Entramos en la última entrada sobre la Prehistoria de la Península Ibérica, y por lo tanto, también la última sobre el Bronce Final.
1. Prácticas funerarias
La mayoría de sociedades peninsulares de esta época no nos dejaron prácticas funerarias específicas, pero se dan reutilizaciones de viejos sepulcros megalíticos, enterramientos en cuevas, en fosos...etc.
Como adelanté en la entrada anterior, hay muchas sociedades del Bronce Final peninsular de las que no conocemos un ritual funerario normalizado, tales son los casos del Bronce Atlántico y el Tartésico,que ya dijimos que de estas dos culturas apenas se sabía nada, y menos se sabe de la forma en que se trataban a los cadáveres. Incluso se ha llegado a plantear que eran arrojados a las aguas de ríos o del mar.
Por su parte, en el horizonte Cogotas I aparecen numerosos cadáveres en el interior de los “silos”, siendo también frecuente la reutilización de megalitos o las inhumaciones.
Pero contrastando con todo lo anteriormente dicho, hay que documentar una tradición funeraria bien caracterizada: hablamos de los campos de urnas. Se trata de un rito funerario de origen centroeuropeo que incinera a los cadáveres depositando sus cenizas en urnas funerarias que son, a su vez, enterradas, configurando auténticas necrópolis conocidas como campos de urnas. Está tradición alcanza la Península Ibérica, pero sólo a Cataluña, Aragón y la cuenca media y baja del valle del Ebro y parte de la Rioja y del País Valenciano. Había precedentes de incineración, en dólmenes por ejemplo, en hoyos…etc., pero nunca había existido esta práctica como norma generalizada y estructurada…etc.
Una urna de esta tradición cultural (Autor: Sailko. Fuente: wikipedia) This file is licensed under the Creative Commons Attribution-Share Alike 3.0 Unported license and 2.5 generic license. |
Los Campos de Urnas presentan diversa fisonomía de tal modo que en ocasiones:
- Las urnas aparecen sin estructuras visibles al exterior
- A veces aparecen señaladas con alguna estela
- En otros casos dichas urnas se guardaban en cistas, o bajo pequeños túmulos en momentos ya finales del fenómeno (necrópolis de la Colomina es un ejemplo).
- La mayoría de las incineraciones cuenta con la urna y una tapadera de cerámica o de piedra, pero a veces hay incineraciones "pobres", donde solo están las cenizas arrojadas en el suelo.
Los ajuares no son muy espectaculares y con pocos objetos de metal. La cerámica más frecuente es la acanalada. Son frecuentes los ajuares personales, navajas, tenacillas, broches, pasadores...etc. En ocasiones aparecen empedrados rectangulares o Ustrimium, que era piras funerarias. No se puede establecer una relación directa entre asentamiento y necrópolis de urnas. Un buen ejemplo lo tenemos en la Necrópolis de Can Missert (Tarrasa).
Se quema el cadáver en la pira, y una vez que se quemaban, las cenizas se metían en una urna. La urna a su vez se metía en un hoyo en el terreno. Hay que señalar que los elementos de ajuar se colocan en el mismo hoyo donde se meten la urna.
Por último, también hay enterramientos en navetas, pero perteneciente exclusivamente a la cultura talayótica de Baleares. Por último, cabe indicar que en las Baleares, en periodo Talayótico, se realizan enterramientos en naveta, que se caracterizan porque son enterramientos colectivos. Destaca, en Menorca, la naveta de Tudons, un enterramiento colectivo que albergaba unos 100 individuos. Como ajuar tenemos pulseras de bronce, botones de hueso, cerámicas...etc.
2. Otras prácticas simbólicas
De entre todas las que hay en estos momentos, voy a explicar las más llamativas e importantes.
a) Estelas de Guerreros del Suroeste:
Estas estelas se encuentran en áreas pertenecientes a la cultura del Bronce final Atlántico, el Tartésico, la zona de Cogotas I…etc. Aparece en estas zonas una tradición novedosa que son las estelas de guerreros. Dicho fenómeno se circunscribe al suroeste donde se han documentado alrededor de un centenar de dichas estelas. Son especialmente frecuentes en el entorno de las cuencas de los ríos Guadiana, Guadalquivir y Tajo. Localmente se ubican en las estribaciones de zonas escarpadas, en vados próximos de ríos, pero casi siempre de forma aislada y descontextualizadas. En ocasiones pudieron formar parte de monumentos funerarios más complejos.
