PREHISTORIA: nociones básicas sobre prospección y datación

Cuando un prehistoriador se pone a buscar yacimientos, éste debe seguir más o menos ciertas pautas para encontrar uno. Cuando buscamos un yacimiento a esto se le conoce como prospección
Cuando alguien se dispone a prospectar, lo normal es que se estudie la cartografía del terreno sobre el cual vamos a buscar. Se suelen elegir lugares que se pueden (o se pudieron) habitar, sitios con agua o que tuvieron agua, lugares donde el clima sea el adecuado (no tiene sentido prospectar en la Antártida por ejemplo)...etc. Además, las tradiciones orales de un sitio pueden ser un indicativo de que hay un yacimiento (por ejemplo, que las personas mayores de un sitio conozcan un lugar donde aparecen restos antiguos), o las fuentes escritas pueden hacer referencia a un poblado antiguo o algo por el estilo. 

A la hora de prospectar también podemos ayudarnos de ciertas herramientas o técnicas, como por ejemplo las siguientes: 
  • Prospección a través de la fotografía aérea: las fotografías aéreas (o en la actualidad por satélite, gracias a Google Earth) permiten hallar yacimientos, si bien es cierto no sirve en sitios arbolados, o cubiertos de alguna forma. La fotografía aérea puede delatar la localización de un yacimiento, por ejemplo, un mismo tipo de suelo estará más oscuro si en esa zona hay estructuras en negativo (una antigua zanja o pozo por ejemplo), o estará más claro si debajo del suelo hay restos de una estructura en positivo (restos de un antiguo edificio o muro. El color de la hierba que crece en un determinado tipo de suelo puede ser más débil si el suelo es pobre (porque debajo se encuentren estructuras en positivo) o con un color más vivaracho si debajo hay estructuras en negativo. 
  • Prospección y nieve: la nieve tarda más en derretirse si debajo del suelo o debajo de ella misma, hay estructuras en positivo. 
  • Prospección y sombras: los amaneceres y atardeceres son momentos en que las sombras que proyecta el sol  son muy alargadas. Esto nos puede ayudar a localizar pequeñas irregularidades en el terreno, que pueden ser fruto de un yacimiento. 
  • Prospección eléctrica del suelo: se pueden usar aparatos que mediante electrodos clavados en el suelo, miden la corriente eléctrica que atraviesa la tierra. Las rocas son malas conductoras de la electricidad, las zonas húmedas son buenas, y los vacíos como una cueva no conducen la electricidad. Se pueden así hallar yacimientos. 
  • Prospección sísmica: se miden las ondas sísmicas de una explosión controlada. A través de esto, se puede llegar a saber si hay alguna estructura humana oculta. 
  • Prospección electromagnética: con aparatos de detección de metales, se puede saber si hay algún tipo de metal bajo el suelo. Puede llevar a engaño porque los metales comúnmente pueden aparecer en concentraciones naturales. 
  • Prospección química: el ser humano siempre deja un rastro, así que se puede analizar el suelo en busca de anhídrido fosfórico (sobre todo en cuevas), y un resultado positivo puede significar que hubo gente viviendo allí. También se puede hacer con otros compuestos o elementos químicos. 
Las líneas de Nazca son un ejemplo de prospección aérea. Es algo que para alguien a nivel de suelo puede pasar desapercibido. 

Respecto a la cronología y la datación de los restos o yacimientos, se pueden hacer de muchas formas. Lo primero es que hay que distinguir entre dos tipos de cronologías:

-Cronología relativa: es la que nos dice que un algo, respecto de otro algo, es más antiguo, más moderno o es sincrónico. Por ejemplo, en un yacimiento podemos saber que un fémur de cabra es lo más antiguo, que luego el cráneo humano es más reciente, y que dientes de un bóvido es lo más reciente. Así sabemos que el orden de más antiguo a más reciente es así: fémur--cráneo--dientes. Sabemos eso, pero no sabemos de qué año son respecto a nuestro presente. Es por ello una cronología relativa. 
-Cronología absoluta: cuando conocemos la fecha de algo, aún siendo aproximada. Por ejemplo, que el hueso de una persona es del 4500 a.C. 

