Ahora vamos a ver la tecnología que manejaron las primeras formas humanas en la península. Como es muy extenso, en esta primera entrada veremos el Modo I y Modo II, que pertenecen a los Erectus arcaicos que llegaron a la Península en dos oleadas migratorias distintas.
1. Tecnología de Modo I (Olduvayense)
Las colecciones líticas que aparecen en los yacimientos de Fuente Nueva-3 (Granada) y Barranco León-5 (Granada) se asemejan a las excavadas en Dmanisi (Georgia), que están datadas en 1,8 millones de años BP (Before Present, antes del presente) en el Cáucaso. Un análisis de este registro arqueológico de Dmanisi, ha hecho que se incluya en el Pre-Olduvaiense. Es un instrumental dominado por:
- Lascas sin retoque.
- Núcleos (grandes piedras de las cuales se van sacando las demás herramientas líticas).
- Choppers.
En el Olduvaiense los filos retocados y los chopping-tool son más abundantes que en el pre-olduvaiense, viendo en el Olduvaiense yacimientos clásicos y técnicas de talla algo más sofisticadas, con explotación multidireccional de los núcleos (una piedra grande que se aprovecha por todas sus caras). El Olduvaiense entonces se caracteriza por el aprovechamiento recurrente de los núcleos, esto es, por utilizar todo el contorno del núcleo como base de percusión desde la que obtener productos de talla.
La última fase del Olduvaiense, puede considerarse como un Modo I avanzado, o como un Modo II arcaico, por lo que se puede denominar a las tecnologías líticas que aparece en este momento como Olduvaiense evolucionado o Achelense antiguo (los especialistas no parecen ponerse de acuerdo en cuanto a la denominación de este tecnocomplejo lítico). Pues bien, esta fase de transición en la tecnología lítica, está documentada desde 1,6 a 1,5 millones de años BP en África y 1,4 millones de años BP en Próximo Oriente, se caracterizaría por una mayor incidencia del utillaje retocado y la presencia esporádica de bifaces y hendidores. Es la manifestación más antigua de las industrias achelenses.
Pues bien, si en un principio hemos citado el yacimiento de Dmanisi (Georgia), es por la similitud de los conjuntos líticos peninsulares de este momento (Atapuerca) con el de Dmanisi y los del Pre-Olduvaiense africano, por lo que todo esto invita a pensar que fueron producidos por poblaciones con un origen común en África oriental.
Pero esto se pensaba hasta ahora, pero un estudio más profundo del conjunto lítico del Estrato Aurora (Gran Dolina, en Atapuerca) ha determinado que la tecnología lítica peninsular de este momento NO comparte todos los rasgos característicos del Olduvaiense africano y menos aún, del Olduvaiense evolucionado/Achelense antiguo.
![]() |
Sierra de Atapuerca (Autor: Mario Modesto Mata. Fuente: wikipedia) - Imagen de Dominio Público |
¿A qué se parece entonces la tecnología lítica aparecida en la Península en estos momentos? Se parece a tecnología de ASIA ORIENTAL del Paleolítico inferior y medio de esta parte de Asia. En esta región se mantuvieron las tecnologías de “cantos trabajados” (choppers) prácticamente hasta la introducción del Paleolítico Superior. Una explicación de esta peculiaridad del registro del Este de Asia es que representa una adaptación a las materias líticas predominantes en esta vasta región, poco propicias para una talla lítica refinada (es decir, la calidad de la piedra es mala, así que las herramienta no pueden ser refinadas). En consecuencia, las funciones de bifaces y hendedores pudieron ser asumidas por utillajes realizados en materiales vegetales, para cuya fabricación es suficiente contar con choppers y las lascas sin retoques.
Esta hipótesis parece ser haber sido confirmada recientemente por análisis traceológicos o de huellas de uso (cuando un objeto se usa para cierta función, quedan marcas microscópicas, según el uso así será el tipo de marca), así como por experimentos con réplicas del instrumental lítico. Nos encontramos por tanto con un dato arqueológico que refuerza las comparaciones de humanos fósiles a la hora de determinar el origen de este segundo episodio de poblamiento peninsular: en un momento en que África y Próximo Oriente ya se habían difundido los rasgos definitorios del achelense, en el occidente europeo aparecen poblaciones con tecnologías similares a las de Asia oriental.
