonso Enrique de Portugal.
  • El conde de Barcelona Ramón Berenguer IV. 
  • Los condes de Tolosa, Gascuña y otros del mediodía francés. 
Alfonso VII fue coronado teniendo a su diestra al rey de Navarra (representante del temporal) y a su izquierda como representante eclesiástico al obispo de León. Era esta ceremonia por lo menos a nivel de liturgia, la culminación del feudalismo peninsular, y a partir de ahí ya todos estos grandes empiezan a desempeñar funciones vasalláticas con respecto a Alfonso. El conde de Barcelona le sustentaba la espada del rey (en la ceremonia), otros reyes las espuelas cuando monta a caballo...etc., para demostrar la calidad imperial, estos pequeños gestos demostraban el vasallaje a su gran señor. A partir de entonces los cronistas árabes le llamaron (a Alfonso VII) "el Sultanito", dicho con rentintín, dado el gusto que tenía por este tipo de ceremonias ostentosas. 
Tras la proclamación imperial, se va a encontrar con un primer problema y que lo va a abordar no muy enérgicamente: el matrimonio catalán que se va a realizar entre Ramón Berenguer IV y Petronila. 


B) LA UNIÓN CATALANOARAGONESA Y LA RUPTURA DE NAVARRA CON CASTILLA:
A fines del año 1136 nació Petronila, hija de Ramiro II el Monje e Inés de Poitiers. Esto cambió las relaciones castellano-aragonesas, porque técnicamente Petronila heredaría Cataluña y Aragón. 
El Emperador y Ramiro II el Monje se reconciliaron, acordando el matrimonio de la recién nacida Petronila con el primogénito de Castilla Sancho III. Concertado el matrimonio entre Castilla y Aragón, el emperador concedió entonces la investidura del reino de Zaragoza a Ramiro II el Monje de Aragón, recibiendo por ello el homenaje correspondiente. 
Esto como es lógico, provocó una ruptura entre Alfonso VII el Emperador y el rey García Ramírez el Restaurador de Navarra, que había sido el principal beneficiario del reino de Zaragoza. Se estaba quitando y despojando de Zaragoza al reino Navarra, para darlo a Aragón. ¿Podía romper los lazos de vasallaje el navarro con su señor Alfonso VII? Se produjo una ruptura en las relaciones por parte de García Ramírez el Restaurador, y era una ruptura lícita desde el punto de vista feudal, puesto que al navarro se le privaba sin causa de un beneficio otorgado, se le privaba de Zaragoza. A partir de 1136 el rey navarro deja de prestarle vasallaje, al igual que ya pasaba con el portugués Alfonso Enrique. El navarro García Ramírez el Restaurador de Navarra empezó a hostigar la frontera castellana en venganza.
García Ramírez el Restaurador  de Pamplona - Imagen de dominio público
En fin, como se puede apreciar todavía discutían sobre los derechos y herencias en Navarra, Aragón y Castilla. Para zanjar el tema, y apaciguar los conflictos entre los reinos cristianos, se produjo la intervención del papa de Roma, El Papa va a buscar proteger y beneficiar a Aragón, puesto que era el reino predilecto, el más fiel de sus vasallos.
Se envió entonces un legado pontificio, el cardenal Guido, que portaba, según Roma, la fórmula definitiva para resolver la herencia de El Batallador. 
El instrumento elegido para resolver este conflicto, fue el conde de Barcelona: Ramón Berenguer IV, porque además de conde de Barcelona, era templario y además cuñado y vasallo del emperador. Según Roma, nadie más era más indicado para ser el depositario de los derechos de las órdenes militares en Aragón. Como las órdenes militares eran las herederas de Aragón según el testamento de El Batallador, se cumpliría el testamento si este conde, Ramón Berenguer IV quien era templario, se avenía a contraer matrimonio con Petronila, y por tanto obtendría el reino de Aragón un templario. 
Esto lógicamente, de aceptarse, suponía renunciar al previsto matrimonio entre Sancho III el Deseado, y Petronila de Aragón, el que se concertó en 1136. Curiosamente Alfonso VII el Emperador aceptó el plan de Roma, deshaciendo el matrimonio de su hijo con Petronila. 