Estos dos tipos de cronologías, tienen sus métodos respectivos para fechar. Por ejemplo, para fechar relativamente podemos destacar tres tipos de métodos:
  1. Test de la fluorina: el calcio de los huesos, cuando un ser vivo muere, se va sustituyendo por flúor a una velocidad constante que dependerá de las condiciones ambientales donde se encuentre. Sirve para dentro de un yacimiento ver qué hueso es más antiguo respecto de otro, por lo que es un método relativo. 
  2. Método del colágeno: es una proteína que hay en los huesos. Si el animal acaba de morir, el hueso es reciente, por lo que tendrá un 100% de colágeno. El colágeno se pierde a una velocidad constante, pero que al igual que el método anterior, depende de las condiciones ambientales. 
  3. Obsidiana: es un material volcánico, muy duro, con el cual se hacían herramientas o adornos. Un trozo de obsidiana, con el paso del tiempo, va perdiendo sus características en la capa superior, y cuando pasa más tiempo la va perdiendo en las sucesivas capas. Así pues, en un yacimiento con obsidiana, podemos saber qué trozo es más antiguo que otro, siempre y cuando hayan estado a unas mismas condiciones ambientales, por lo cual las conclusiones que se hagan de un análisis así hay que hacerlas con mucho cuidado y manteniendo reservas.  
Pero no solo hay métodos para fechar relativamente, también existen métodos de datación absolutos, aunque guarden un cierto margen de error, son muy efectivos, y son los siguientes:
  1. Carbono 14: en la atmósfera el nitrógeno 14 es bombardeado por electrones, que descomponen este elemento en hidrógeno y el isótopo radioactivo del carbono: el carbono 14. El carbono 14 al radioactivo, y se va desintegrando con el paso del tiempo en carbono 12, que es estable. Esta desintegración se produce a una velocidad constante de 5730 años, que es la vida media de este isótopo. Es decir, que si tenemos una cantidad de carbono 14, cuando pasen 5730 años, tendremos la mitad de esa cantidad, y cuando pasen otra vez esa cantidad de años, tendremos la mitad de la mitad...etc. Sirve para datar restos orgánicos de hasta 50.000 años de antigüedad. No tiene el problema de los métodos anteriormente explicados, ya que el carbono 14 siempre se halla más o menos en la misma cantidad en la atmósfera (con ciertas variaciones, pero que se conocen, y se pueden corregir las fechas)
  2. Potasio-Argón: es un método absoluto de datación, que se usa sobre piedras y estratos donde halla biotita, micas, feldespatos...etc., todos ellos de origen volcánico. Aquí tenemos Potasio 40, que es radioactivo, y se desintegra en argón y calcio, aunque este isótopo se desintegra a una velocidad de 1.300.000 años. Si una muestra tiene mucho argón, es que es más antigua que otra que tenga menos argón. Por ejemplo, se usó para datar un cráneo de homo habilis en el lago Turkana de hace 2.250.000 años. 
  3. Uranio-Torio: el uranio 238 es inestable, y sufre un proceso de desintegración cuya vida media es de 500.000 años. al desintegrarse da lugar a plomo y torio, y el torio a su vez también se desintegra, por lo que es un proceso de desintegración dual. 
  4. Termoluminiscencia (TL): las arcillas tienen unos cristales que son alterados y modificados mediante la radiación cósmica y la radiactividad del entorno, y este proceso de acumulación de energía termoluminiscente se hace a un ritmo constante y conocido. Se lleva a cabo, por ejemplo, calentando una cerámica ya cocida, y dependiendo de la luz y energía que desprenda, se puede averiguar la antigüedad de esa arcilla desde su último cocido. Una vez calentada la muestra, pierde toda su energía, y el proceso de acumulación comienza de nuevo. 
    Termoluminiscencia de la fluorita cuando es calentada. Vemos dos flouritas: una con energía y otra carente de ella.
    (Autor de la foto: 
    Mauswiesel. Fuente: wikipedia)
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  5. Método de Varves: consiste en la acumulación anual de sedimentos. En el fondo de aguas remansadas, por ejemplo lagos, se van acumulando capas alternadas de sedimentos líticos, con capas de sedimentos de humus, sobre todo en zonas donde hubo o hay glaciares. Así contando estos sedimentos se puede saber cuántos años han pasado de forma bastante aproximada.
  6. Método de la dendrocronología: son los anillos de los árboles, contando los anillos claros respecto a los anillos más oscuros. Por ejemplo, una sequía en un sitio determinado, deja anillos iguales en todos los árboles que la han sufrido. 
  7. Método del oxígeno pesado: el O2 pesado (isótopo 18), y el O2 normal (16) se encuentran por igual en la naturaleza, con la particularidad de que el hielo no atrapa el oxígeno 18 (pesado). Así, en épocas de glaciaciones, el hielo de los grandes casquetes atrapará mucho oxígeno 16, pero el pesado al no poder atraparlo se concentrará en grandes cantidades en el agua, y pasará a las conchas de los moluscos, por lo que en un análisis a un fósil de molusco, se verá reflejado este oxígeno 18 en gran cantidad (glaciación). Si el molusco tiene en cambio más oxígeno 16, es que hay menos hielo a nivel global (no glaciación). 
  8. Paleomagnetismo: la polaridad de la tierra N-S cambia cada cierto tiempo. Esto queda reflejado en ciertas piedras como la magnetita, que cuando están fundidas las partículas de hierro que tienen se orientan hacia el Norte o hacia el Sur. Una vez solidificada la piedra, esta orientación de sus partículas queda fijada. Así podemos saber si esa piedra es perteneciente a un cambio u otro de polaridad, y de esta forma hacer una datación absoluta aproximada. 
Pues nada más, solo terminar esta entrada añadiendo que es un repaso muy general, que se da en clase de Prehistoria, para tener unas nociones básicas con las cuales movernos. Ni que decir tiene que estos no son todos los métodos de datación o prospección, pero al menos ya sabéis algo, y si os interesa siempre podéis indagar más por vuestra cuenta.

¡Feliz miércoles!  - Hacer historia, aprehender la historia, aprendes la historia
18/Noviembre/2015 


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