Podría argumentarse que los fósiles humanos e industrias líticas de Atapuerca y los de Asia oriental representan los extremos geográficos de una población ubicua de Homo Erectus, que a finales del pleistoceno inferior habría habitado toda la franja de latitudes medias de Eurasia. Sin embargo en Asia central y Europa oriental no contamos con datos sobre la existencia de ese supuesto poblamiento. Si hubiese habido poblaciones de Homo Erectus en la franja de Asia Central y Europa Orienta, hubiera sido habitual la circulación de genes X y junto a ellos entre las poblaciones europeas se habría difundido el Achelense antiguo, presente en próximo oriente desde 1,4 millones de años BP.
2. Tecnología de Modo II (Achelense)
El Achelense peninsular se ha estructurado en cuatro fases, atendiendo a la configuración de bifaces:
- Achelense Inferior: bifaces espesos, con borde sinuoso y talón cortical (que tiene córtex). Se supone que con el paso del tiempo la tendencia en la fabricación de los mismos fue la búsqueda de un lascado total de la superficie, que quedaría así libre de córtex (córtex es las impurezas de la roca madre antes de ser tallada). Según estas características, tiene un grado bajo de estandarización tecnológica.
- Achelense medio: dividido en dos subfases, el Achelense medio primitivo y Achelense medio evolucionado. Se ha definido por bifaces con tendencia a una forma más aplanada, más estándar. Esta morfología se vincula también con el desarrollo de técnicas de talla con percutor blando (fabricar la piedra a base de golpes con algo blando, como la madera que es considerada percutor blando). También se atribuye a esta fase un utillaje sobre lasca más diversificados y un descenso en el porcentaje de bifaces. Por otra parte, en momentos a que se atribuye el achelense medio, suele fecharse la plena aparición de la técnicas de talla Levallois (la aparición de la técnica levallois es considerado el marcador arqueológico del tránsito Paleolítico inferior/Paleolítico medio). Haz clic aquí y aquí para saber cómo son la tallas Levallois.
- Achelense superior: correspondería a la última fase del Riss (Riss II, en el OIS 8). Se caracteriza por la presencia de bifaces lanceolados y micoquienses apuntados, así como por tipos cordiformes alargados. La importancia de la talla Levallois sería notable, manifestando una evolución tecnológica desde el achelense medio.
- Achlense final o Micoquiense: es una abundancia relativa de bifaces con base globular, bordes con tendencia a formar una línea cóncava y extremo distal apuntado.
Bifaz Micoquiense (Autor: A. de Mortillet. Fuente: wikipedia) - Imagen de dominio público
- CRONOLOGÍA y DIVISIÓN del Achelense en la Península Ibérica: la cronología y secuencia del Achelense peninsular es una tarea difícil, por la naturaleza y la distribución del registro. La mayor parte de los datos disponibles proceden de los sistemas fluviales de las mesetas del interior peninsular, especialmente de los sectores occidentales de la cuenca hidrográfica de río Duero. Se dijo que mayor concentración de yacimientos era igual a mayor poblamiento del interior. Pero es más posible que sea resultado de procesos de conservación diferencial de restos y sesgos de la investigación (es decir, que se hayan hecho muchas excavaciones en un sitio y pocas en otras). Con escasas excepciones, el grueso de los yacimientos achelenses ibéricos se localizan:
- Al aire libre.
- En contextos fluviales (lógico, en un sitio donde tuviesen agua a mano).
- En posición secundaria (alterada de su posición original, debido al tiempo, aire, agua, terremotos...etc.).
Como la mayoría de estos yacimientos son en ríos, indica la importancia que tuvieron éstos en la organización de la economía y en los movimientos por el paisaje de estas comunidades de seres humanos. Pero el estar cerca de ríos también ha tenido problemas para nosotros, ya que como resultado los yacimientos ofrecen complejas historias sedimentarias, y removimientos de tierra. Como consecuencia, la mayoría de las localizaciones al aire libre constituyen palimpsestos o mezclas de materiales, correspondientes a diferentes cronologías achelenses, e incluso, del Paleolítico Medio. No tenemos para estas mezclas de materiales líticos dataciones absolutas o asociaciones significativas de faunas que nos indiquen la edad, así que la cronología se ha establecido sobre la base del análisis geológico de las secuencias de terrazas fluviales, lo que proporciona un ambiguo esquema relativo.