Así, aceptado el plan romano por el Emperador, el 11 de agosto de 1137 contraían matrimonio Petronila con Ramón Berenguer IV. No obstante la gran diferencia de edad entre los contrayentes, puesto que Ramón Berenguer IV tenía 20 años y Petronila de Aragón solo 1 año, retrasaría el dar hijos herederos por el momento. El matrimonio se celebró en Barbastro, transmitiendo Petronila la potestad regia de Aragón al conde de Barcelona. Celebrado este matrimonio planeado por Roma en calidad de señor feudal de Aragón, Ramiro II el Monje, el 13 de noviembre, depositó en manos de su yerno Ramón Berenguer IV, la corona de Aragón, y a continuación ingresó en el claustro de San Pedro el viejo de Huesca. 
De ese modo este clérigo había salvado la monarquía aragonesa, aunque no había salvado la dinastía aragonesa, porque queda implantada en Aragón la dinastía de Wifredo el Velloso, la de los condes de Barcelona. Ramón Berenguer IV, no quiso usar el título de rey, aunque lo era, sino el de Princeps et Dominator Aragoniae. A continuación Ramón Berenguer IV visitó a su cuñado el Emperador en Carrión de los Condes, y le prestó de nuevo homenaje por el reino de Zaragoza, ofreciéndole como era de rigor en los homenajes auxilium et concilium, pero específicamente contra el rey de navarra García Ramírez el Restaurador de Navarra, hasta obligarle a hacer la paz, y renunciar al reino de Zaragoza. 

Este hecho, estos juramentos entre el Emperador y Ramón Berenguer IV, son importantes: cerraban a Navarra las fronteras y la posibilidad de expansionarse por las zonas del islam hacia el sur. Navarra ya quedará para siempre encerrada entre dos reinos.


C) PORTUGAL: DE CONDADO A REINO
De 1128 a 1137 van a ser los años en los cuales se produzca la independencia. Alfonso Enrique, el hijo de Teresa, quería ser rey, pero no tenía derecho a serlo porque su padre Enrique de Borgoña había sido un simple conde, y su madre no poseía un regnum, sino el condado de Portugal. 
Teóricamente ni siquiera era conde, porque su madre era hija de rey, pero el mando lo ejercía un comitatus. 
Alfonso Enrique se había rebelado contra su madre, y contra Alfonso VII, incurriendo en felonía. Por otra parte, el título de rex en la Edad Media no implicaba ser independiente, de hecho el Emperador Alfonso VII tenía reyes vasallos, como el rey García Ramírez el Restaurador de Navarra o el propio rey de Aragón Ramiro II por el reino de Zaragoza. El título de rex solo hacía referencia a la posición de un regnum. También podía llevarlo su esposa, y denominarse regina, y también sus hijos y llamarse reges. 

Así se explica, que Alfonso VII no tuviese problemas con la ambición de su primo de querer ser rey, el no tenía ningún problema en que fuese rey, pero lo que nunca aceptó Alfonso VII ni el derecho feudal de la época, que un rebelde o felón llegara a ser rey. Estaba obligado Alfonso Enrique, aún titulándose rex, a prestar auxilium et concilium. 