La mayoría de ellas miden 1,70 o 1,80 metros, es decir, la mayoría de ellas se ajustan al canon humano.
En el 1000 a.C., es en el momento en que los contactos son mayores, y es cuando surgen y proliferan este tipo de estelas. Están realizadas sobre calizas, esquistos o granitos. Los motivos aparecen grabados con un elevado grado de geometrismo y abstracción. En términos estrictos serían petroglifos, pero no se les llama así, porque la estela es un elemento que se mueve y se coloca de pie.
Desde el punto de vista iconográfico: se ha estudiado la iconografía, y se han planteado 3 variantes:
- Básicas, en ellas siempre aparece un guerrero y los pertrechos propios del guerrero. Luego con el tiempo se modificarán, y empezarán a meter una serie de elementos que los llevará a hablar de Estelas figurativas. Utilizadas como posible tapas de cistas. Aparece representado el escudo con escotadura en V + espada + lanza. Cuando no aparece la figura humana se entiende que la propia estela la representa.
- Figurativas, aquí aparecen representados los motivos de antes, pero se le añade un carro –evidencia arqueológica de que ya había ruedas- , y a veces hasta una cena de guerreros. Este tipo son las más abundantes. En resumen, lo que vemos en las figurativas son los motivos de la estela básica + casco con cimera + fíbula + espejo + peines + carros (elementos de influencia mediterránea). En ocasiones aparecen más de un personaje. Por ejemplo, dos personajes del mismo tamaño y armados (Los Palacios, Sevilla); dos de igual tamaño pero distintos atributos (Estela 2 de Almadén de la Plata); o un personaje principal armado rodeado de otros de menores dimensiones y desarmados (¿enemigos derrotados o dolientes?, en la estela de Ategua).
- Estelas diademadas: no son diademadas las estelas, sino sus figuras, que se han identificado con figuras femeninas. Muestra un personaje (supuestamente femenino) que no porta armas y que aparece tocado por una aureola que es identificada como una diadema (u otro tipo de adorno o sombrero).
Una estela se fecha tan mal como un menhir, lo único que se ha hecho para intentarlas fechar a es partir de representación de espadas. Se ha hablado que servirían de delimitación de áreas de espacio de ganados, que fuesen representación de jefes…etc. Cronológicamente las estelas más complejas (figurativas) son más tardías y se realizan a partir del cambio de milenio.
Las estelas son también la prueba irrefutable del peso de la metalurgia que tiene en la sociedad, y alcanza todos los rincones de la vida doméstica, simbólica, militar… etc. Estas estelas son contemporáneas a los depósitos metálicos de la ría de Huelva que vamos a ver a continuación.
Estela de ATEGUA (Autor: José Luiz Bernardes Ribeiro. Fuente: wikipedia) This file is licensed under the Creative Commons Attribution-Share Alike 3.0 Unported license. |
Estas estelas se ajustan a poblaciones con patrones de movilidad, no están relacionadas con poblados sedentarios, por lo tanto sería como los depósitos metálicos, que no aparecen asociados a ciudades. Si es interesantísimo apuntar que donde abundan los depósitos metalúrgicos no abundan las estelas, y donde abundan las estelas no abundan los depósitos. ¿Podría ser que las personas que hacen estas estelas formasen estados descentralizados como los estados del mundo germano? Es un estado cuya estructura no estaría ligada al suelo. No se sabe ni se sabrá seguramente. Referente a este patrón de movilidad, hay varios autores que han sacado posibles teorías:
- Marisa Ruiz-Gálvez habla de un carácter o significado casi heráldico de estas estelas. Según esta autora la principal riqueza de las poblaciones que hacen las estelas se deriva de la ganadería. Los rebaños eran controlados por los guerreros (propietarios, no simple pastores) y las estelas pueden señalar la aparición de estos régulos en la región, cuyo poder derivaría del control de la riqueza ganadera como se deduce del emplazamiento de las propias estelas en función de rutas y zonas de aprovechamiento ganadero, y de la concentración en la mismas zonas donde aparecen las estelas, de asadores articulados asociado al consumo ceremonial de carne.
- Harrison apunta, por su parte, que la figura del guerrero armado, dominante en Bronce Final europeo, refleja un ideal social: se exalta al hombre y sus actividades marciales. Es, casi, un precedente de la figura de los Héroes clásicos de la Edad del Hierro.