Dispongámonos ahora a ver las fases achelenses en la Península Ibérica de una manera más profunda:
1) ACHELENSE INFERIOR PENINSULAR: las manifestaciones peninsulares más antiguas del Achelense peninsular aparecen en las terrazas altas y medias altas de los ríos del interior. Correspondería a los momentos iniciales del Achelense inferior (a veces denominado Achelense arcaico o Abbevilliense, lo sé, tal cantidad de nombres es una locura, cada investigador se empeña en "trocear" los períodos y adjudicarle nombres), pero realmente es más tardío, y con datos geológicos su cronología parece corresponder con la fase posterior, el Achelense medio.
En términos generales, las industrias correspondientes al Achelense inferior, incluyen:
- Bifaces gruesos e irregulares y hendedores simples, habitualmente realizados en lascas corticales (que tienen córtex).
- También aparecen porcentajes importantes de “cantos trabajados”, mientras que el utillaje en lasca presenta formas poco retocadas.
- No se detecta la presencia de técnicas Levallois, aunque sí la talla de tipo centrípeta.
En cualquier caso se trataría de yacimientos que tienden a situarse en el intervalo OIS 13 y OIS 11 (524.000 – 362.000 BP), si buen algunos pueden tener cronologías de OIS 10 u OIS 9.
2) ACHELENSE MEDIO PENINSULAR: la siguiente fase, Achelense medio, correspondería a las terrazas medias-inferiores de los ríos. Este tipo de industrias se caracterizaría por la presencia de bifaces y hendedores con formas regulares, así como por el empleo poco intensivo de técnicas de talla Levallois, y un abundante repertorio de útiles en lascas retocadas. Correspondería a las fases OIS 11 a OIS 8 (362.000 – 303.000 BP), aunque algunos entren de lleno en OIS 7.
3) ACHELENSE SUPERIOR/FINAL O MICOQUIENSE PENINSULAR: caracterizada por:
- Industrias retocadas con percutor blando, con formas simétricas de tipo micoquiense y filos rectos.
- Hendedores con retoque bifacial, realizados sobre lasca Levallois, de ahí que algunos especialistas consideren los ejemplos más tardíos de estos yacimientos como musterienses y, por tanto, propios del Paleolítico medio.
Correspondería con las fases OIS 7 y OIS 6 (303.000-128.000 BP), con numerosos ejemplos que podrían corresponder a OIS 8 y otros que se datan a inicios del Pleistoceno superior OIS 5.
Conforme se ha perfeccionado la datación relativa y la absoluta isotópica, se ha comprobado que existen significativos solapamientos cronológicos entre yacimientos e industrias asignados desde el punto de vista tecnológico a una u otra fase. Ejemplo de esto es en Atapuerca Galería, donde no hay talla Levallois, pero es contemporáneo de las cercanas ocupaciones de Atapuerca Gran Dolina 10 y 11, donde si aparece representada esta tecnología. Además el grado de estandarización y refinamiento en la talla de bifaces y hendedores está relacionado con los materiales disponibles para su fabricación antes que con un progresivo desarrollo técnico.
- DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA del Achelense Peninsular: este apartado es un poco farragoso, pero sirve para conocer dónde acabó el Achelense dentro de la Península Ibérica:
a) Área occidental de la Cuenca del Duero: en la Sima de los Huesos uno de los yacimientos achelenses peninsulares más antiguos (en Burgos), con gran cantidad de fósiles humanos asociados a restos carnívoros. Únicamente ha aparecido un bifaz de cuarcita, (achelense medio por características morfológicas). Paleomagnetismo, microfauna, y la datación radiométrica de una costra calcárea superpuesta al depósito fosilífero, sitúan la sedimentación de éste entre 524.000 y 423.000 BP, OIS 13 a 11. La nómina de yacimientos achelenses es muy numerosa en el sector occidental de la Cuenca del Duero, habiéndose realizado una importante labor de prospección y sistematización por parte de Manuel Santonja, sus colaboradores y otros investigadores.
b) Área oriental de la cuenca hidrográfica del Duero: hay menos yacimientos, pero muy importantes a la hora de documentar el Paleolítico inferior clásico ibérico, incluyendo San Quince del Río Pisuerga y la burgalesa Sierra de Atapuerca. En esta última, además, de la Sima de los Huesos, se localizan niveles Achelenses en los yacimientos de Galería, Sima del Elefante, y Gran Dolina, conociéndose solo datos preliminares de este último:
- El proceso de sedimentación de la secuencia de Galería, con industrias del Achelense medio (desde el punto de vista tecnológico y tipológico), entre 350.000 y 200.000 BP (Unidad II), concretamente entre 350.000-250.000 BP (para la Unidad III). Es Modo II, cronológicamente Achelense superior y final.