Golpe de Estado e Incursiones: Alfonso Enrique de Portugal se mostró sumamente inquieto, influenciado por sus nobles que lo apartaron de su madre, dio un golpe de estado. Las principales fechas de los principales acontecimientos son las siguientes:
  • En 1127: a despecho del homenaje prestado al emperador en 1127, realizó dos incursiones militares en Galicia que terminaron en sendas derrotas infligidas por los fieles del emperador. Luego, aprovechando los disturbios entre el emperador y el rey de Navarra, se apoderó de la localidad de Tuy (derecha del río Miño, era frontera ya). 
  • En 1137: nuevamente vencido Alfonso Enrique, aceptó un acuerdo el 4 de Julio de 1137, por el cual prometía fidelidad, auxilio, y consejo al emperador, abandonando entonces Galicia. Pero pronto se reanudaron de nuevos las hostilidades. 
  • En 1139-1140: cuando se venía intitulando Rex, de nuevo invadió Galicia, en tanto que el Emperador replicó entrando en Portugal, se estableció tregua en 1140. 
  • En 1143: no pudo ser negociado un acuerdo de paz. Intervino entonces un cardenal, un legado pontificio, Guido da Vico, logrando una entrevista entre los dos primos en Zamora. El texto de este tratado, se ha perdido.
Al parecer, en el tratado firmado en Zamora se llegó al siguiente acuerdo:

  1. El emperador concedía a Alfonso Enrique el título de rex, pero en las mismas condiciones que a los demás reyes de Iberia, prestando vasallaje al emperador. 
  2. Al mismo tiempo en ese tratado se fijaban los límites entre Portugal y Galicia. No se hablaba de independencia de Portugal, pero si un paso enorme en esa dirección, porque al delimitar Portugal estaban marcando unas fronteras. 
Tras este tratado Alfonso Enrique quiso conseguir el reconocimiento formal del papa para su título de rex, como el título de regnum para Portugal. Para ello, a la manera feudal, encomendó Portugal a la santa sede, y se declaró por sí y por sus sucesores, vasallo ligio del Papa (exclusivo a ese señor), prometiendo pagar anualmente un tributo de 4 onzas de oro al Papa en señal de sumisión. 

Esta sumisión feudal ligia era un acto de felonía contra su señor real, que era el Alfonso VII el Emperador. Alfonso Enrique no tenía derecho a disponer de Portugal para encomendarlo a Roma como si fuese un territorio alodial (libre de carga y derecho señorial), esto lo sabían todos. Así lo cuestionaron los embajadores leoneses ante el papa, le hicieron ver que era un acto de felonía. 
Alfonso VII el Emperador era el “hijo” favorito del papa, porque le había concedido la rosa de oro (distinción que se hacía a los príncipes cristianos). Por tanto, aunque el papa elogió al portugués por su vasallaje, y le aceptó el tributo (quedaba bajo protección del papa), el papa Lucio II lo llamó e intituló solo como “Dux Portucalensis”, nunca rex, y a Portugal lo denominaba el papado en sus tratados como “Terra Portucalense”, nunca Regnum
No lo reconoció ni como rey ni al reino, solo le reconoció el vasallaje, pero No ligio. 

La independencia final viene cuando los reyes de Portugal, tras 35 años de insistencia al papa, consiguen modificar esta disposición pontificia, y que al final le reconociese como rey y reino. Este reconocimiento le costó a Portugal conceder grandes privilegios a la Iglesia, como pagar 4 veces más oro de tributo anual, y entregar una fuerte suma de dinero por adelantado. Solo a ese precio, en 1179 el papa Alejandro III, reconoció a Alfonso como rex y a Portugal como regnum