Por último decir que la estela más sofisticada que tenemos a día de hoy, es la conocida como estela de Ategua (Córdoba), donde en cuya parte superior vemos una escena del guerrero, en la parte inferior una ceremonia funeraria, y abajo un carro con una comitiva.
b) Depósitos metálicos:
Una de las manifestaciones arqueológicas más abundantes durante el Bronce Final son los depósitos metálicos. Es un fenómeno muy abundante en el occidente europeo y consiste básicamente en dos conductas muy bien definidas:
a) Depositar en agujeros en tierra firme objetos metálicos completos y/o fracturados (tradicionalmente conocido como tesoros).
b) Arrojar objetos, preferentemente, armas a humedales como ríos, pantanos, lagos, etc. El “Tesoro de Villena” y el de la Ría de Huelva son, posiblemente, los más conocidos de estos yacimientos peninsulares. Los metales que se echan a los acuíferos, suelen ser objetos valiosos (en nuestra época tenemos tradiciones que todo el mundo sigue, como son arrojar las monedas en fuentes).
Es en el Bronce Final cuando arqueológicamente es más visible, se encuentran muchas más evidencias de depósitos. Es tan frecuente esta tradición, que el Bronce final Atlántico prácticamente son depósitos metálicos por todos los sitios.
En la bibliografía podemos encontrar estos depósitos metálicos con el nombre de tesorillos. Por ejemplos hachas en Dorset (Reino Unido), es uno muy llamativo. Vamos a ver las características de estos depósitos metálicos:
- Prácticamente todos los objetos metálicos pueden aparecer en depósitos, No hay objetos metálicos hechos ex proceso para ser depositados, aunque las espadas y hachas es lo más frecuente que se puede encontrar.
- A veces aparece un solo objeto, otras veces son múltiples, y en el mismo depósito puede haber un tipo (por ejemplo, hacha) y mucha cantidad del mismo tipo, o por el contrario muchos tipos pero poca cantidad de cada tipo.
- Suele ser frecuente que cuando se analiza el depósito, aparezca el metal en distintos estados en el proceso de fabricación. Aparecen objetos usados, no usados, fracturados intencionadamente, aplastados intencionalmente, escoria…etc.
- Asociados a poblados casi casi casi nunca aparecen.
Dependiendo de los contenidos de los depósitos en tierra se han creado tipologías:
- Si aparecen restos informes de metal en un depósito, muchos investigadores dicen que el herrero acumulaba objetos sin valor en ese hoyo, volvía, los fundía y reciclaba (muy poco probable, es más probable el hecho ritual).
- Si aparecen muchos objetos totalmente nuevos en el depósito, dicen que sería un escondrijo de un comerciante en caso de guerra (volvemos a lo mismo, es volver a ver con la mentalidad del presente los hechos del pasado).
- Si eran objetos de gran valor (tesoro del Villena –Alicante-), se interpreta como los bienes de un individuo que lo ha escondido por el peligro.
- Si no se sabe lo que es porque hay muchas cosas distintas, se recurre a decir que es un depósito de tipo votivo. Este tipo votivo tiene más sentido, pero no solo en el caso de que se hallen muchas cosas, sino en todos los casos de depósitos metálicos. Es un ejemplo de destrucción pública de riqueza (llamado potlatchs), te desprendes de algo de valor, para poner en compromiso a ese ser superior que te corresponda o te ofrezca algo (esto hoy en día se ve en ofrendas que se le hacen a santos o vírgenes o a la propia iglesia, donde la gente da dinero u otras cosas a cambio del favor de Dios). O también para ganar prestigio eliminando riqueza (durante la Edad Moderna era común organizar fiestas donde se despilfarraba como símbolo de estatus, quien puede permitirse despilfarrar es porque es poderoso y rico).
- Yacimiento de Flag Fen: es una ciénaga que se deseca, y se ve que se conservan estructuras de madera como fueran palafitos. Se sabe gracias al carbono 14 que es del Bronce Final. Se pensó en principio que sería una cabaña para controlar el territorio, pero luego se vio excavando, que era una monumental empalizada que cruza zonas húmedas, con 5 filas de postes (de roble y aliso), y a lo largo de esa estructura de madera se han encontrado miles de objetos de metal. ¿Qué podría ser? Imposible saberlo.