- Las dataciones absolutas de Gran Dolina 10 se sitúan en una media de 337.000 BP. Achelense superior y final.
- Gran Dolina 11 en 308.000 BP. Modo III -musterienses- (ejemplares más antiguos en Europa de este modo). Achelense superior y final.
c) En la región occidental de la Cuenca del Duero y en dominio del Sistema Ibérico: cabe destacar los ejemplos de: Torralba y Ambrona (ambos en Soria), y Cuesta de la Bajada. Estos yacimientos achelenses no parecen más antiguos de la fase OIS 9 (339.000 – 303.000 BP), aunque recientemente se ha señalado que Ambrona podría ser ligeramente anterior: la industria lítica de Cuesta de la Bajada (Teruel), tiene una apariencia más arcaica que la de Ambrona y Torralba, como resultado de la limitación de las materias primas impuestas por la naturaleza.
d) En el área oriental de la Meseta y el Dominio Ibérico entre la Depresión del Ebro y el área Pirenaica: además de Cuesta de la Bajada se conocen otras industrias achelenses, que en términos tradicionales podrían adscribirse al Achelense inferior y al Achelense medio, como son los yacimientos de:
- Cuenca del Najerilla (La Rioja) por su aspecto se relacionan con las ocupaciones de Gran Dolina 10 y 11 y Galería.
- Torralba y Ambrona (también se pueden incluir aquí): se consideró a los yacimientos contemporáneos datándolos entre 450000 y 420000 BP, pero hoy en día se sabe que hay que rejuvenecerlos 100.000 años así como que no son contemporáneos. Fechas mínimas entre 362.000 BP e inicios del OIS 9 (339.000 BP). A su vez, la unidad superior (porque hay dos complejos, en Ambrona, el inferior a industrias achelenses) cuenta con sistemas de talla Levallois, similares a los identificados en Gran Dolina 10 y 11.
e) Litoral Atlántico portugués y la Depresión del Tajo: también se conocen algunos yacimientos Achelenses, como Mealhada, colección lítica del achelense medio, con restos de fauna no más antiguos de 300.000 BP.
f) Cuencas sedimentarias del Tajo y el Guadiana: área madrileña por la riqueza de sus vestigios del Paleolítico inferior y medio, en especial las terrazas de los ríos Manzanares y Jarama. Entre los yacimientos más antiguos del área podrían citarse el nivel inferior de San Isidro, en el cerro donde actualmente se ubica el conocido parque madrileño, que podría ser del achelense inferior desde punto de vista tipológico. Ejemplares como Las Acacias, y el grueso de las industrias encajan mejor en el achelense medio y superior.
Pinedo o Puente Pino en Toledo son dos yacimientos cuya datación más antigua es de 320.000 BP, después de un replanteamiento por escasez de material.
g) En la cuenca del Guadiana: son hallazgos más escasos, achelenses de comienzo del pleistoceno superior, dada la abundancia de elementos levallois. Pero si vemos Laguna Blanca (en Ciudad Real) tiene industrias tradicionalmente atribuidas al achelense inferior o antiguo.
h) En el Litoral Mediterráneo: final del pleistoceno medio es el yacimiento en Cueva de Cau del Duc de Torroella de Montgrí (Gerona), con presencia de núcleos Levallois. En relación con Castellón y Valencia, destaca Cueva de Bolomor, con una importante secuencia sedimentaria, situándose sus niveles inferiores en torno a OIS 9. Se trata de una de las estaciones, junto a las citadas de Gran Dolina 10 y 11, donde se documentan las evidencias más antiguas de la talla Levallois en Europa.
i) En el sur: destaca las pequeñas colecciones con bifaces y hendedores en la cuenca alta del Guadalhorce (Málaga), que carecen de una ubicación crono-estratigráfica clara.