Alfonso Enrique, una vez ganó su independencia de facto (la independencia reconocida de iure es en 1179) a raíz de la disposición papal de Lucio II, no defraudó en su avance contra los musulmanes, y aunque no dispuso de grandes huestes, ni de ejércitos muy modernizados, dio brillantes golpes de mano a los andalusíes. 
En 1147, saliendo de Coimbra con una pequeña tropa, logró tomar al asalto Santarem (en el río Tajo), en una matanza. Alfonso Enrique sabía que no podía hacer un asedio porque no tenía tropas para ello, por lo que se lanzó al asalto, mucho más arriesgado, pero triunfó.
Murallas de Santarem
(Autor foto: Concierge.2C Fuente: wikipedia)
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Semanas más tarde, en ese mismo año, se lanzó a por Lisboa, pero esta vez fue con ayuda extranjera, ya que una flota de cruzados con destino a Tierra Santa (Jerusalén), con alemanes, ingleses, flamencos y normandos, arrivó forzosamente en O Porto. Entonces, el obispo de O Porto, y el arzobispo de Braga, les convencieron a los cruzados, para que en vez de ir a Jerusalén, intentaran conquistar Lisboa en unión con los portugueses, ya que al haber aquí musulmanes también sería considerado guerra santa. Además el rey Alfonso Enrique empeñó su palabra: prometía que si tomaban la ciudad les entregaría el botín, y además lo que obtuviesen por el rescate de los prisioneros. Los extranjeros aceptaron. El cerco a Lisboa iba a ser largo, pero los cruzados para adelantar el asedio, construyeron torres de madera para luego acercarlas contra los muros, trepar por ellos, y tomar la ciudad al asalto (como se hizo en Jerusalén). Así se hizo, y los cruzados se apoderaron de Lisboa, gracias a que además los defensores musulmanes estaban debilitados por el hambre del cerco. Lisboa capituló el 24 de octubre de 1147. Portugal, en ese año ya había alcanzado y consolidado la frontera en la línea del Tajo gracias a estas conquistas militares.


D) LA LUCHA DE ALFONSO VII CONTRA LOS MUSULMANES ALMOHADES:
Por su parte, el emperador Alfonso VII, atendió a los requerimientos de los genoveses y los pisanos que estaban molestos por los continuos ataques piratas que les asaltaban procedentes de las Islas Baleares y Almería. Estos ataques obstaculizaban la navegación y el comercio en el Mediterráneo occidental, por lo que genoveses y pisanos estaban dispuestos a colaborar con sus naves si el Emperador accedía a sus ruegos: conquistar ambos territorios. El Emperador decidió satisfacerles, organizando una expedición imperial en la que irían:

  • Las naves italianas. 
  • Intervendrían de los ejércitos terrestres de Ramón Berenguer IV. 
  • Intervención del ejército de García Ramírez el Restaurador de Navarra. 
  • Colaboración de los condes ultrapirenaicos como Guillermo de Montpelier. 
Todos ellos vendrían a tomar Almería en calidad de vasallos de el Emperador. El único que no asistió fue Alfonso Enrique que estaba sitiando Lisboa. Esto responde a las apetencias de Castilla de tener una salida al Mediterráneo, el mar más importante en aquella época.

Los almohades, acababan de invadir la península, y rápidamente se habían adueñado de Sevilla, donde colocarían su capital del norte. Estos avances tan poderosos de los Almohades, no impidieron al emperador adueñarse de Almería en el año 1147, el 17 de octubre. Seis días de la rendición de Lisboa. Además ese mismo año, el 31 de diciembre, el conde rey Ramón Berenguer IV, con las mismas tropas que habían asistido a Almería, conquistaba la ciudad de Tortosa en el delta del Ebro, y después el asedio y toma de Lérida, Fraga y Mequinenza (esta última en 1149), en el mismo curso del Ebro, ultimándose la reconquista de Cataluña.

Así pues, quien se beneficia y saca más provecho a la expansión sobre los musulmanes vuelve a ser Ramón Berenguer IV, que con ayuda de la flota italiana y el Emperador, consigue ultimar la conquista de Cataluña. A partir de ahora, la corona catalanoaragonesa por la ultimación del territorio catalán, se va a transformar en una potencia peninsular muy respetada, discutiendo la hegemonía a Castilla-León. 