- Yacimiento de la Ría de Huelva: es el depósito metálico más importante de la península ibérica en el Bronce Final. Sobrepasa más de 1000 objetos. Muchas espadas lengua de carpa y cascos puntiagudos. Primero se habló que era resultado de un pecio (hundimiento de un barco). Se vio que hay objetos hechos fuera del sitio y también locales. Se empieza a barajar otra tesis a partir de este depósito, y es que se llega a pensar que como no se conocen los enterramientos de esta cultura, pues que los cadáveres se arrojaban al agua y junto a ellos el ajuar, que era el depósito. Hoy se pone que la Ría de Huelva es otro ejemplo de la tradición de arrojar objetos a los humedales.
Parte del depósito de la Ría de Huelva
(Autor: Miguel Hermoso Cuesta. Fuente: wikipedia).
This file is licensed under the Creative Commons Attribution-Share Alike 4.0 International license. - Yacimieto de la Tene, en el lago Neuchatel y el lago de Biel: hay un canal entre ambos lagos, ese canal se desecó, y empezó a salir objetos de madera. Aparecía la madera como formando los soportes de un puente. A lo largo de este puente, aparecía una cantidad de objetos de valor, como espadas, escudos, cascos…etc.
- Yacimiento de Hjortspring (Dinamarca): es un lago, donde se arrojaron las barcazas con todos los pertrechos.
Ejemplo de barcaza que era hundida con sus pertrechos. Es una reconstrucción en miniatura.
(Autor: Trollhead. Fuente: wikipedia)
This file is licensed under the Creative Commons Attribution 3.0 Unported license. - Depósito de Vénat: más de 2000 objetos en el interior de una gran vasija.
- Tesoro de Villena: es un depósito metálico dentro de un recipiente de barro, que tiene una vajilla completa para la bebida y la comida, en oro y plata, amén de una serie de brazaletes cilíndricos cortados intencionadamente, de varias piezas de ámbar, y un curioso ejemplo o fragmento de hierro embutido en oro.
Cuando es una constante arrojar metales: carácter votivo y ritual, serían estos actos públicos de eliminación de riqueza, donde se socializaba, se creanban vínculos…etc. Uno puede pensar, ¿por qué no se realizaba ese saqueo de lo arrojado? Los romanos desecaban lagos para llevarse las espadas, y en cambio en el Bronce no lo hacían. Era porque:
- Los actos eran públicos.
- Los objetos tenían biografías y se conocen (estos dos elementos protegían del saqueo), el valor era proporcional a la biografía que tenía. Era un objeto público, no podría cualquiera quedárselo (como quedarse hoy en día con un cuadro famoso, se sabría que no es tuyo).
- Otra cosa que lo protegería un aparato ideológico que consideraría maldito a quien robase o destruyese algo así, cosa que no es extraña cuando vemos iglesias con muchas riquezas y a un creyente jamás se le ocurriría ir a robar y destruir una virgen por ejemplo.
c) Santuarios talayóticos:
En la recreación de uno de estos edificios se puede observar que básicamente se trata de un recinto de plantas semicircular delimitado por un muro ciclópeo en cuyo interior se ubican varias taulas (algunas de más de 5 metros de altura). En el suelo se ha documentado cenizas y restos de ovicápridos, cerdos y bóvidos. Todo apunta a que eran lugares destinados a realizar de libaciones y ofrendas, posiblemente algún tipo de ritual al toro (aparecen en algunos casos grandes bustos de estos animales - "Caps de bous" (Costitx), lo que parece ser una constante en la mayoría de santuarios baleáricos. Ejemplo es la espectacular taula del poblado llamado Talatí de Dalt.
Posiblemente estamos ante los primeros santuarios en sentido estricto de la Prehistoria. Recinto con el interior de distintas taulas. Se ha discutido mucho para qué servían las taulas, se ha dicho que podría ser un altar de sacrificio. En el interior de los recintos se han encontrado depósitos, objetos… como la cabeza de toro de bronce
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Poblado de Talatí de Dalt (Autor: David Font Mampel. Fuente: wikipedia) - Imagen de dominio público |
3. Tecnología
La tecnología de la Edad del Bronce en su fase final está dominada por la metalurgia, ya el sílex es inexistente. Aunque esta se conoce desde el Calcolítico, es precisamente a finales del II milenio cuando se generaliza de tal manera que, cuantitativa y cualitativamente, aparece en todas las esferas de la vida prehistórica. Podríamos decir que es ahora cuando podemos hablar de una auténtica Edad de los Metales.