j) Tramos medio y bajo del Guadalquivir entre Jaén y Sevilla: los depósitos de la terraza 10 se han fechado en unos 300.000 BP. Los conjuntos de filiación achelense más antiguos se localizan entre las Terrazas 7 y 8, encuadrados en el Achelense inferior y medio. Entre las Terrazas 11 y 12 aparecen los primeros elementos propios del Achelense final y el Musteriense.
k) Algarve portugués y occidente andaluz: achelense medio y superior en yacimientos de Mirouço y Aldeia Nova. Achelense más antiguo que tenemos en esta zona es en Laguna de Medina (Jerez de la Frontera), del achelense medio de las secuencias clásicas.
l) En la depresión Guadix-Baza: tenemos el yacimiento de Solana del Zamborino (Granada), una variante del Achelense Superior, con raederas y denticulados, lo que vincula el yacimiento con el musteriense de tradición achelense, con bifaces cordiformes y hendedores. Finales del pleistoceno medio
m) Galicia, Cornisa Cantábrica y Norte Portugal: poco paleolítico inferior, en Lezetxiki VII-VI. También en la cueva del Sidrón (Asturias), del musteriense con neandertales. La mayor parte de los conjuntos achelenses septentrionales son limitados en efectivos, son pocos diagnósticos desde un punto de vista técnico y tipológico. Tanto es así que Adolfo Rodríguez Asensio ha expresado la posibilidad de que algunas correspondan a etapas posteriores, posiblemente contemporáneas al Asturiense. Todos los yacimientos conocidos del paleolítico inferior, corresponden a momentos avanzados del pleistoceno medio. En las fases OIS 9 y OIS 8 es cuando datan el grueso de los yacimientos de la región atribuidos al Achelense medio y superior. Todos ellos unen cantos trabajados a elementos como bifaces, hendedores, y piezas obtenidas por medio de técnicas Levallois.
![]() |
Punta Levallois (Autor: Didier Descouens. Fuente: wikipedia) This file is licensed under the Creative Commons Attribution-Share Alike 4.0 International license. |
3. Transición del Modo II al Modo III
Los inicios del Modo III y el final del achelense (y por tanto también a su vez el paso del paleolítico inferior al paleolítico medio), es decir, la transición entre ambos períodos se da entre las fases isotópicas OIS 9 y 8, hacia 303.000 BP, apreciándose una mayor intensidad al proceso desde OIS 7 (iniciada en 245.000 BP), coincidiendo con lo que en términos clásicos se denomina Achelense superior y final. Los yacimientos europeos, incluida la Península Ibérica ofrecen cada vez más ejemplos de yacimientos con rasgos muy similares al posterior musteriense. De este modo, desde estas cronologías es habitual que el utillaje en lascas retocadas sea más diversificado y estandarizado, manifestándose un empleo cada vez más frecuente de los sistemas de talla Levallois.
Al mismo tiempo, en regiones donde la materia prima es buena, se mantiene la fabricación de bifaces con formas cordiformes, además de una progresiva disminución del tamaño de los bifaces además de hacerse más triangulares.
En paralelo parece que hay un cambio en el comportamiento de los grupos humanos, que recorren territorios más amplios en busca de alimento, esto implica la circulación de genes y que se homogeneice el neandertal en sus rasgos físicos. Esto lo vemos por los materiales que se traen de zonas más lejanas en momentos del achelense superior.
Esto ha hecho que algunos investigadores agrupen los yacimientos atribuidos al Achelense superior y final bajo la denominación de “Proto-Musteriense” o “Musteriense Inicial”.
Pero el panorama hacia el paleolítico medio es complejo, porque desde poco antes de 300.000 BP hay industrias tipo Levallois, coexistiendo con bifaces, es decir, modo II y modo III conviven. Esto puede ser a que debido a la zona y las actividades llevadas en cada zona, pues influía en el instrumental producido necesario para esas actividades (no es lo mismo cortar madera por ejemplo, que despellejar un animal). También vemos que yacimientos con ocupaciones más intensa tuvieron actividades más diversas con necesidad de instrumental más variados.
Hace 128.000 BP el musteriense se implantó completamente en Europa, incluyendo la Península Ibérica. Ya el Modo III en la Península Ibérica lo explicaremos en profundidad en otra entrada, en fin, nada más por hoy.
¡Feliz Martes! - Hacer historia, aprehender la historia, aprendes la historia
No hay comentarios:
Publicar un comentario