E) EL TRATADO DE TUDILLÉN Y LA POSTERIOR MUERTE DE ALFONSO VII:
Muerte de García Ramírez el Restaurador en 1150. A este rey le sucede Sancho IV el Sabio de Navarra (1150-1194). Ahora el Emperador y Berenguer IV decidieron repartirse Navarra, como ya había ocurrido en el pasado, y anexionarlo a Castilla y Aragón. Ambos celebraron cerca de Fitero (el hito de los 3 reinos) una entrevista en Tudillén (localizado en las inmediaciones de Tudela, en Navarra, también llamado Tudilén o Tudijén). En el acuerdo firmado el 27 de enero de 1151 casi todo eran ganancias para Ramón Berenguer IV:

  • Castilla y León – Alfonso VII: la ribera de Navarra, anexionada a La Rioja, se reconocía como territorio castellano.
  • Aragón y Barcelona con Ramón Berenguer IV se quedaría la cuenca de Pamplona, más el derecho para él y sus sucesores de conquistar los reinos levantinos de Valencia, Denia y Murcia.
  • Obtenía además Ramón Berenguer IV, que Blanca de Navarra, prometida al primogénito del Emperador (Sancho III el deseado), sería alejada de la corte castellana si así se lo pedía el catalán. 
Pese al tratado, tres días después, en la catedral de Calahorra se celebraba el matrimonio de Sancho III el Deseado de Castilla (rey de la Rioja para empezar a ejercitarse en gobierno) con Blanca de Navarra, de cuya unión habría de nacer el famoso Alfonso VIII el Noble. Este hecho dio al traste con los acuerdos del tratado. Por este acto, el rey de Navarra entraba en el vasallaje del Emperador, y así, surgían los recelos entre Castilla y Aragón, y las relaciones de Castilla con Navarra se estrechaban aún más. 

El 2 de junio de 1153, estando en Soria, Alfonso VII el Emperador armaba caballero al rey de Navarra, Sancho IV el Sabio de Navarra (que había entregado a su hermana Blanca en matrimonio) y le daba a su vez su hija en matrimonio. Era evidente pues, que frente a Portugal y Aragón, el emperador buscaba compensaciones y equilibrios. Temía Alfonso VII a su cuñado Ramón Berenguer IV, por el gran poder que adquiría y por las grandes exigencias que demandaba. La autoridad del Emperador cada vez disminuía más, y esa autoridad cada vez se transformaba en una primacía dentro del solar peninsular que tenía más de honor que de eficacia. Tras este tratado de Tudillén, nada volvería a ser igual. Castilla perdería la hegemonía peninsular en favor de Aragón.

Respecto a la muerte de Alfonso VII se produjo en el marco de las guerras contra los almohades. Luchó por mantener sus posiciones andaluzas, y por mantener el difícil camino que unía Almería con la retaguardia (Meseta). Recordemos que se había conquistado Almería en el 1147, y esta ciudad andaluza era una isla del cristianismo rodeada de territorios musulmanes. La invasión almohade no cesaba en estos momentos, y de hecho, tras someter en 1154 Málaga, y Granada un año después, prepararon durante varios meses una expedición contra Almería para recuperarla para el islam. En 1157 Almería era sitiada por los almohades. La guarnición cristiana se refugió en la alcazaba, pidiendo ayuda a Alfonso VII. Alfonso VII acudió en socorro, pero murió el 21 de agosto de 1157 cerca de Despeñaperros, cuando iba en auxilio. Fue el primer monarca enterrado en la catedral de Toledo. 

Tras su muerte, es cierto que podía haber legado el Imperio, pero tras la independencia de Portugal y la unión catalanoaragonesa, pensar en una unión de los cristianos era pura utopía. Para colmo, Alfonso VII dividió los reinos y los repartió entre sus dos hijos, dando: 

  • Al primogénito, Sancho III el Deseado, Castilla y Toledo. 
  • Al segundogénito, Fernando II, le dio el reino de León y el reino de Galicia con Asturias. 
El imperio se esfumaba para dar paso a la España de los 5 reinos. Con la decisión de Alfonso VII se volvía a la fragmentación entre León y Castilla. Los reinos más poderosos tras la muerte de Alfonso VII van a ser Portugal y la corona de Aragón.

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