No obstante, en la Península Ibérica tiene un desarrollo particular. Especialmente significativo es que, al ser la Península Ibérica un lugar rico en afloramientos de cobre (Huelva, Algarve, Alentejo...etc.) y estaño (Extremadura, Norte de Portugal, Galicia...etc.), estos focos abastecerán a otros territorios europeos como Francia, las Islas Británicas o Centroeuropa, lo que provoca que sea centro de una amplia red de intercambios.
El Bronce será el metal más empleado en esta fase. En la mayoría de ocasiones suele ser una aleación ternaria, es decir de tres metales, cobre+estaño+plomo. Los objetos de metal se producían de forma local, lo que está atestiguado por la aparición de moldes de fundición en piedra o arcilla, crisoles y escorias. Sería una producción que en la mayoría de ocasiones no rebasaría el ámbito doméstico, aunque en algunos momentos y lugares pudieron existir centros de mayor envergadura donde trabajaran especialistas a tiempo parcial o completo. Uno de estos centros pudo estar en el estuario del Odiel (Huelva) y otro al norte del Tajo (en Portugal). En otras ocasiones los artefactos de metal se obtenían vía intercambio (con carácter, eminentemente, de prestigio).
Tipológicamente el metal es la base para una gran cantidad de objetos. No obstante en la Península Ibérica son abundantes los siguientes objetos:
- Calderos y Ganchos de carne. Aparecen en este momento, lo que ha llevado a autores a pensar en banquetes de poblaciones. Algunos autores cuando ven objetos de festines.
- Variedad de herramientas que encontramos, por ejemplo variedad de las hachas, muy elaboradas, con apéndices. Otras de "cubo" para introducir un vástago de madera...etc.
- Ahora vemos espadas de carácter bélico, con nervadura central para más resistencia, ya no es como la espada argárica que los análisis metalográficos habían demostrado que no se habían usado.
- Puntas de lanza, con alerones.
- Solamente del depósito de la ría de Huelva, se extrajo un casco de tipo cimera (puntiagudo) que aparecen como constante en los pertrechos de los “hoplitas” del bronce final.
- Fíbulas de codo del Bronce final.
Otras tecnologías que no podemos olvidar es la cerámica. En la fase del Bronce Final, después del 1250 a.C. (Cogotas I), se generaliza la cerámica con el tipo de decoración Boquique. Se realiza pinchando y arrastrando sobre la superficie del recipiente antes de cocerlo. Se pueden encontrar cerámica boquique en todos los lados, porque se les relaciona con poblaciones ganaderas, que se iban moviendo. Con respecto a las formas cerámicas, dominan las formas abiertas con perfiles carenados. Se generalizan algunas técnicas de acabado como los bruñidos.
Con respecto a las tecnologías de vieja tradición, podemos decir que la talla de sílex prácticamente ha sido abandonada. Sólo en poquísimas y contadísimas ocasiones, se documentan dientes de hoz realizados con esta técnica de talla pero los objetos de metal parecen ya generalizados.
4. Economía y Organización social
Simplificando, también podríamos identificar dos modelos económicos o variantes dentro de un mismo modelo agropecuario:
· Primer Bronce final. El modo de vida sería eminentemente pastoril, pero no tanto de trashumancia (aunque algunos autores hablan de pastores de trashumancia en la cultura Cogotas) sino con desplazamientos cortos entre zonas de aprovechamiento complementario. En estas zonas se practicaría la agricultura, posiblemente de rozas, además de pesca, caza, recolección de moluscos y una modesta horticultura. Las especies ganaderas serían las ovejas y cabras.
· Bronce Final Precolonial. Hablamos ahora, de un sistema agrario más especializado que descansaba sobre diversas variedades del trigo, cebada, avena así como diversas plantas y frutos silvestres recolectados en los bosques del entorno de los asentamientos en altura. Se emplearían técnicas agrícolas como el arado, barbechos, abonado con estiércol y rotación de cultivos. La agricultura se llevaría a cabo en pequeñas parcelas que se cultivarían de manera intensiva. La ganadería, especialmente los bóvidos, se criarán como riqueza. Es posible que los rebaños fueran propiedad de ciertos individuos guerreros (representaciones de estelas) que controlaban los desplazamientos de los rebaños y su aprovechamiento (revolución productos secundarios).
Una constante en ambos modelos es la incipiente presencia de intercambios a largo distancia, especialmente de objetos de metal (depósitos en ríos de León y Galicia), entre las sociedades del Bronce Final peninsular y otras zonas europeas. Desde el punto de vista económico esta es, sin duda, una de las principales características de este momento final de la Prehistoria peninsular. La abundancia de menas de estaño en el noroeste y cobre en el suroeste convirtió toda la fachada atlántica en una ruta de dos direcciones en las que fluían intercambios de metal y objetos manufacturados. Pero de igual manera, gran cantidad de metales europeos llegan a la Península Ibérica.
Lo que resulta muy difícil evaluar es el peso que tuvieron estos, aparentemente frenéticos, intercambios en las poblaciones eminentemente ganaderas (como las del horizonte Cogotas, la cultura Talayótica o el Bronce Final Tartésico) y si primaba en estas transacciones el prestigio social (intercambio aristocrático) y/o el interés económico (comercio colonial – intercambios empóricos). Incluso ambas formas pudieron convivir sincrónicamente en territorios próximos y ejercidas incluso por los mismos mercaderes.
Una gran dificultad para esclarecer este aspecto es que los metales, en su mayoría, aparecen en depósitos y humedales, es decir en lugares alejados de asentamientos, por lo que cualquier estudio espacial del fenómeno en relación a los poblados está condenado al fracaso, y otros productos intercambiados, por su naturaleza perecedera (pieles de vacas, sal, tejidos de lino, etc.), simplemente no se pueden documentar arqueológicamente.
En cualquier caso, con el tiempo, estos intercambios (precoloniales) se convertirán en el caldo de cultivo para el establecimiento de auténticas vías comerciales que terminan por consolidarse tras el contacto colonial.
Respecto a la organización social resulta prácticamente imposible ofrecer una síntesis peninsular sobre la organización social durante el Bronce Final. El problema surge tanto de la variabilidad regional que presenta este periodo histórico como de las diferencias que en este campo se observan a lo largo de casi 500 años que dura el periodo. Además, los contactos con los pueblos colonizadores generan unos procesos sociales muy complejos.
Teniendo en cuenta estas recomendaciones podemos apuntar que la opinión generalizada considera que durante el Bronce Final (especialmente en su primera fase Primer Bronce Final 1250-1000 a.C.) se produce un aumento en la jerarquización social, aunque sin que tal hecho suponga que la tradicional estructura familiar de linajes, es decir, la existencia de grupos familiares vinculados por diferentes grados de consanguinidad dejara de ser la unidad política básica. Esto se infiere sobre todo, si valoramos la regularidad de las casas de los escasos poblados conocidos o la escasa diferenciación de los ajuares funerarios que se observa en las necrópolis de la época. No obstante, con el paso del tiempo, (Bronce Final Precolonial 1000-750 a.C.) se observan tendencias que anuncian importantes transformaciones en las sociedades de finales de la Edad del Bronce como, por ejemplo, la progresiva territorialidad observada en los patrones de asentamiento y de desplazamientos (estelas de guerreros), el encastillamiento de muchos poblados, el aumento de la circulación de los metales y su creciente amortización en las tumbas, que parecen apuntar no sólo el incremento del prestigio y del poder de ciertos grupos familiares, sino también el de ciertos individuos, aunque en cualquier caso, el poder y el establecimiento de elites debieron de ser muy inestable.
La irrupción del comercio colonial incidirá plenamente sobre estas sociedades en transformación y creará un nuevo marco de relaciones, pero, como decíamos más arriba, la importancia de este nuevo fenómeno hay que matizarla en función de cada zona. Y nada más, todas estas relaciones las veremos más a fondo mucho mucho después, cuando trate los pueblos fenicios y griegos que llegaron a la Península. Con la llegada de la Edad del Hierro, que veremos más adelante, y por lo tanto la escritura, la Prehistoria se considera acabada en la Península Ibérica, aunque si bien es cierto, estas poblaciones locales, la mayoría de ellas, seguirá viviendo en su prehistoria hasta la llegada de los romanos.
¡Feliz Miércoles! - Hacer historia, aprehender la historia, aprendes la historia
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